A las mentes conscientes,
al entorno solidario, a los familiares y amigos.
Mediante estas letras, comunico mi decisión de poner fin
a la huelga de hambre líquida que mantuve por 13 días, desde el 12 de Agosto,
bajando cerca de 7 kilos de peso.
La razón principal fueron motivos médicos, relacionados
con problemas hepáticos que comencé a presentar los últimos 3 días de huelga.
Dentro del protocolo de Gendarmería para presos en huelga de hambre, me fueron
tomados exámenes de orina y sangre, presentando estos últimos problemas
relacionados con el metabolismo de la bilirrubina, lo que provocó un cuadro de ictericia
y potencialmente podría haber provocado daños irreparables; por lo que ayer
Viernes tuve que ser trasladado al Hospital Penitenciario, al interior de la ex
penitenciaria. A ello se sumaron algunos problemas renales y dolor al orinar,
todo en un contexto de mucha debilidad los 2 últimos días lo que incluyó un
desvanecimiento en la celda, luego de la extracción de sangre.
Todo esto lo cuento no para victimizarme, sino, para
explicar que mi objetivo era la denuncia pública y no terminar gravemente
enfermo. Afuera hay una familia y un pequeño cachorro que me esperan.
La situación de salud, mi apreciación y la de mi entorno
solidario de que se habían logrado niveles considerados aceptables de difusión
de los tres puntos de mis demandas, me hicieron poner fin a las 17 horas del
Viernes 23 de Agosto a la huelga de hambre líquida, siendo trasladado de
inmediato al tercer piso del módulo H-Norte de la Cárcel de Alta Seguridad
(CAS)
No quería dejar de agradecer a todas las manos solidarias
que se movilizaron en Chile y el extranjero. En el DF. México, frente a la
embajada chilena en Buenos Aires, a la gente que se concentró el Martes 20 en
Arturo Prat con Alameda y luego marchó por el centro de Santiago. Enormes
agradecimientos a la gente que respondió y trajo agua frente al CAS, gracias a
quienes se fueron detenidos por tener ese gesto solidario. Gracias a un amigo
que con muletas y todo, venció el tedio y el miedo y me trajo su contribución
de agua mineral, su gesto lo llevo en el corazón y su tatuaje en el brazo. A
los cortes de calle con barricadas en la Facultad de Filosofía de la
Universidad de Chile y en la USACH. Al joven que en clase de lenguaje no
escribe lo que dicta el profesor y me escribe una carta que es una bocanada de
oxígeno. A la gente que sacó propaganda en todas sus formas. Un emocionado
abrazo a todas y todos, a los anónimos, al entorno conocido, a los amigos y
amigas y a mí querida familia.
Sin embargo,
hoy más que nunca necesito de ustedes. Necesito que se siga agitando y
difundiendo las 3 demandas:
1.
Violación
al debido proceso durante el juicio,
vulnerando el artículo 181 del Código Procesal Penal.
2.
Errónea
y antojadiza aplicación del derecho en la sentencia. Doble castigo por el mismo
ilícito lo que contraviene los principios elementales del derecho penal.
3.
Fin
a la campaña de mentiras y tergiversaciones de El Mercurio, cuyos puntos más
altos han sido la Editorial del 18 de Julio y un artículo del 13 de Julio en
que mienten groseramente al señalar que mi ADN estaba presente en otros 3
atentados explosivos.
En los próximos días (Lunes o Martes) se verá
la admisibilidad del recurso de nulidad presentado por mi defensa. De hecho,
uno de mis objetivos era sacar este tema de lo puramente jurídico y llevarlo a
la calle, a las paredes, a la agitación y a la lucha con mi propio cuerpo. En
el caso que se dé la admisibilidad, en las próximas semanas se sucederán
alegatos, por lo que hago un llamado a manifestarse y a continuar la propaganda
y la lucha por mis demandas. Los motivos
de salud me impedirán estar presente como me habría gustado, pero les pido
humildemente que ustedes puedan estar presentes.
Un abrazo agradecido a todas y todos.
HANS FELIPE
NIEMEYER SALINAS
CÁRCEL
DE ALTA SEGURIDAD, 3° H-NORTE.
SANTIAGO,
CHILE
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