sábado, noviembre 09, 2013

Italia: Declaración de Alfredo Cospito para la audiencia del 30 de octubre de 2013


Desde el vientre del Leviatán

…los sueños son para realizarlos aquí en el presente y no en un hipotético futuro, dado que el futuro siempre lo han vendido los curas de cualquier religión o ideología para podernos robar impunemente. Queremos un presente que valga la pena vivir y no sacrificar simplementea la espera mesiánica de un futuro paraíso terrenal. Por eso, quisimos hablar en concreto de una anarquía que realizar ahora, no mañana. El “todo y ya” es una apuesta, un partido que nos jugamos, donde lo que se pone en juego es nuestra vida, las vidas de todxs, nuestra muerte, la muerte de todxs…
- Pierleone Mario Porcu

La ciencia es el eterno holocausto de la vida fugaz, efímera, pero real, en el altar de las abstracciones eternas. Lo que predico es, pues, la revuelta de la vida contra el gobierno de la ciencia.
- Mijaíl Bakunin

Mientras se pavoneaba como un dios en su propia fantasía, lo dominaba una imbecilidad infantil. La técnica erguíase suprema, y, una vez entronizada, encadenaba al intelecto que lo había elevado al poder.
- Edgar Allan Poe

El imperio fundado sobre la nada en el que el reino soberano está cayendo.
No consigue soportar el peso de la verdad.
Te recomiendo una fuerte dosis de vida.
¡Te recomiendo una fuerte dosis de vida!
Al menos así podrás decir de que la has vivido.

-Congegno

Bastardos… sé quién os manda
- Roberto Adinolfi

Una hermosa mañana de mayo, actué y, durante esas pocas horas, disfruté al máximo de la vida. Por una vez, dejé atrás el miedo y las autojustificaciones y desafié lo desconocido. En una Europa llena de centrales nucleares, uno de los mayores responsables de la catástrofe nuclear cayó a mis pies. Quiero ser muy claro: el núcleo Olga FAI/FRI somos solo Nicola y yo. Nadie más participó, colaboró ni diseñó la acción; nadie sabía de nuestro proyecto. No permitiré que mi actuar, para desviar la atención del verdadero objetivo de la acción, lo metan en un obsceno y absurdo saco massmediático y jurídico hecho de “subversión del orden democrático”, “asociación subversiva”, “banda armada”, “terrorismo”; frases vacías en boca de jueces y periodistas.
Soy anarquista antiorganización porque estoy en contra de toda forma de autoridad y constricción organizativa. Soy nihilista porque vivo mi anarquía hoy y no a la espera de una revolución que, aunque llegue, creará sólo una nueva autoridad, una nueva tecnología, una nueva civilización. Vivo mi anarquía con naturalidad, alegría, placer, sin ningún espíritu de martirio, oponiendo todo mi ser a este existente civilizado, para mí, insoportable. Soy antisocial porque estoy convencido de que la sociedad solo existe bajo el signo de la división entre dominantes y dominados. No aspiro a ninguna alquimia socialista futura y “paradisiaca”, no pongo mi confianza en ninguna clase social; mi revuelta sin revolución es individual, existencial, total, absoluta, armada. En mí, no hay rastro alguno de superhombre, ningún desprecio por los oprimidos, por el “pueblo”, convencido de que, como dice un dicho oriental: “no hay que despreciar la serpiente porque no tiene cuernos, ¡un día se podría transformar en un dragón!”. De la misma forma, un esclavo puede transformarse en un rebelde, un solo hombre, una sola mujer, convertirse en un incendio devastador. Con todas mis fuerzas, desprecio a los poderosos de la tierra, ya sean políticos, científicos, tecnócratas, demagogos, líderes de cualquier tendencia, burócratas, jefes militares y religiosos. El orden que quiero abatir es el de la civilización que, día a día, destruye todo por lo que vale la pena vivir. Estado, democracia, clases sociales, ideologías, religiones, policía, ejércitos, vuestro propio tribunal son sombras, quimeras, engranajes, todos reemplazables, de un mega máquina que todo lo abarca. Un día, la tecnología se deshará de nosotrxs transformándonos a todxs en autómatas perdidxs en un panorama de muerte y desolación. Ese 7 de mayo de 2012, por un momento, eché arena en el engranaje de esta mega máquina, por un momento, viví plenamente marcando la diferencia. Ese día no era una vieja Tokaref mi mejor arma, sino el odio profundo, feroz que siento contra la sociedad tecno -industrial.
Firmé la acción como FAI/FRI porque estoy enamorado de esta lúcida “locura” convertida en poesía concreta, a veces brisa, a veces tormenta, que sopla caótica por medio mundo, sin inmutarse, improbable, contra toda ley, contra todo “buena sentido “, contra toda ideología, contra toda política, contra la ciencia y la civilización, contra toda autoridad, organización y jerarquía. Una visión concreta de la anarquía que no contempla teóricos, dirigentes, líderes, mandos, soldados, héroes, mártires, organigramas, militantes y, mucho menos, espectadores. Durante años, he visto la evolución de esta nueva anarquía quedándome, de hecho, sólo como espectador. Durante demasiado tiempo, me he quedado mirando. La anarquía, si no se hace acción, rechaza la vida convirtiéndose en ideología, mierda o poco más, en el mejor de los casos, desahogo impotente para hombres y mujeres frustradxs.
Decididos a pasar a la acción después de la catástrofe nuclear de Fukushima. Frente a hechos tan grandes como frecuentes, nos sentimos inadecuados. El hombre primitivo se enfrentaba a los peligros, sabía cómo defenderse. El hombre moderno, civilizado, ante las construcciones-constricciones de la tecnología está indefenso. Como ovejas que buscan protección en el pastor que las matará, así, nosotrxs civilizadxs nos confiamos a los sacerdotes laicos de la ciencia, los mismos que lentamente nos cavan la tumba. A Adinolfi, lo hemos visto sonreír con sorna en las pantallas de televisión haciéndose pasar por víctima. Lo hemos vimos dar lecciones contra el “terrorismo” en escuelas. Pero yo me pregunto, ¿qué es terrorismo? Un disparo efectuado, un dolor intenso, una herida abierta o la amenaza incesante, continua, de una muerte lenta que te devora por dentro. El terror continuo, incesante, a que una de sus centrales nucleares nos vomite encima, de un momento a otro, muerte y desolación. Ansaldo Nucleare y Finmeccanica tienen enormes responsabilidades. Sus proyectos continúan sembrando muerte en todas partes, últimamente, se habla de posibles inversiones en la duplicación de la central de Krško en Eslovenia, a dos pasos de Italia, zona de gran riesgo sísmico. En Cernadova, Rumanía, desde el 2000 hasta hoy, varios han sido los incidentes provocados por la estupidez de Ansaldo durante la construcción de una de sus centrales. ¿Cuántas vidas rotas? ¿Cuánta sangre derramada? Tecnócratas de Ansaldo y de Finmeccanica de sonrisa fácil, de conciencia “limpia”, vuestro “progreso” apesta a carroña, la muerte que sembráis en el mundo clama venganza. Hay muchas formas de oponerse concretamente a la nuclear, bloqueos de trenes que transportan residuos, sabotajes a las torres de alta tensión que llevan la electricidad producida por el átomo. A mí me pasa por la cabeza golpear al mayor responsable de esta masacre en Italia: Roberto Adinolfi, administrador delegado de Ansaldo Nucleare. Tardé poco en averiguar dónde vivía, cinco vigilancias bastaron. No hace falta una estructura militar, una asociación subversiva o una banda armada para golpear, cualquiera armadx con una fuerte voluntad puede pensar lo impensable y actuar en consecuencia. Lo habría hecho todo solo, por desgracia, necesitaba ayuda para la moto, le pregunté a Nicola, apelé a su amistad, no se echó atrás. La pistola la compré en el mercado negro, trescientos euros. No sirven infraestructuras clandestinas o grandes capitales para armarse. Salimos en coche desde Turín la noche anterior. Todo fue sobre ruedas o casi, Nicola conducía, yo golpeé exactamente donde habíamos decidido golpear. Un golpe preciso, corrí hacia la moto y, luego, lo inesperado, el grito lleno de rabia de Adinolfi, la frase gritada que me inmovilizó haciéndome perder preciosos segundos: “¡bastardos!… ¡sé quién os manda!” En ese preciso momento, tuve la seguridad absoluta de haber dado en el blanco, plenamente consciente del estercolero en el que había metido las manos; intereses millonarios, finanzas internacionales, la política y el poder, fango y estiércol. Esos segundos “robados” le permitieron a Adinolfi leer parte de la matrícula que, por inexperiencia, no habíamos cubierto. Gracias a esos números, llegaron a la moto y de la moto, a la cámara.
Obviamente, no bastará la condena de este tribunal para hacer de nosotros los malos terroristas y de Adinolfi y Finmeccanica, los benefactores de la humanidad. Ha llegado el momento del gran rechazo, el rechazo hecho de la pluralidad de resistencias, cada una de las cuales es un caso especial; algunas son posibles, necesarias, improbables; otras son espontáneas, salvajes, solitarias, concertadas, incontenibles o violentas. La nuestra era solitaria y violenta. ¿Valió la pena el esfuerzo? ¡Sí! Aunque sólo fuera por la alegría que sentimos al saber de la sonrisa desafiante que Olga Ekonomidou, valiente hermana de la Conspiración de Células del Fuego, en una celda de aislamiento de una prisión griega, que tras la noticia de nuestra acción lanzó a la cara de sus carceleros. Soy feliz de ser quien soy, un hombre libre, aunque “momentáneamente” encadenado. No puedo lamentarme demasiado dado que la gran mayoría de la “gente” las cadenas las tienen firmemente plantadas en el cerebro. En mi vida siempre he tratado de hacer lo que consideraba justo y nunca lo que convenía. Las medias tintas nunca me han convencido. He amado mucho. He odiado mucho. Precisamente por eso, no me rendiré a vuestros barrotes, uniformes, armas. Me tendréis siempre como un irreductible y fiero enemigo. No estoy solo. Lxs anarquistas nunca están solxs, solitarixs a veces, pero nunca solxs. Miles de proyectos en la cabeza, una esperanza en el corazón que continúa viviendo cada vez más fuerte y siempre más compartida; perspectiva concreta que ” arriesga” para cambiar la cara de la anarquía en el mundo. Derrumbes pequeños y grandes que un día desencadenarán en un cataclismo, se necesitará tiempo, no importa, por ahora disfruto del terremoto desencadenado en mí por todas estas ganas de alegrarme y luchar.
Termino con una cita de Martino (nombre usado por Marco Camenisch cuando estuvo fugitivo), guerrero que nunca se ha doblegado, por su profundo amor por la vida desde que lleva más de veinte años prisionero, recluido hoy en una aséptica cárcel suiza, hago mías estas palabras suyas:

… el coraje de pensar las cosas hasta el fondo, transgredir la prohibición de la policía tecnológica de lo “imposible “, o lo “inconcebible”, pensar otra cosa y de otra manera actuando en consecuencia. Solo esto nos puede conducir fuera de la tibia mezcla tóxica de la modernidad a lugares donde nada ni nadie nos guiará al lugar sin seguridades, al lugar de la responsabilidad en primera persona para la no sumisión con todas sus consecuencias. La libertad es dura y peligrosa, y no hay vida sin la muerte. Por miedo a la vida, a menudo, nos resignamos, en esclavitud, a la aniquilación.

Muerte a la civilización
Muerte a la sociedad tecnológica
Larga vida a las CCF
Larga vida a la FAI/FRI
¡Viva la internacional negra!
¡Viva la anarquía!

Alfredo Cospito


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