Este martes,
4 de junio, a las 18:30, unxs compañerxs convocaron una discusión política en
la Escuela Politécnica de Atenas, en el edificio Gini, para la organización de
acciones solidarias con el huelguista de hambre Kostas Sakkas. Habría también
una comunicación telefónica con el compañero, quien hablaría directamente desde
la cárcel de Koridallos.
Kostas es un
preso anarquista que actualmente afronta dos procesos abiertos relaccionados
con la O.R CCF, aunque él haya negado su participación en este grupo anarquista
de guerrilla urbana desde el momento de su arresto (diciembre de 2010). El
compañero ha estado en prisión preventiva durante ya más de 30 meses.
Recientemente, el Estado ha alargado suencarcelamiento a la espera de juicio
otros 6 meses (y ha aplicado la misma medida contra el anarquista Gerasimos
Tsakalos, miembro admitido de la O.R. CCF).
El anarquista
Kostas Sakkas está en huelga de hambre desde el 4 de junio de 2013 en protesta
por la prolongación de la prisión preventiva y pidiendo su inmediata liberación
de la prisión.
Comunicado de Kostas Sakkas iniciando
la huelga de hambre
El 4/12/2010
me detienen junto al compañero Alexandros Mitrousias en el barrio de Nea Smirni
(Atenas) saliendo de un trastero alquilado en cuyo interior había armas.
He admitido,
desde el primer momento, mi relación con este lugar, así como con las armas que
había. Desde el primer momento, he declarado que soy anarquista y que mi
presencia en dicho lugar está relacionada con mi identidad política y las
elecciones que esta supone.
El 7/12/2010
me llevan ante el juez de instrucción y me encarcelan acusado de participación
en organización terrorista desconocida y por posesión agravada de armas.
El 12/4/2011
y llevando ya más de cuatro meses encarcelado en la prisión de Navplios, me citan
de nuevo los jueces de instrucción, Baltas y Mokkas, y sin que hubiera ninguna
prueba nueva, sin que hubiera ningún desarrollo en la investigación, me
encarcelan por participación en la O.R. CCF. Esto sucede, por supuesto,
sabiendo los señores jueces de instrucción que no se podría sostener en una
sala de justicia la acusación de participación en una organización en cuyo
accionar no hay ninguna acción, en posesión de sus miembros no hay bombas,
comunicados, armas utilizadas, una organización que no tiene ni nombre.
He aclarado
en el pasado, como la propia O.R. CCF por su parte, que no pertenezco a la tal
organización. No lo hice por evitar la odisea vengativa y represiva que reserva
la justicia burguesa a quien se encuentra acusadx de participación en esta,
sino porque simplemente es así. Tenía que aclararlo por el registro real de la
historia. Tanto por mí mismo como por la O.R. CCF.
La acusación
inicial de pertenencia a organización terrorista desconocida que se nos
atribuía tanto a mí y a mis dos compañeros (Mitrousias, Karagianidis), como al
resto de personas detenidas en la misma operación, aparte de que no tenían
absolutamente ninguna relación, fue la culminación de los fines políticos a los
que servía la brigada antiterrorista en aquel momento, en beneficio del
entonces ministro de orden público Xristos Papoutsis que deseaba, como todos
sus homólogos, la desarticulación de una organización terrorista a cualquier
precio durante su mandato. Es sabido que el ministro supervisó de forma directa
la operación y valoró él mismo los hechos que le transmitía la brigada
antiterrorista y, finalmente, dio la orden para que se realizaran las
detenciones. Cualquiera que leyera los medios de comunicación aquellos días se
acordará de los escenarios y las consideraciones de los diferentes papagayos
periodistas sobre a qué organización pertenecíamos, cuáles eran nuestros
objetivos, etc. lo que por supuesto alimentaba la brigada antiterrorista hasta
que, claro, salieron los resultados de los exámenes balísticos para callarlos…
Más tarde, el señor Papoutsis, en un intento de disculparse por este fiasco, en
una entrevista a una conocida revista declaró que “los servicios
antiterroristas me tomaban el pelo”(¡!).
El 6/4/2012,
sin ser juzgado todavía y, acercándose el límite de los 18 meses de
prisión preventiva (cantidad límite de encierro en base a la ley), se me impone
prisión preventiva de nuevo por la acusación de participación en 160 acciones
incendiarias y explosivas, cuya responsabilidad fue asumida por la organización
CCF. Es característico como en el sumario de dicho proceso, no solo no existe
ninguna prueba contra mí, ni siquiera se molestaron en fabricarlas esta vez,
sino que no hay ninguna referencia a mi nombre, a excepción del apartado donde
se presentan las acusaciones. Es un sumario que, sin exagerar y bajo la lógica
que caracteriza a los jueces Baltas y Mokkas, se podría atribuir a cualquiera.
Es también un signo característico y evidenciador de la finalidad de esta
persecución el hecho de que los señores jueces de instrucción tenían en sus
manos justo este sumario desde el primer momento de mi detención, hecho que
les obligaba, siempre en base a la ley, a que se me entregara junto con
el primer sumario. Es decir que, en pocas palabras, estos señores me han
aumentado la prisión preventiva acusándome de pertenencia a la misma a
organización dos veces seguidas.(¡!)
Hoy, llevando
a la espera de juicio dos años y medio, básicamente, por simple posesión de
armas (posesión agravada de armas, aclarativamente, significa que las armas que
posee alguien, son destinadas o a su comercialización o suministro a una
organización terrorista, algo que ni es ni acepto), los señores
institucionalmente defensores de la justicia y de la ley que me encierran
porque la he violado deciden pasar por alto incluso su Constitución, la
cual define que después de la primera encarcelación preventiva, el tiempo
máximo límite para las siguientes es de 12 meses, puesto que no les basta para
servir a su liderazgo político y para mantenerme seis meses más
secuestrado.
En esencia,
el régimen de prisión preventiva exterminador que impone una situación de
cautiverio prolongado constituye una contrapartida para las podridas
acusaciones preparadas cutremente, que hagan lo que hagan, son incapaces
de evitar que se “desinflen” en las salas de justicia a parte del régimen
especial que las caracteriza (en todos los aspectos). Quien haya pasado por
ellas, incluso si ha sido poco, lo sabe muy bien.
Está muy
clara su táctica y delata su intención vengativa. Sí, es verdad, el Estado se
venga de sus adversarixs políticxs. Se venga de ellxs, pero nunca lxs reconoce
como tal. Nunca lo hizo de otra manera. Infiltrados y traidores antes,
terroristas y enemigos de la sociedad ahora.
Es un hecho
que el sistema político vive su periodo más crítico e inestable tras la
dictadura, debido a las consecuencias internas de la crisis capitalista
mundial. Es también un hecho que la represión y, en general, la actitud
despótica del Estado, es la “última carta” que tienen en la mano, decidido a
asegurar la esclavizada paz social y evitar que la resistencia generalizada se
exprese en formas insurreccionales más significativas y organizadas.
El propio
Ministro de Economía ha declarado que es la primera vez que se llama a un
gobierno a aplicar medidas tan extremas en periodo de paz.
Las leyes que
siempre han expresado la voluntad de los poderosos, hoy, no les bastan a los
representantes políticos del sistema ante lo que están llamados a ejecutar
sirviéndolo.
Teniendo la
perspectiva y la posición de que el camino a la libertad individual-colectiva
está lleno de lucha y resistencia, he decidido que el martes 4/6, comenzaré una
huelga de hambre fecha en la que, según el régimen jurídico en vigor, expira el
tiempo máximo de mi prisión preventiva. Aclaro que, para mí, la elección de
comenzar la huelga de hambre, no constituye un movimiento desesperado, sino la
elección de continuar la lucha. Una lucha que yo y mis compañeros llevamos a
cabo desde el primer momento de nuestro cautiverio, resistiendo a un
enfrentamiento vengativo sin precedentes por parte de los mecanismos
judiciales, los cuales habían decidido que, en nuestro caso, harían un descanso
en su labor de cobros, con intención de defender a la sociedad de sus supuestos
enemigos y a las leyes de aquellos que las violan. Son los mismos mecanismos y
las mismas personas que se encuentran tras ellos quienes constituyen los
autores materiales de que sea legal movilizar a los huelguistas, de los miles
de desahuciados y de los sintecho, de la abolición de las demandas laborales,
de los despidos, de la abolición de las prestaciones sociales, de lxs miles que
viven bajo el umbral de la pobreza, de los cientos de personas que se suicidan
cada año poniendo fin a su vida porque no son capaces de enfrentarse a ella
dignamente, de la legalidad de las personas amontonadas en campos de
concentración caracterizadas como clandestinas. Son los autores materiales de
la legalidad de las torturas y las palizas en las comisarías de policía, de las
pistolas que se disparan solas, del silenciamiento de los medios de información
disidentes…
Son los
autores materiales de la creación de una sociedad cementerio en nombre de la
ley.
Son los
autores materiales de la creación de una sociedad cementerio, si hace falta, incluso,
fuera de la ley…
Cubiertos de
hipocresía y miseria, despreciables tanto para los partidarios de la
justicia burguesa, como para sus críticos y enemigos ideológicos.
“Muere
lentamente [...] quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de
un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los
consejos sensatos. [...] Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando
siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho
de respirar”. —Pablo Neruda
Kostas Sakkas
Módulo A,
cárcel de Koridallos
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de Kostas Sakkas: Aca
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