Del 20 de
Agosto al 10 de Septiembre de 2012, me declaro en huelga de hambre que, aunque
simbólica, es una contribución al camino de solidaridad y lucha que recorremos
dentro y fuera, en distinto orden, al unísono, con voces y formas unidas y
diversas, en zonas y con gente diferente. Pero siempre contra un enemigo y con
un objetivo comun. El enemigo común es la guerra de conquista, la explotación,
la esclavitud y la represión, la destrucción generalizada y total. El enemigo
común se llama hoy sistema tecnocientífico global, patriarcal, terrorista y
totalitario de las multinacionales y los Estados imperialistas que está en la
cima de su poder y difusión, pero también en su crisis más mortífera e
irreversible. El objetivo común es el derrocamiento de este sistema y de toda
explotación y esclavitud, por un mundo libre, sano y justo, por todas sus
expresiones y elementos naturales, como base imprescindible para la vida y su
continuidad y, por tanto, la nuestra.
Es una
contribución de lucha y solidaridad posible incluso desde dentro e, incluso,
con esta enésima ola de calor como enésima señal de que el planeta está
moribundo que hace difícil hasta pensar y escribir y, más aun, si se está bien
selladx en ataúdes cerrados de ladrillos y cemento siempre a la merced de
nuestros verdugos y torturadores.
Quiero llamar
a la iniciativa “operación Fukushima”. Un nombre de actualidad. Otro nombre
para civilización y progreso. Un nombre para el enorme sufrimiento y destrucción
suministrados a la vida a manos de unos pocos patrones y muchos lacayos de la
civilización y el progreso por el poder y la riqueza de pocos. También se
podría llamar Chernobyl, Mühleberg, Beznau, Lucens, Hiroshima, uranio
empobrecido, IBM, Trino Vercellese, Superphönix, Ansaldo, Bio- y
Nanotecnología, Amianto, Cáncer, Deep Water Horizon, Xstrata, Monsanto, TAV,
Energía Alternativa, KKKapitalismo Verde, Belo Horizonte.
Un nombre
también para recordar, con las palabras del Núcleo Olga FAI-FRI (gracias, gracias
de corazón, hermanxs del Núcleo Olga, ¡gracias de corazón a todx lxs hermanxs,
grupos y pueblos en acción insurreccional y revolucionaria!), que… ¡es
solo una cuestión de tiempo y un Fukushima europeo cosechará muertos en nuestro
continente!
“Operación
Fukushima”, un nombre para contraponerse a los terribles términos reales,
además de a la irreversible crisis social, económica y ambiental, al ridículo
de la persecución contrainsurreccional y las bobas denominaciones de las
“brillantes operaciones antiterrorismo” como “Osadía”, “Tramonto”,
“Comefuegos”, “Blackout”, “ORAI”, “Cervantes”… de los Don Quijotes de los
vigilantes urbanos en versión italiana del imperialismo global, que al no
conseguir detener los signos de la tempestad se cabrean con las voces
solidarias y lxs presxs del insurgente camino de la solidaridad y la lucha.
Un nombre
también para repetir con fuerza: el terrorismo, el mal, el crimen absoluto y
“la altísima peligrosidad social”, la brutalidad y la vileza, la mentira y la
agresión asesina son del sistema dominante y de quienes lo defienden; la
legitimidad y la fuerza de la razón, la urgencia vital y la humanidad, la
aceptación, más urgente que nunca en la historia, de una responsabilidad
individual y colectiva genuina y auténtica sobre la sociedad humana, el mundo y
su futuro, son nuestras, de lxs verdaderxs insurrectxs y revolucionarxs que
combatimos este sistema de verdad.
Un nombre
pues, una pequeña contribución, para confirmar también lo idiota que es esta
mísera banda asesina y criminal de patrones y sus siervos (políticos,
científicos, maderos, magistrados, plumillas, cultura y religión y analistas
enemigos de toda clase y disfraz también en nuestras filas del movimiento
“oficial”…) si piensa que con sus más devastadores y bajas persecuciones y
represalias en mayor continuidad nazifascista pueden detener nuestras luchas y
voces desde dentro y desde fuera en este camino de solidaridad y lucha.
¡CON TODA LA ENERGÍA NECESARIA, CON
TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS!
Solidaridad y
amor,
Marco Camenisch,
lager Lenzburg, suiza,
19 de agosto de 2012.
Marco Camenisch,
lager Lenzburg, suiza,
19 de agosto de 2012.
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