jueves, diciembre 12, 2013

¿Donde quedamos nosotrxs? Apuntes sobre la destruccion creadora (Mexico)


¿Dónde quedamos nosotrxs? Apuntes sobre la destrucción creadora

Nota: Este texto es producto de diversos cuestionamientos que formulé a
partir de la lectura de la entrevista que le realizó la publicación
Conspiración Ácrata al compañero Gustavo Rodríguez;así mismo, es motivo de
la reflexión en torno a diferentes planteamientos que se han venido dando
dentro de la tendencia identificada con la informalidad y el
insurreccionalismo contemporáneos a través de las diversas instancias
anarquistas de contrainformación y propaganda. Este trabajo tiene ya
tiempo de haber sido redactado y, hasta la fecha, no ha sido publicado,
por lo que antes de que quedara olvidado en el disco duro, preferí sacarlo
a luz como un aporte a la lucha en curso y a  las discusiones y debates
que se generan de la mano de su desarrollo. No es mi intención confrontar
la postura de compañeros íntegramente comprometidos con el desarrollo de
la proyección anárquica y la necesaria actualización teórico-práctica en
el siglo XXI. Lejos de esos posicionamientos hostiles, de la discusión
estéril y la “competencia” inútil –que nada aporta a la Anarquía– esta mi
cordial invitación al intercambio de reflexiones y al debate honesto entre
afines. Valgan estas palabras para extender un afectuoso saludo anárquico
al compañero Gustavo donde quiera que se encuentre.
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Es innegable que en los últimos tiempos se ha venido desarrollando una
intensa lucha contra el sistema de dominación; lo que durante largo tiempo
no pasó de ser amenazas de guerra, hoy se acredita perfectamente con
hechos: bombas, incendios, expropiaciones, balas…, en fin, combatesde
claro signo antisistémico. De la mano de este accionar se ha afirmado que
para lxs anarquistas y lxs luchadores antagonistas, la única vía coherente
es la destrucción y el ataque, asumiéndose estos “momentos” como la tarea
lógicamente realizable y rechazando la premisa de “construcción” porque,
supuestamente,toda construcción deriva en posturas reformistas y consolida
al sistema de dominación. Particularmente, no suscribo esta postura, más
bien reafirmo de la mano de la mítica frase que «mi pasión por la
destrucción es una pasión creadora»(1) . Y es que, cuando recurro al
vocablo “construir”, no me refiero a la labor desarrollista y urbanística,
sino más bien, a la creación de situaciones.

Parece ser que el compañero Gustavo Rodríguez y lxs
insurrectx/combatientes, han centrado todas sus fuerzas en el enemigo, en
destruirle y atacarle y, aparentemente, para muchxs de estxs compañerxs
esees el único ángulodesde el que verdaderamente se puede ser anarquista.
Pero ¿qué esperamos de nuestra Anarquía? Si bien mi tensión anarquista
visualiza necesario el ataque y la destrucción del enemigx, la mayor parte
de mi Anarquíareside dentro de mi y no depende de la existencia de un
enemigo gigante. Y es que tal parece que existe la necesidad psicológica
de tener un enemigo y que sin él, nuestra pasión anárquicase desinfla y
nuestros objetivos se vuelven irrealizables. Solemos definirnos a partir
del enemigo en vez de construirnos en base a nuestra individualidad y
libertad. Sin duda, en nuestras consignas siempre nos referimos a la
destrucción del sistema de dominación, pero ¿dónde quedamos nosotrxs? Cada
vez que escucho a compañerxs decir que sólo la destrucción es viable, me
surgen infinidad de interrogantes, sé que–sin duda– se refieren a la
destrucción del sistema (Estado-capital, sistema tecno-industrial, etc.)
pero, en nuestra vida cotidiana, con unx mismx y, con lxs nuestrxs, ¿cómo
se concreta esta destrucción? Podríamosdecir que sí,que se concreta de
cierta manera cuando destruimos algunas formastradicionales de
relacionarnos y negamos una amplia gama de valores pero, al momento de
concretar estas acciones, el individuo no se queda flotando en el espacio,
la vida no termina con el fin o la destrucción de estas opresiones sino
que sigue su curso y, es ahí, donde se gestan las pasiones creadoras, por
lo que considero que  la destrucción siempre debe de ir acompañada de una
propuesta creativa dirigida hacia nosotrxs, porque ¿qué pasa si alguien
ataca y destruye los símbolos del Poder bajo el discurso anti-sistema pero
su acción termina ahí en ese hecho particular, mientras que en el plano
personal y social inmediato continúa viviendo de la misma manera en
relación con lo existente? La contradicción sería evidente y, hablo de
contradiccionespero realmente no lo hago exacerbando posturas puristas –no
me interesa para nada los “puritanismos”–,sé que la existencia misma en
esta sociedad para muchxs se puede presentar como una contradicción (la
vida misma está llena de situaciones que se oponen unas con otras) pero,
muchas veces, estas contradicciones se miden con la misma vara del sistema
y no con la de las aspiraciones liberadoras individuales, por lo que la
crítica y autocrítica me parecen muy puntuales a la hora de avanzar en
este tema pero, no sólo rechazando la moral generalizada sino también
aquella que se desprende de personas “anarquistas” que quieren andar
dictando las pautas de conducta(lo que se debe y no se debe) entre lxs
compañerxs.

Para mi, bregar por la destrucción de los símbolos del sistema y no tener
una propuesta creadora  (hacia mí y lxs míxs), me deja el mismo sabor de
boca que un ciudadano común y corriente, estupidizado por el futbol y la
cerveza, que recurre a la violencia para destruir en uno de sus desmanes
las ventanas de algún centro comercial y roba alguna que otra mercancía y
cuando acaba el fin de semana, regresa a su casa a continuar con su rol de
dictador de su familia y se despierta temprano al siguiente día para
llegar puntual a obedecer sumisamente las  ordenes de su patrón en su
puesto de trabajo y, sigue cegado por el consumo, planteándose la
realización de su vida en torno a las vías ofrecidas por el sistema y
relacionándose con lxs demás –en lo referente ala amistad,la sexualidad, y
los aspectos sentimentales, etc.– y con la Naturaleza de manera
destructiva, jerárquica y autoritaria.

«Que mis amigos construyan, yo no tengo más sed que la destrucción, porque
estoy convencido de que construir con unos materiales podridos sobre una
carroña es trabajo perdido y de que tan sólo a partir de una gran
destrucción pueden aparecer de nuevo elementos vivientes, y junto con
ellos, elementos nuevos […]» (2) . Pero, si nunca llegamos a ver todo lo
existente totalmente destruido, si no vivimos esa “gran destrucción” que
permita que surjan los “nuevos elementosvivientes”, relegaremostodo hasta
ese momento después de la destrucción, cuando, sin pretensiones
idealistas, estos nuevos elementos pueden surgiraquí y ahora o, acaso
esosnuevos elementos no somos nosotrxs mismxs. Ante esto, me parece que la
destrucción por sí misma no genera situaciones liberadoras(3) ;“algo”
puede ser destruido tanto por lxs anarquistas como por lostalibanes,por
alguna guerrilla marxiana o por la Naturaleza misma, pero la diferencia es
que lxs humanxs tenemos motivaciones teórico-prácticas mientras que la
Naturaleza simplemente “es”(4) , por lo que considerorealmente importante
entender lo que nos motiva y hacia dónde van dirigidas nuestras acciones y
que cada quien, desde su punto de vista discursivo,diga lo que tenga que
decir al respecto o no lo diga, pero ¿por qué negarnos a crear/construir
cuando el sistema está diseñando cada  aspecto de la existencia?
Definitivamente, tendremos que imaginar y descubrir nuevas formas de crear
y destruir paralelamente, que nos permitan enfrentar a  la dominación
contemporánea. Sólo lxs ciegxs no se dan cuenta que el modelo del “nuevo
mundo a través Revolución Social y el anarquismo clásico” ha quedado
desfasado. Apesar de todo lo que el Poder ha hecho y puede hacercontra la
gente, la gente lo continúa venerando sin cuestionarse profundamente la
necesidad de enfrentarlo y destruirlo.

Para mí, cada quien debe de visualizar la Revolución(5)  en función de si
mismx, por lo que mi Revolución habrá de ser paralelamente destructora y
creadora. Enfocándonos, como lo he expresado antes, en las posibilidades
aquí y ahora. Sin importar en el contexto que nos encontremos, siempre es
posible subvertir en cierta medida el estado de las cosas y de unx mismo
como individux, creándo ydestruyendo, con todo y las contradicciones que
esto pueda tener, viviendo en contante ensayo y error, sin necesidad de
sacrificar el presente en nombre de un futuro incierto.

Hoy también se habla de que las expresiones que dan vida a la Anarquía
deben centrarse en la expropiación,el atentado, el asesinato de esbirrxs,
etc.(6) Una vez más, considero que limitarnosa vivir la Anarquía
adecuándola siempre en torno a la existencia de un enemigo, es una visión
demasiado corta –y, con esto no estoy diciendo que vea estas acciones con
malos ojos, ya que esta conflictividad con el sistema de dominación es
producto de un análisis muy puntual  que refleja un posicionamiento claro
frente a las situaciones que nos impone la dominación y el conjunto social
pero, me parece necesario hacer también una crítica al fetichismo
insurreccional que se ha podido crear, sin dejar de hacer hincapié en la
acción directa destructora  para dar un paso más hacia una lucha más
integral teniendo en cuenta no sólo el daño que se le hace al enemigo sino
también la positividad libertaria que le podemos otorgar a nuestras
propias vidas–, ya que muchas veces se suele medir o jerarquizar el “cuán
anarquista eres”(7)  por el grado de peligrosidad que te pueda otorgar el
Estado o por si realizas tal o cual tipo de acciones, cuando,
precisamente, lo que queremos es dejar de ser medidxs, vigiladxs y
controladxs, teniendo en cuenta que el camino revolucionario es un camino
de acciones multiformes que no necesariamente tiene que  llevarnos a las
mismas posiciones, prácticas y escenarios.

Espero llegar a un momento en el quelas ansias de vivir despierten a
partir de la creación, donde la acción creadora se materialice a partir de
unx mismx junto a todxs aquellxs queestén dispuestxs a hacerlo sin dejar
de darle batalla al Poder. Sin embargo,también me considero afín a la
expropiación y la acción directa, porque tampoco veo adecuado vivir
limitándonos a las formas que nos impone el sistema de dominación.
Prefiero apuntar todos mis esfuerzos a vivir experiencias anárquicas a
dejar que la vida se me vaya absorbido por las reglas, apegado a la
normatividad de la maquinaria social y, en ese sentido, le apuesto al
conflicto cotidiano y a la guerra social. La Anarquía no es sinónimo de
guerra pero la guerra antisistémica es la postura por la que hemos optado
algunxs anarquistas.Entre crear y destruir no existe dilema alguno, aún
así considero que siempre nos podremos sentir más en Anarquía cuando nos
encontremos en una situación o momento en que no tengamos la necesidad de
atacar al enemigo; sin embargo, la manera en que se desarrollan las
acontecimientos, tanto en México como el mundo, no dan cabida a que
dejemos de destruir permanentemente y confrontemos a la dominación en todo
momento.

La propuesta, entonces, se encuentra inscritaen la experimentación de
formas de vida anárquica, tanto desde el ataque contra la dominación como
en la creación y la armonía que le imprimamos a nuestros actos y al
conjunto de la Naturaleza; crear condiciones hacia una proyección integral
anarquista que nos permita generar la “autonomía posible” y que pueda
extender la Anarquía hasta las últimas consecuencias, en el sentido de que
mientras que estas propuestas cobren vida en más individuxs,mayor
posibilidad existe de extender la Anarquía a cuantos  espacios e
iniciativas de propaganda y tensión sea posible, desde combates a comunas
–sin pretenciones de fundir el proyecto anárquico a la lógica de las masas
reformistas–, incentivando el conflicto cotidiano a través de la
organización informal y la reconstrucción y reapropiación del individux.Es
primordial tener presente que la autonomía jamás podrá devenir del
dialogo, la mediación y/o la “oposición política”(8)  al sistema de
dominación y sus instituciones, sino que será la consecuencia de la propia
iniciativa tendiente a crear diversas formas de vida que replanteen las
relaciones entre lxs humanos, los animales y la Tierra.

Con todo lo anterior, quiero dejar en claro que no considero viable la
difusión de cierto “optimismo” “pesimismo” o “realismo” que arrincone la
“coherencia de los actos” y nos condene a habitarúnicamente en las páginas
de la teoría y  el inmovilismo cotidiano, por el sólo hecho de que a
nuestro alrededor no funcione el mundo en correspondencia con  nuestras
ideas o “ideales” sino,más bien, considero necesaria una
proyecciónanárquica que pueda dar frutos másprácticos que teóricos,  que
si bien, no busca endulzar los planteamientos anti-autoritarios para
consumo de la “masa”, tampoco los reduzca a ser producto de auto-consumo.

Rebelión Inmediata
México, Marzo, 2013

NOTAS:

 1- Miguel Bakunin
 2- Esta frase pertenece a Miguel Bakunin y está citada en la entrevista
que le hizo Conspiración Ácrata al compañero Gustavo Rodríguez. La frase
aunque me parece muy simpática y motivadora, sólo puedo suscribirla como
complemento de un proyecto anárquico.
 3- De hecho, muchxs de lxs que se deciden a dar  el paso de la acción
directa y destructora pasan por un proceso de racionalización que les
lleva a accionar de dicha forma y dotar de contenido sus acciones
tendientes a la liberación.
 4- Con esto quiero decir que la Humanidad no está excluida de la
Naturaleza y que en el resto de los eventos que no son producidos por
nosotrxs también existen motivaciones, es decir, una causa y efecto. Sin
embargo, a diferencia de las motivaciones naturales, las motivaciones
humanas tienen que ver con nuestra naturaleza racional, emocional,
social, ideológica, etc.  Específicamente, me refiero a esos fenómenos
naturales  en los que lxs humanxs no tienen el control de los
acontecimientos, aunque si recienten su repercusión e impacto. Cabe
señalar que la tendencia actual de la Humanidad, engendrada por el mundo
industrial y su religión científico-técnica, esllegar a dominar y
controlar todo proceso natural para obtener beneficios para el conjunto
del sistema de dominación y sus cabecillas.
 5- Deseo aclarar, que el concepto de “Revolución” que acuño, no tiene
nada que ver con modelos economicistas clásicos, marxistas,
anarcosindicalistas, clasistas etc., sino con una actitud frente al
estado actual de las cosas, que se va forjando de manera individual
tendiente a la superación y destrucción del sistema de dominación y que
no esta encaminado al traslado del Poder y la reutilización y
“autogestión” de la infraestructura del sistema. Han existido
revoluciones de independencia, revoluciones burguesas, guerras civiles,
insurrecciones populares, etc. Sin embargo,a diferencia de cualquier otra
Revolución, la nuestra busca destruir el Poder. Aquí, considero que si
bien la palabra/concepto puede ser utilizada de diversas maneras y podría
ser cuestionada su utilización “correcta o no”, por el hecho de que  en
otros momentos históricos ha habido revoluciones que, simplemente, se han
limitado a concretar un trasladado del Poder, hoy no tenemos porque
renunciar a ella.  De hecho, compañerxs como  Gustavo Rodríguez, lxs
editores de Conspiración Ácrata, las Columnas Antagonistas Incendiarias
de Chile o el grupo anti-tecnología Individualidades Tendiendo a lo
Salvaje, han criticado en repetidas ocasiones el uso del “discurso
revolucionario” –cada unx desde su propia visión–, inclusive han
comentado que sería preferible utilizar el término “insurrección” o
“destrucción total” en lugar del vocablo “Revolución”; sin embargo,
también estos términos pueden ser embarrados por nomenclaturas populistas
o reformistas, por lo que, evidentemente, no se trata de cambiar un
termino por otro. De hecho, ha habido insurrecciones que tampoco logran
el cometido de liberación que tanto se critica a las “revoluciones”. Ante
esto, considero que lo importante aquí es la tendencia de nuestra
práctica/discurso, la realidad de nuestra propia actividad
destructora/creadora. Lxs compañerxs de la Conspiración de las Celulas de
Fuego de Grecia han expresado su propio discurso anarquista/nihilista en
“términos revolucionarios” y esto no les resta credibilidad, lo que me
parece que le da certeza a lo que hablamos, como ya dije, nuestras
acciones y su tendencia es lo que dota de significado al concepto, ya que
las palabras se las puede llevar el viento.
 6- Aquí traigo a colación un fragmento de la entrevista que le realizaron
al compañero Gustavo Rodríguez, donde afirma: «La TIA( Tendencia Informal
Anarquista) no lucha por un “mundo mejor” ni por alcanzar la “sociedad
ideal” –llámese Comunista, Anarquista o como quieran denominarle–. No
creemos en milagros, mucho menos en “sociedades utópicas”, por ello,   no
nos desgastamos en “mejorar” la imagen para consumo público de ese
producto  intangible que denominan Utopía. Estamos convencidos que la
“sociedad anarquista” no se concretará mañana en la mañana. Es más,
tenemos casi la certeza que muy probablemente nunca se concrete. Y nos
tiene sin cuidado. Como nos recalca Bonanno. «el anarquismo es una
tensión, no una realización». Sin embargo, esto no significa que la
Anarquía no sea posible aquí y ahora. Para nosotros la Anarquía no sólo
es posible sino que se concreta de manera efímera cada vez que se realiza
una expropiación exitosa; se constata en esos breves instantes en que se
ilumina la noche con el fuego refractario; se confirma en cada fuga de
prisión; se verifica con la eliminación física de nuestros enemigos…»
coincido con la mayoría de lo expuesto en este párrafo, mi postura gira
entorno a llevar a la práctica las ideas anarquistas no sólo en el plano
del ataque sino también en el plano de nuestra vida real, de las
convivencias  y relaciones, tal como lo he expresado en otra reflexión
publicada en Conspiración Ácrata No. 16
necesidad de vivir la Anarquía, aquí y ahora, en la medida de lo posible
y alejado de tonos utópicos y perfectos, apegándonos a la Naturaleza.
 7- Y el simple hecho de querer medirnos en ese sentido representa
reproducir los vicios típicos del sistema, el cual intenta medirnos,
valorarnos, jerarquizarnos, en torno a sus construcciones sociales
autoritarias como si de renombre y competencias se tratara.
 8- Hago referencia a la “oposición política” ya que,lamentablemente,
muchas veces se concibe al anarquismo como eso,  simple y banal
politiquería que puede y podría no distar mucho de las demás formas y
estructuras políticas existentes que no incitan a la confrontación

liberadora.

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