25 Febrero del 2013
Carta de dirigenta Mapuche a diario el mercurio
refutando malicioso artículo de prensa
Señor Director:
Soy
esposa de Luis Tralcal Quidel, y le escribo para refutar el artículo de prensa
publicado el domingo 6 de enero pasado en Reportajes con el título “Luis
Tralcal Quidel, ‘el duro’ del sector de Vilcún”.
Primero,
quiero señalar nuestra molestia como familia y comunidad por su continua actitud
de involucrar a mi pareja en diferentes hechos o situaciones que el Ministerio
Público no ha logrado acreditar en los distintos juicios que se han sostenido
en su contra. Como consecuencia de lo anterior, un año y medio estuvo en
prisión preventiva bajo la Ley por Conductas Terroristas que forzó el inicio de
una huelga de hambre por 84 días con otros 34 comuneros que exigían un juicio
justo y un debido proceso.
La verdad
es que todos los juicios que el Ministerio Público ha llevado hasta los Tribunales
de Justicia han finalizado con sentencias absolutorias. En su reportaje
plantean que en el 2006, Luis protagonizó “un ataque incendiario en el fundo
Las Praderas”; sin embargo, en dicho juicio fue absuelto, y no pudieron
establecer si dicho incendio fue intencional o accidental.
En su
mismo artículo plantea que Luis salió fuera de Chile a entrenarse bajo la
conducción de las FARC. Sobre eso es importante señalar que la Comisión de
Derechos Humanos de la Cámara de Diputados citó al jefe de la PDI de ese
entonces, y él mismo señaló que no existían las pruebas suficientes para
plantear dicha acusación.
Cuando mi
esposo fue detenido, en agosto del 2009, en un allanamiento en el sector
Yeupeko, una de las supuestas pruebas para inculparlo fueron municiones de
guerra y mecha detonadora de explosivo. Quien dirigió aquellas diligencias fue
el fiscal militar Aparicio Pinto, que luego de investigar desestimó aquellas
pruebas para iniciar un juicio. Sin embargo, el Ministerio Público tomó las
mismas pruebas para desarrollar un juicio en su contra por el delito de
tenencia ilegal de municiones y explosivos, que finalmente también terminó por
absolverlo.
Lisette Melillán
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