¿Dónde quedamos nosotrxs? Apuntes
sobre la destrucción creadora
Nota: Este texto es producto de
diversos cuestionamientos que formulé a
partir de la lectura de la entrevista
que le realizó la publicación
Conspiración Ácrata al compañero
Gustavo Rodríguez;así mismo, es motivo de
la reflexión en torno a diferentes
planteamientos que se han venido dando
dentro de la tendencia identificada
con la informalidad y el
insurreccionalismo contemporáneos a
través de las diversas instancias
anarquistas de contrainformación y
propaganda. Este trabajo tiene ya
tiempo de haber sido redactado y,
hasta la fecha, no ha sido publicado,
por lo que antes de que quedara
olvidado en el disco duro, preferí sacarlo
a luz como un aporte a la lucha en
curso y a las discusiones y debates
que se generan de la mano de su
desarrollo. No es mi intención confrontar
la postura de compañeros íntegramente
comprometidos con el desarrollo de
la proyección anárquica y la necesaria
actualización teórico-práctica en
el siglo XXI. Lejos de esos
posicionamientos hostiles, de la discusión
estéril y la “competencia” inútil –que
nada aporta a la Anarquía– esta mi
cordial invitación al intercambio de
reflexiones y al debate honesto entre
afines. Valgan estas palabras para
extender un afectuoso saludo anárquico
al compañero Gustavo donde quiera que
se encuentre.
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Es innegable
que en los últimos tiempos se ha venido desarrollando una
intensa lucha
contra el sistema de dominación; lo que durante largo tiempo
no pasó de
ser amenazas de guerra, hoy se acredita perfectamente con
hechos:
bombas, incendios, expropiaciones, balas…, en fin, combatesde
claro signo
antisistémico. De la mano de este accionar se ha afirmado que
para lxs
anarquistas y lxs luchadores antagonistas, la única vía coherente
es la
destrucción y el ataque, asumiéndose estos “momentos” como la tarea
lógicamente
realizable y rechazando la premisa de “construcción” porque,
supuestamente,toda
construcción deriva en posturas reformistas y consolida
al sistema de
dominación. Particularmente, no suscribo esta postura, más
bien reafirmo
de la mano de la mítica frase que «mi pasión por la
destrucción
es una pasión creadora»(1) . Y es que, cuando recurro al
vocablo
“construir”, no me refiero a la labor desarrollista y urbanística,
sino más
bien, a la creación de situaciones.
Parece ser
que el compañero Gustavo Rodríguez y lxs
insurrectx/combatientes,
han centrado todas sus fuerzas en el enemigo, en
destruirle y
atacarle y, aparentemente, para muchxs de estxs compañerxs
esees el
único ángulodesde el que verdaderamente se puede ser anarquista.
Pero ¿qué
esperamos de nuestra Anarquía? Si bien mi tensión anarquista
visualiza
necesario el ataque y la destrucción del enemigx, la mayor parte
de mi
Anarquíareside dentro de mi y no depende de la existencia de un
enemigo
gigante. Y es que tal parece que existe la necesidad psicológica
de tener un
enemigo y que sin él, nuestra pasión anárquicase desinfla y
nuestros
objetivos se vuelven irrealizables. Solemos definirnos a partir
del enemigo
en vez de construirnos en base a nuestra individualidad y
libertad. Sin
duda, en nuestras consignas siempre nos referimos a la
destrucción
del sistema de dominación, pero ¿dónde quedamos nosotrxs? Cada
vez que
escucho a compañerxs decir que sólo la destrucción es viable, me
surgen
infinidad de interrogantes, sé que–sin duda– se refieren a la
destrucción
del sistema (Estado-capital, sistema tecno-industrial, etc.)
pero, en
nuestra vida cotidiana, con unx mismx y, con lxs nuestrxs, ¿cómo
se concreta
esta destrucción? Podríamosdecir que sí,que se concreta de
cierta manera
cuando destruimos algunas formastradicionales de
relacionarnos
y negamos una amplia gama de valores pero, al momento de
concretar
estas acciones, el individuo no se queda flotando en el espacio,
la vida no
termina con el fin o la destrucción de estas opresiones sino
que sigue su
curso y, es ahí, donde se gestan las pasiones creadoras, por
lo que
considero que la destrucción siempre
debe de ir acompañada de una
propuesta
creativa dirigida hacia nosotrxs, porque ¿qué pasa si alguien
ataca y
destruye los símbolos del Poder bajo el discurso anti-sistema pero
su acción
termina ahí en ese hecho particular, mientras que en el plano
personal y
social inmediato continúa viviendo de la misma manera en
relación con
lo existente? La contradicción sería evidente y, hablo de
contradiccionespero
realmente no lo hago exacerbando posturas puristas –no
me interesa
para nada los “puritanismos”–,sé que la existencia misma en
esta sociedad
para muchxs se puede presentar como una contradicción (la
vida misma
está llena de situaciones que se oponen unas con otras) pero,
muchas veces,
estas contradicciones se miden con la misma vara del sistema
y no con la
de las aspiraciones liberadoras individuales, por lo que la
crítica y
autocrítica me parecen muy puntuales a la hora de avanzar en
este tema
pero, no sólo rechazando la moral generalizada sino también
aquella que
se desprende de personas “anarquistas” que quieren andar
dictando las
pautas de conducta(lo que se debe y no se debe) entre lxs
compañerxs.
Para mi,
bregar por la destrucción de los símbolos del sistema y no tener
una propuesta
creadora (hacia mí y lxs míxs), me deja
el mismo sabor de
boca que un
ciudadano común y corriente, estupidizado por el futbol y la
cerveza, que
recurre a la violencia para destruir en uno de sus desmanes
las ventanas
de algún centro comercial y roba alguna que otra mercancía y
cuando acaba
el fin de semana, regresa a su casa a continuar con su rol de
dictador de
su familia y se despierta temprano al siguiente día para
llegar
puntual a obedecer sumisamente las ordenes de su patrón en su
puesto de
trabajo y, sigue cegado por el consumo, planteándose la
realización
de su vida en torno a las vías ofrecidas por el sistema y
relacionándose
con lxs demás –en lo referente ala amistad,la sexualidad, y
los aspectos
sentimentales, etc.– y con la Naturaleza de manera
destructiva,
jerárquica y autoritaria.
«Que mis
amigos construyan, yo no tengo más sed que la destrucción, porque
estoy
convencido de que construir con unos materiales podridos sobre una
carroña es
trabajo perdido y de que tan sólo a partir de una gran
destrucción
pueden aparecer de nuevo elementos vivientes, y junto con
ellos,
elementos nuevos […]» (2) . Pero, si nunca llegamos a ver todo lo
existente
totalmente destruido, si no vivimos esa “gran destrucción” que
permita que
surjan los “nuevos elementosvivientes”, relegaremostodo hasta
ese momento
después de la destrucción, cuando, sin pretensiones
idealistas,
estos nuevos elementos pueden surgiraquí y ahora o, acaso
esosnuevos
elementos no somos nosotrxs mismxs. Ante esto, me parece que la
destrucción
por sí misma no genera situaciones liberadoras(3) ;“algo”
puede ser
destruido tanto por lxs anarquistas como por lostalibanes,por
alguna
guerrilla marxiana o por la Naturaleza misma, pero la diferencia es
que lxs
humanxs tenemos motivaciones teórico-prácticas mientras que la
Naturaleza
simplemente “es”(4) , por lo que considerorealmente importante
entender lo
que nos motiva y hacia dónde van dirigidas nuestras acciones y
que cada
quien, desde su punto de vista discursivo,diga lo que tenga que
decir al
respecto o no lo diga, pero ¿por qué negarnos a crear/construir
cuando el
sistema está diseñando cada aspecto de
la existencia?
Definitivamente,
tendremos que imaginar y descubrir nuevas formas de crear
y destruir
paralelamente, que nos permitan enfrentar a
la dominación
contemporánea.
Sólo lxs ciegxs no se dan cuenta que el modelo del “nuevo
mundo a
través Revolución Social y el anarquismo clásico” ha quedado
desfasado.
Apesar de todo lo que el Poder ha hecho y puede hacercontra la
gente, la
gente lo continúa venerando sin cuestionarse profundamente la
necesidad de
enfrentarlo y destruirlo.
Para mí, cada
quien debe de visualizar la Revolución(5)
en función de si
mismx, por lo
que mi Revolución habrá de ser paralelamente destructora y
creadora.
Enfocándonos, como lo he expresado antes, en las posibilidades
aquí y ahora.
Sin importar en el contexto que nos encontremos, siempre es
posible
subvertir en cierta medida el estado de las cosas y de unx mismo
como
individux, creándo ydestruyendo, con todo y las contradicciones que
esto pueda
tener, viviendo en contante ensayo y error, sin necesidad de
sacrificar el
presente en nombre de un futuro incierto.
Hoy también se
habla de que las expresiones que dan vida a la Anarquía
deben
centrarse en la expropiación,el atentado, el asesinato de esbirrxs,
etc.(6) Una
vez más, considero que limitarnosa vivir la Anarquía
adecuándola
siempre en torno a la existencia de un enemigo, es una visión
demasiado
corta –y, con esto no estoy diciendo que vea estas acciones con
malos ojos,
ya que esta conflictividad con el sistema de dominación es
producto de
un análisis muy puntual que refleja un
posicionamiento claro
frente a las
situaciones que nos impone la dominación y el conjunto social
pero, me
parece necesario hacer también una crítica al fetichismo
insurreccional
que se ha podido crear, sin dejar de hacer hincapié en la
acción
directa destructora para dar un paso más
hacia una lucha más
integral
teniendo en cuenta no sólo el daño que se le hace al enemigo sino
también la
positividad libertaria que le podemos otorgar a nuestras
propias
vidas–, ya que muchas veces se suele medir o jerarquizar el “cuán
anarquista
eres”(7) por el grado de peligrosidad
que te pueda otorgar el
Estado o por
si realizas tal o cual tipo de acciones, cuando,
precisamente,
lo que queremos es dejar de ser medidxs, vigiladxs y
controladxs,
teniendo en cuenta que el camino revolucionario es un camino
de acciones
multiformes que no necesariamente tiene que
llevarnos a las
mismas
posiciones, prácticas y escenarios.
Espero llegar
a un momento en el quelas ansias de vivir despierten a
partir de la
creación, donde la acción creadora se materialice a partir de
unx mismx
junto a todxs aquellxs queestén dispuestxs a hacerlo sin dejar
de darle
batalla al Poder. Sin embargo,también me considero afín a la
expropiación
y la acción directa, porque tampoco veo adecuado vivir
limitándonos
a las formas que nos impone el sistema de dominación.
Prefiero
apuntar todos mis esfuerzos a vivir experiencias anárquicas a
dejar que la
vida se me vaya absorbido por las reglas, apegado a la
normatividad
de la maquinaria social y, en ese sentido, le apuesto al
conflicto
cotidiano y a la guerra social. La Anarquía no es sinónimo de
guerra pero
la guerra antisistémica es la postura por la que hemos optado
algunxs
anarquistas.Entre crear y destruir no existe dilema alguno, aún
así considero
que siempre nos podremos sentir más en Anarquía cuando nos
encontremos
en una situación o momento en que no tengamos la necesidad de
atacar al
enemigo; sin embargo, la manera en que se desarrollan las
acontecimientos,
tanto en México como el mundo, no dan cabida a que
dejemos de
destruir permanentemente y confrontemos a la dominación en todo
momento.
La propuesta,
entonces, se encuentra inscritaen la experimentación de
formas de
vida anárquica, tanto desde el ataque contra la dominación como
en la
creación y la armonía que le imprimamos a nuestros actos y al
conjunto de
la Naturaleza; crear condiciones hacia una proyección integral
anarquista
que nos permita generar la “autonomía posible” y que pueda
extender la
Anarquía hasta las últimas consecuencias, en el sentido de que
mientras que
estas propuestas cobren vida en más individuxs,mayor
posibilidad
existe de extender la Anarquía a cuantos
espacios e
iniciativas
de propaganda y tensión sea posible, desde combates a comunas
–sin
pretenciones de fundir el proyecto anárquico a la lógica de las masas
reformistas–,
incentivando el conflicto cotidiano a través de la
organización
informal y la reconstrucción y reapropiación del individux.Es
primordial
tener presente que la autonomía jamás podrá devenir del
dialogo, la
mediación y/o la “oposición política”(8)
al sistema de
dominación y
sus instituciones, sino que será la consecuencia de la propia
iniciativa
tendiente a crear diversas formas de vida que replanteen las
relaciones
entre lxs humanos, los animales y la Tierra.
Con todo lo
anterior, quiero dejar en claro que no considero viable la
difusión de
cierto “optimismo” “pesimismo” o “realismo” que arrincone la
“coherencia
de los actos” y nos condene a habitarúnicamente en las páginas
de la teoría
y el inmovilismo cotidiano, por el sólo
hecho de que a
nuestro
alrededor no funcione el mundo en correspondencia con nuestras
ideas o
“ideales” sino,más bien, considero necesaria una
proyecciónanárquica
que pueda dar frutos másprácticos que teóricos,
que
si bien, no
busca endulzar los planteamientos anti-autoritarios para
consumo de la
“masa”, tampoco los reduzca a ser producto de auto-consumo.
Rebelión Inmediata
México, Marzo, 2013
NOTAS:
1- Miguel Bakunin
2- Esta frase pertenece a Miguel Bakunin y
está citada en la entrevista
que le hizo
Conspiración Ácrata al compañero Gustavo Rodríguez. La frase
aunque me
parece muy simpática y motivadora, sólo puedo suscribirla como
complemento
de un proyecto anárquico.
3- De hecho, muchxs de lxs que se deciden a
dar el paso de la acción
directa y
destructora pasan por un proceso de racionalización que les
lleva a
accionar de dicha forma y dotar de contenido sus acciones
tendientes a
la liberación.
4- Con esto quiero decir que la Humanidad no
está excluida de la
Naturaleza y
que en el resto de los eventos que no son producidos por
nosotrxs
también existen motivaciones, es decir, una causa y efecto. Sin
embargo, a
diferencia de las motivaciones naturales, las motivaciones
humanas
tienen que ver con nuestra naturaleza racional, emocional,
social,
ideológica, etc. Específicamente, me
refiero a esos fenómenos
naturales en los que lxs humanxs no tienen el control
de los
acontecimientos,
aunque si recienten su repercusión e impacto. Cabe
señalar que
la tendencia actual de la Humanidad, engendrada por el mundo
industrial y
su religión científico-técnica, esllegar a dominar y
controlar
todo proceso natural para obtener beneficios para el conjunto
del sistema
de dominación y sus cabecillas.
5- Deseo aclarar, que el concepto de
“Revolución” que acuño, no tiene
nada que ver
con modelos economicistas clásicos, marxistas,
anarcosindicalistas,
clasistas etc., sino con una actitud frente al
estado actual
de las cosas, que se va forjando de manera individual
tendiente a
la superación y destrucción del sistema de dominación y que
no esta
encaminado al traslado del Poder y la reutilización y
“autogestión”
de la infraestructura del sistema. Han existido
revoluciones
de independencia, revoluciones burguesas, guerras civiles,
insurrecciones
populares, etc. Sin embargo,a diferencia de cualquier otra
Revolución,
la nuestra busca destruir el Poder. Aquí, considero que si
bien la
palabra/concepto puede ser utilizada de diversas maneras y podría
ser
cuestionada su utilización “correcta o no”, por el hecho de que en
otros
momentos históricos ha habido revoluciones que, simplemente, se han
limitado a
concretar un trasladado del Poder, hoy no tenemos porque
renunciar a
ella. De hecho, compañerxs como Gustavo Rodríguez, lxs
editores de
Conspiración Ácrata, las Columnas Antagonistas Incendiarias
de Chile o el
grupo anti-tecnología Individualidades Tendiendo a lo
Salvaje, han
criticado en repetidas ocasiones el uso del “discurso
revolucionario”
–cada unx desde su propia visión–, inclusive han
comentado que
sería preferible utilizar el término “insurrección” o
“destrucción
total” en lugar del vocablo “Revolución”; sin embargo,
también estos
términos pueden ser embarrados por nomenclaturas populistas
o
reformistas, por lo que, evidentemente, no se trata de cambiar un
termino por
otro. De hecho, ha habido insurrecciones que tampoco logran
el cometido
de liberación que tanto se critica a las “revoluciones”. Ante
esto,
considero que lo importante aquí es la tendencia de nuestra
práctica/discurso,
la realidad de nuestra propia actividad
destructora/creadora.
Lxs compañerxs de la Conspiración de las Celulas de
Fuego de
Grecia han expresado su propio discurso anarquista/nihilista en
“términos
revolucionarios” y esto no les resta credibilidad, lo que me
parece que le
da certeza a lo que hablamos, como ya dije, nuestras
acciones y su
tendencia es lo que dota de significado al concepto, ya que
las palabras
se las puede llevar el viento.
6- Aquí traigo a colación un fragmento de la
entrevista que le realizaron
al compañero
Gustavo Rodríguez, donde afirma: «La TIA( Tendencia Informal
Anarquista)
no lucha por un “mundo mejor” ni por alcanzar la “sociedad
ideal”
–llámese Comunista, Anarquista o como quieran denominarle–. No
creemos en
milagros, mucho menos en “sociedades utópicas”, por ello, no
nos
desgastamos en “mejorar” la imagen para consumo público de ese
producto intangible que denominan Utopía. Estamos
convencidos que la
“sociedad
anarquista” no se concretará mañana en la mañana. Es más,
tenemos casi
la certeza que muy probablemente nunca se concrete. Y nos
tiene sin
cuidado. Como nos recalca Bonanno. «el anarquismo es una
tensión, no
una realización». Sin embargo, esto no significa que la
Anarquía no
sea posible aquí y ahora. Para nosotros la Anarquía no sólo
es posible
sino que se concreta de manera efímera cada vez que se realiza
una
expropiación exitosa; se constata en esos breves instantes en que se
ilumina la
noche con el fuego refractario; se confirma en cada fuga de
prisión; se
verifica con la eliminación física de nuestros enemigos…»
(Disponible
en http://liberaciontotal.lahaine.org/?p=4478).Si
bien
coincido con
la mayoría de lo expuesto en este párrafo, mi postura gira
entorno a
llevar a la práctica las ideas anarquistas no sólo en el plano
del ataque
sino también en el plano de nuestra vida real, de las
convivencias y relaciones, tal como lo he expresado en
otra reflexión
publicada en
Conspiración Ácrata No. 16
(http://liberaciontotal.lahaine.org/?p=4282)
en el que se expresa la
necesidad de
vivir la Anarquía, aquí y ahora, en la medida de lo posible
y alejado de
tonos utópicos y perfectos, apegándonos a la Naturaleza.
7- Y el simple hecho de querer medirnos en ese
sentido representa
reproducir
los vicios típicos del sistema, el cual intenta medirnos,
valorarnos,
jerarquizarnos, en torno a sus construcciones sociales
autoritarias
como si de renombre y competencias se tratara.
8- Hago referencia a la “oposición política”
ya que,lamentablemente,
muchas veces
se concibe al anarquismo como eso,
simple y banal
politiquería
que puede y podría no distar mucho de las demás formas y
estructuras
políticas existentes que no incitan a la confrontación
liberadora.
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