En primer
lugar quisiera saludar a toda la concurrencia a la presentación de este libro.
Quisiera, además, agradecer la oportunidad que me brinda Julio Cortés, quien
fuera mi abogado en el laberintico y rocambolesco proceso judicial que nos tocó
enfrentar desde Noviembre 2011 hasta Octubre del 2013 con la última resolución
de la Corte de Apelaciones que niega la posibilidad de libertad vigilada y
ratifica que deberé cumplir los 5 años y 300 días con prisión efectiva. Entre medio
hubo de todo: Filtraciones de la carpeta de investigación a El Mercurio cuando
ésta era
aún secreta y
mi defensa no podía tener acceso a ella, tres arrestos domiciliario es
revocados en todas las ocasiones por la Corte de Apelaciones, una acusación
invocando la Ley Antiterrorista, una suspensión del juicio al llevar el
Ministerio del Interior al Tribunal Constitucional el caso, una fuga de 5 meses
con mi esposa y mi pequeño hijo en que la Fiscalía Sur y las policías señalaron
que me encontraba en Grecia, España o Italia y me ayudaban ex-acusados del Caso
Bombas desde Europa, increpaciones del mismísimo presidente de la república y
el ministro del Interior Andrés Chadwick, sucesivos asaltos de la policía a la
casa de mi madre dirigido personalmente -alguno- por Raúl Guzmán, fiscal jefe
de la Fiscalía Metropolitana Sur, una fiscalía con un prontuario que da
escalofríos al más curtido de los abogados penalistas. Finalmente, la aventura
(si es que se la puede llamar así) terminó con la detención por parte de un
equipo especial de la PDI y una mediática presentación al Tribunal.
Pero más
importante que todo aquello y de los avatares jurídicos-políticos que se han
sucedido, el comentario de este libro es una petición que realiza mi amigo
Julio Cortés, relación que espero no se rompa después de nuestro estrepitoso
final.
Quisiera por
último discúlpame con la concurrencia por no citar textos y por mi
desactualización de la discusión académica. Huelga decir que me encuentro en
prisión y no precisamente una prisión llena de lujos como la tienen los
genocidas y quienes cometieron crímenes de lesa humanidad. Tampoco vivo en algo
así como una idílica prisión política, sino una donde el 99,9% de los internos
son pobres y tienen varios de los ingredientes de sordidez y violencia
característicos de una prisión común. A buen entendedor pocas palabras.
Pero vayamos
al punto que nos convoca que es el comentario del libro “Estruendo. La
asociación ilícita terrorista en la legislación chilena a la luz del Caso
Bombas” de Julio Cortés. Mi comentario se permitirá soltarse los ribetes más
jurídicos y me centraré en las consecuencias políticas de las acciones
jurídicas y los fallos de Tribunales. La distancia existente, además, con el
Caso Bombas y la existencia de otros casos, disculpando la autorreferencia, el
mío entre otros, nos permite observar el movimiento general del Estado y su
reposicionamiento con respecto a los nuevos desafíos que ha planteado a lo que
denominaré “el dominio”, las nuevas características del conflicto social y las
manifestaciones de violencia política entre los que se encuentran, entre muchas
otras, los atentados con artefactos explosivos contra símbolos del sistema,
como bien lo manifestaba el año 2007 el Director de la Agencia Nacional de
Inteligencia (ANI), El ex abogado de la Vicaria de la Solidaridad, Gustavo
Villalobos, que el libro recuerda en la pagina 12 y cuyo diagnóstico era mucho
más acertado que posteriormente cuando la comunidad de inteligencia y más
específicamente el Ministro del Interior se deja capturar por la delirante idea
de una Asociación Ilícita Terrorista dirigida por ex subversivos del Mapu
Lautaro y financiada desde el exterior por anarquistas insurreccionalistas
europeos. Si se me permite un pequeño paréntesis, la actuación inexperta, hiperventilada,
con una obsesión por los resultados inmediatos, sin perspectiva estratégica del
ministro Hinzpeter en interior, no deja de sorprender, lo que lleva a pensar
que la preparación militar de Rodrigo Hinzpeter en Israel, se limitó a cumplir
con su servicio militar y nada tiene que ver con los maestros de la
inteligencia y la conspiración que son el Mossad.
Volviendo al
diagnóstico de la ANI, que se cita en el libro, recordemos que planteaba
que “En general, los atentados han tenido una magnitud moderada y
responderían a fines panfletarios y de hostigamiento al sistema…” y mas
adelante, “tales grupos son de difícil detección, dado su reducido tamaño,
horizontalidad orgánica y conducta conspirativa”.
Dicho esto ,
y a riesgo de salirme estrictamente de la materia del libro, o el Caso Bombas,
y los casos hermanos que le precedieron y sucedieron nos permiten marcar una
huella y una dirección que ha tomado el Estado su practica represiva y de
control social. De hecho es un error, a mi entender, hablar del Caso Bombas y
los otros casos, cuando tal vez deberíamos referirnos a Los Casos Bombas o a
los casos donde están involucrados atentados explosivos. En todo caso, las
consecuencias y repercusiones del reajuste y realineamiento del Estado se
podrían resumir, en mi opinión, en las siguientes dimensiones:
1.-Tanto el
caso Bombas como los casos similares corresponden a un intento de reajuste del
dominio para enfrentar una dimensión de la violencia política, la cual es la
seguidilla de atentados incendiarios y explosivos que se han sucedido desde el
2000 en adelante con sus características de baja intensidad, incruentos, contra
objetivos simbólicos y destinados principalmente a fines propagandísticos, como
señala la propia ANI.
En una
primera etapa, el Estado se ha jugado por invocar la Ley Antiterrorista, etapa
en la que podríamos agrupar los casos de Manuel Olate y la conexión
FARC-Mapuche, el caso del Pakistaní y el Caso Bombas. Posteriormente, a pesar
que la Fiscalía y el Ministerio del Interior haya invocado la ley
Antiterrorista y que durante toda la investigación se les trato de terrorista a
los imputados, con la lesión al derecho a defensa que ella implica, los fallos
de los tribunales, en casos relacionados con ataques explosivos con motivación
política, han optado por aplicar la ley de Control de Armas más el delito de
daños en algunos casos. Entre estos podríamos agrupar todos los últimos casos
luego del Caso Bombas: Luciano Pitronello, Carla Verdugo e Ivan Silva, el mío
(Niemeyer) y aunque es distinto por ceder a las intenciones del Ministerio
Publico, está la salida en procedimiento abreviado por el caso de tenencia de
artefactos explosivos caseros en Temuco. Todavía queda por ver en qué quedará
el Caso de Victor Hugo Montoya por un supuesto transporte en camioneta de los
autores del bombazo contra el retén Las Vizcachas de Carabineros, en Enero del
2013, donde la jueza de garantía , en una verdadera aberración jurídica,
adelanto su opinión respecto a la calificación jurídica respecto a que se trata
de un delito terrorista.
Lo importante
de todo esto es que la señal política del dominio señala que no es necesaria la
legislación especial anti terrorista para hacer frente a este tipo de violencia
política, independiente que se haga un uso utilitario durante el proceso para
debilitar las posibilidades de defensa, asegurar largas prisiones preventivas,
utilización de testigos protegidos (Caso de Victor Montoya), investigación bajo
secreto, etc. También el hecho que se les de un trato publico y mediático de
terroristas. A partir de mi caso y el fallo condenatorio en prisión efectiva
negándome la posibilidad de beneficios, pese a ser primerizo y basad en un
mañoso e infundado informe presentencial de gendarmería que opera de manera
funcional a la estrategia de la Fiscalía y el ministerio del Interior,
podríamos agregar que le mensaje es que “esto no saldrá gratis y se pagará
con prisión”, a pesar del año y medio que llevo preso. La corte de
Apelaciones en su último fallo negándome la posibilidad de libertad vigilada
que se ha otorgado a todos los casos anteriores agrega un sorprendente
argumento que más parece una confesión, al señalar que la razón de fondo es ”que
mis ideas están contra las ideas de la sociedad”,una verdadera joya de la
preeminencia de la razón de Estado. A confesión de partes, relevo de pruebas.
Sin embargo,
yendo más allá de lo evidente, lo que se intenta desactivar es que esta
violencia política, insurgencia de baja intensidad, confluya con escenarios de
conflictividad social ascendente, es decir que no se produzca una especie de
superposición de focos de conflicto con ingredientes de violencia política que
pudiesen tener un peligroso efecto multiplicado r de estas acciones
descentralizadas, simples y sin gran despliegue de medios materiales.
Recordemos lo
que planteaba la
editorial de EL Mercurio, previo al golpe del 14 de Agosto de 2010, que el
libro cita en la pagina 14: “El fenómeno terrorista debe ser combatido con
la máxima energía en su germen mismo. No hacerlo es invitar a que él acreciente
su intensidad y entonces ya sera demasiado tarde”. Visto a la distancia,
concordemos que se cumplieron totalmente los deseos del decano.
2.-Confluencia de los principales
agentes del dominio.
Una cosa es
la cobertura tendenciosa de las noticias y otra cosa es que exista una
imbricación y convivencia de actores hegemónicos en torno a una estrategia
represiva. Y es que en el caso bombas y los otros similares han opinado
senadores, diputados y otros influyentes actores.
Recordemos
que por la acción y criticas del Ministro del Interior Hinzpeter se logró
cambiar al fiscal que llevaba el caso (Armendáriz) y traspasárselo a la
fiscalía Metropolitana Sur. Todo ello a raíz de as fuertes criticas de Hinzpeter
producto de un atentado explosivo contra una sucursal bancaria a cuadras de la
casa del presidente de la república en el barrio San Damián. Pero para ser
justos, la intervención abierta y la presión política había comenzado en el
gobierno de Bachelet, cuando el secretario del interior Patricio Rosende
señalaba que las policías trabajaban y sabían quienes eran los autores pero
había fiscales que no actuaban. Como las vueltas de la vida son crueles, años
después a los fiscales no les falto acción para patearlo en el piso…cría
cuervos.
Pero yendo al
tema de fondo, en todos los Casos Bombas se ha producido una muy peligrosa
confluencia del duopolio de la prensa escrita, principalmente a través de sus
editoriales señalando los objetivos que posteriormente serán golpeados,haciendo
realidad la consigan de “la prensa apunta, la policía dispara”. En
esta confluencia obviamente ha participado el Ministerio publico, pero el papel
jugado por el Ministro del interior en el gobierno de Piñera ha puesto su sello
característico, dando piso político institucional y jurídico mediante la activa
participación de sus abogados, en la correcta alineación represiva. Entre medio
ha habido un cambio institucional de la mayor importancia, y es el traspaso de
carabineros al mando del ministerio del Interior, potenciando las posibilidades
de intervención político-policial de este ministerio en una magnitud que aun se
esta desplegando.
Y más aun
teniendo en cuenta que dentro de Carabineros se ha hipertrofiado el aparato e
inteligencia política, la DIPOLCAR, ampliando los espacios donde reporta y
vuelca su acopio de inteligencia, es decir en la mesa de la ANI y en el
ministerio del interior. no es un dato menor que la gran mayoría de las
diligencias en los casos de atentados explosivos han sido entregadas por la
fiscalía sur a la inteligencia de carabineros y no a la PDI, lo que ha
contribuido a sobrerepresentar a la inteligencia de carabinero en el Estado.
Un ejemplo
sacado de mi caso, donde le mismo fiscal Guzmán le reconoce a un abogado , que
tiene al ministerio del interior encima. Y al respecto, cuando existe una
reunión de coordinaron de querellantes en que van a escuchar el reporte de
inteligencia de la DIPOLCAR.
¿No llega el
ministerio del interior en una situación de ventaja?¿Que cosas sabe el
ministerio del interior que no saben los otros querellantes?¿Planifican la
DIPOLCAR Y el Ministerio del interior los golpes represivos al nuevo enemigo
interno? Recordemos que bajo el mando el General Villalobos Krumm, la DIPOLCAR
fue investigada por escuchas telefónicas a parlamentarios y se hablo de
escuchas al mismismo presidente Ricardo Lagos.
En una época
de ampliación del derecho penal, la concentración de la prensa escrita en un
solo actor político social, la dupla DIPOLCAR- Ministerio del Interior está en
plena etapa de desarrollo.
3.- La configuración del nuevo enemigo
interno y la faceta política de la actual fase represiva.
Desde la
mitad de los años noventa a lo menos que se viene señalando a una conjugación
del nuevo enemigo interno: anarquistas, okupas, encapuchados y mapuche son tal
los mas criminalizados y visibles de estos nuevos enemigos con múltiples
rostros.
Es en este
contexto en el que se inserta el discurso contra el fantasmal“enemigo
terrorista” como bien lo explica Julio Cortés en las paginas 57 a la 59 y
luego en la 98 en que se describe la forma en que se pone en juego la
legislación antiterrorista, hija de la doctrina seguridad nacional contra los
nuevos enemigos del Estado.
Mi tesis en
este punto difiero un poco de la de Julio. Yo creo que la decisión del poder es
ocupar la legislación común contra su nuevo enemigo interno, la nueva
subversión (como algunos la han denominado), pero el telón de fondo es la
represión ideológica.
Daré dos
ejemplos, disculpando una vez mas la autoreferencia , sacados de mi caso.
El extracto
está en la pagina 55 de la sentencia del Séptimo Tribunal Oral en lo penal en
que se me condena, y la redactora es la Juez Olga Ortega Melo:
“Aun cuando
puede estimarse que la reunión de todo este material, alguno de ellos de
carácter abiertamente insurreccional, haría demostrado que el acusado adhería a
alguna ideología de carácter anarquista, el tribunal tuvo presente que, como se
adelantó, que los diversos documentos encontrados en el computador que ocupaba
en su lugar de trabajo el acusado, no le pueden ser atribuidos de manera
inequívoca y en consecuencia tampoco la creación de los documentos
individualizados por los peritos”.
Uno se
pregunta ¿Y si se hubiera comprobado que la literatura abiertamente
insurreccional que permitiría vincularme a alguna ideología de carácter
anarquista era de mi autoría? ¿Es un delito la ideología anarquista y la
literatura insurrecional? ¿Estamos ante una reedición del delito ideológico en
Chile? Para el Séptimo Tribunal Oral en lo Penal, al parecer sí.
En la misma
perspectiva entonces, no debiera sorprender el fallo de la 5a sala de la Corte
de Apelaciones integrada por Jorge Dahm, Maria Rosa Kittsteiner y el abogado
Angel Cruschaga Gandarillas.
“…Su actitud
de no comparecer ante la autoridad luego de que le fuera revocada la libertad
provisional, conducta que no solo llegó a este punto, sino que además emitió
mensajes a la sociedad desafiando abiertamente el sistema judicial desde que da
entrevistas a medios e comunicación, explicando el motivo de su rebeldía y
persistencia en su conducta antijuridica”
Como vemos no
hay nada que ame tanto un juez como una actitud de derrota y la cara escondida
ante las cámaras.
Y esta otra
joya de la ortopedia social y la criminalización ideológica:
“Es necesario
contar con una mínima colaboración y voluntad del sentenciado en orden a que
comprenda la necesidad de acatar normas básicas de convivencia en el grupo
social, y si sus ideas chocan con las de la sociedad en general , manifieste su
disconformidad mediante actos que no vulneren a lo menos físicamente a los
demás”.
El sentido
político de las resoluciones judiciales ilustra mejor que cualquier teorización
acerca del nuevo enemigo interno. Y más que la denuncia, lo más relevante me
parece, es que las contradicciones que la sociedad chilena ha acumulado por más
de 20 años están recién comenzando a desencadenarse.Nos encontramos en un ciclo
de conflicto social y de readecuación en que la clase dominante (mis disculpas
al 7° TOP si sueno marxista), la elite dirigen y los aparatos ideológicos del
Estado entre los que se cuenta al Poder Judicial, estarán ahí para defender el
statu quo, y ya sabemos a quienes se identificó como los nuevos enemigos del
orden social y del Estado. Que dios nos pille confesados.
Un abrazo a
todos y todas.
Hans Felipe Niemeyer Salinas. 3° piso
Modulo H Norte, Cárcel de Alta Seguridad, Santiago, Chile.
7 Noviembre 2013.
Más escritos
de Hans: Aca
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