Finalmente el
día Viernes 12 de Julio del 2013, en medio de extensas medidas de seguridad que
incluyeron perros detectores de explosivo, guardias armadas, etc se entrego la
sentencia contra el compañero Hans Niemeyer, ya el pasado
3 de Julio,
tras concluir dos semanas de juicio oral el 7° Tribunal Oral en lo Penal había
absuelto a Hans de los delitos de terrorismo y condenado por un atentado bajo
ley de control de armas.
Por el
atentado explosivo a la sucursal del Banco Bci en Macul ocurrido el 30 de
Noviembre del 2011, Hans fue condenado por dos delitos:
Tenencia de Artefacto Explosivo
Casero: 5 años de cárcel
Daño al Banco BCI: 300 días de
cárcel.
Los jueces
José Marinello, Héctor Plaza y Olga Ortega votaron de forma unánime para
entregar la mayor de las penas posibles que considera la ley, contemplando
solamente como atenuante “la irreprochable conducta anterior”. De esta forma y
aun rechazando aplicar la ley antiterrorista se condeno y mostro al compañero
como trofeo de guerra para frenar las distintas practicas de ataque. 5 años +
300 días de pena en la prisión sin ningún beneficio de “libertad Vigilada” fue
la condena que el poder impuso sobre la vida del compañero.
Ante la
condena impuesta, compañeros solidarios gritan consignas en apoyo: “¡Fuerza
Hans! ¡Abajo el Estado policial! ¡Vamos, Hans, fuerza! ¡Aguanta hermano!”.
Dentro de la condena se incluyo la incorporación del ADN al banco genético de
condenados.
El poder
decidió sobre el cuerpo de Hans y sobre sus vínculos: 5 años y un día sin poder
abrazarse lejos de una cámara de seguridad y la atenta mirada del miserable
vestido de uniforme, 5 años y un día viendo el cielo entre rejas, 5 años y un
día de ser enumerado dos veces al día en la rutina carcelaria. El poder y su
justicia sentencio al compañero Hans no para intentar equiparar los daños en
los ventanales e inmobiliario del banco -que ascendieron a 8 millones de
pesos-sino para entregar una potente señal de castigo a quienes deciden
oponerse al orden actual.
Un proceso
judicial que se baso en ley antiterrorista aun cuando finalmente genero una
condena por la ley de Control de Armas. Remontémonos a 1972: El gobierno de la
“Unidad Popular” de Allende dicta una ley de emergencia para desarmar a los
cordones industriales y expresiones radicales, cientos de procesados y
encarcelados buscando “calmar los ánimos” y evitar la “guerra civil” en el
socialismo a la chilena. Ya desarmados y tras el golpe, las armas de los
soldados vieron su trabajo mas fácil para masacrar a los oprimidos.
El equipo de
fiscales que llevo el juicio (Christian Toledo y Héctor Barros) anuncio que
pretende apelar la sentencia buscando e insistiendo una condena bajo ley
antiterrorista, por su parte la defensa apelara la sentencia solicitando el
cambio de condena y se le otorgue algún beneficio.
Reacciones de los voceros del poder
Tras la
condena a prisión, las repercusiones por parte de los voceros y representantes
del poder no se hizo esperar. El fiscal que llevo la causa, Hector Barros,
señalo: “La condena fue bastante más alta de lo que habíamos tenido en
casos similares (…) creo que en algo incidió el tema de la fuga, pero queremos
ver primero el fallo”.
El Ministro
del Interior, Andres Chadwick por su parte celebro el fallo aun cuando quedo con
gusto a poco por no utilizar su fetiche antiterrorista: “Ojalá que esta
condena permita disuadir a otros de que colocar bombas no es
gratis”…”(Rechazamos) el criterio interpretativo de algunos tribunales al no
considerar como delito terrorista la colocación y explosión de bombas”.
Distintos
diputados de diversas áreas en pugna decidieron unirse para celebrar el fallo y
competir en quien exigía un mayor castigo. Así el diputado socialfascista
Felipe Harboe (PPD) sin asco señalo que apoya el aumentar la pena al porte de
bombas, mientras que el diputado Cristian Monckeberg (RN) reconoce y asume con
orgullo que “La pena fue ejemplificadora”.
Un nuevo crimen: La solidaridad
Mediante la
prensa y por boca del Fiscal Regional Raul Guzmán, se insiste majaderamente en
criminalizar la solidaridad y la presencia de compañeros en el Centro de
(in)Justicia.
Tanto durante
el veredicto como en la sentencia distintos compañeros fueron a apoyar y
solidarizar ante la inminente revancha con que el poder buscaba redimir sus
anteriores pasos en falsos. Así durante el 13 de Julio se lanzaron y
repartieron panfletos mientras se desplegaron lienzos en apoyo a Hans.
El fiscal y
la prensa destaco la presencia de distintos compañeros que han sido procesados
en las ultimas arremetidas represivas bajo la nauseabunda ley antiterrorista.
Para ellos la presencia y solidaridad de compañer@s del Caso Bombas, de
Luciano, de Carla e Ivan resulta un crimen y así el fiscal Raul Guzman lo deja
ver insistiendo en “la peligrosidad de los implicados”.
El poder
decide ilegalizar no solamente las relaciones humanas sino también la
solidaridad buscando así por un lado aislar al compañero condenado y por otra
parte extender el castigo a los anteriores procesados buscando anularlos
políticamente con campañas de prensa.
Nuevos desafíos
Estos días se
dicto una de las primeras condenas con pena de cárcel para un compañero
antiautoritario. No estaba en juego ni la prohibición de tener y/o transportar
material explosivo, ni los daños a un banco que se encontraba cerrado a la
atención de publico y sin acceso a algún cajero automático. La señal que se
busca dar es clara, tajante y en directa concordancia a lo vociferado hasta el
cansancio por los gobernantes de turno y las editoriales de los grupos de
poder: El castigo.
Vemos esta
nueva situación también como un desafío y un llamado constante a superar y
saber afrontar la solidaridad, así el llamado a que ningún compañero se
encuentre solo no es una consigna, sino un llamado a que la solidaridad no se
apague con el tiempo.
Hasta que
Hans se encuentre con los pies en la calle nuevamente!
¡Cariño y
amor revolucionario para los suyos!
¡Fuerza,
coraje, valor y dignidad para el compañero en prisión!
VIDEOS
*Entrevista
al abogado Julio Cortes, defensa de Hans Niemeyer*
*Video de audiencia 1*
Mas información:
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