No hace mucho el tema de las acciones
insurreccionalistas y revolucionarias ha ocupado todos los noticieros de la
prensa burguesa chilena ya que finalmente fueron absueltos todos los acusados
por el montaje policial denominado “Caso Bombas”, el cual levanto el Ministerio
Publico en complicidad con las policías, quienes junto con allanar centros
sociales ocupados y casas particulares detuvieron a 14 compañeros y compañeras
anarquistas quienes hoy alegremente están fuera de las cárceles del Estado tras
pasar largo tiempo encerrados. Pero más allá de la inocencia jurídica de los
compañeros en relación a las bombas, lo que me gustaría reflexionar es en torno
al tema mismo de las bombas, del porqué de estas, y hacia qué o quienes van
dirigidas.
A lo largo de la Historia, la bomba o la acción de sabotaje contra el Estado y el Capital ha sido un arma efectiva y consecuente dentro del movimiento anarquista, se la ha llamado a dichas acciones, la propaganda por el hecho y entre quienes se han accionado ofensivamente por este medio, se destacan figuras históricas del anarquismo, tales como Ravachol, Severino Di Giovanni o el compañero más reciente y quien vivió la realidad actual, Mauricio Morales quien falla en un atentado a la Escuela de Gendarmería en Santiago el año 2009. También en la región chilena hay registros históricos de explosiones, ejemplo de ello lo es la sucedida el 21 de diciembre de 1911 cuando a las 23:45 se hizo sentir el estallido de una bomba en el convento de los Padres Carmelitas Descalzos en Santiago, justo cuando se cumplían cuatro años de la cruel matanza de obreros ocurrida en la escuela Santa María en Iquique donde fueron asesinados por el ejército chileno miles de obreros huelguistas, por ello es lógico pensar que dicha bomba fue un acto en venganza a la matanza. Creo que la acción revolucionaria, individual y ofensiva es sumamente necesaria y efectiva dentro del contexto que nos encontramos viviendo, un contexto que nos ha perseguido por siglos, un contexto de esclavitud por parte del sistema de dominación que se ha expresado en distintas caras pero con sus mismas intenciones y fines. La bomba, el ataque incendiario y toda forma de sabotaje responden a este sistema de dominación declarándole la guerra social a la explotación y la miseria que nos imponen día a día.
A lo largo de la Historia, la bomba o la acción de sabotaje contra el Estado y el Capital ha sido un arma efectiva y consecuente dentro del movimiento anarquista, se la ha llamado a dichas acciones, la propaganda por el hecho y entre quienes se han accionado ofensivamente por este medio, se destacan figuras históricas del anarquismo, tales como Ravachol, Severino Di Giovanni o el compañero más reciente y quien vivió la realidad actual, Mauricio Morales quien falla en un atentado a la Escuela de Gendarmería en Santiago el año 2009. También en la región chilena hay registros históricos de explosiones, ejemplo de ello lo es la sucedida el 21 de diciembre de 1911 cuando a las 23:45 se hizo sentir el estallido de una bomba en el convento de los Padres Carmelitas Descalzos en Santiago, justo cuando se cumplían cuatro años de la cruel matanza de obreros ocurrida en la escuela Santa María en Iquique donde fueron asesinados por el ejército chileno miles de obreros huelguistas, por ello es lógico pensar que dicha bomba fue un acto en venganza a la matanza. Creo que la acción revolucionaria, individual y ofensiva es sumamente necesaria y efectiva dentro del contexto que nos encontramos viviendo, un contexto que nos ha perseguido por siglos, un contexto de esclavitud por parte del sistema de dominación que se ha expresado en distintas caras pero con sus mismas intenciones y fines. La bomba, el ataque incendiario y toda forma de sabotaje responden a este sistema de dominación declarándole la guerra social a la explotación y la miseria que nos imponen día a día.
Hoy en día distintas individualidades y colectividades informales y
descentralizadas alrededor del mundo han pasado a la ofensiva, entre ellas,
podemos destacar a la Federación Anarquista Informal (FAI), proyecto
descentralizado que nació hace más de 10 años en Italia y que a la fecha ha
sumado cientos de ataques contra la autoridad adjudicados por células de la FAI
o del FRI (Frente Revolucionario Internacional), cuya actividad tiene los
mismos fines que la Federación Anarquista Informal. Como la FAI y el FRI,
existen miles de nombres y anónimos que por medio de sus actos se han declarado
ofensivos, y solidarizando, reivindicando, vengando atacan noche a noche al
opresor, no dejando dormir a ningún autoritario.
En la realidad local, Chillán no es ajeno a este tema,
la prensa local burguesa y él boca en boca han anunciado de células de la FAI
con actividad en la ciudad, las cuales han realizado diversos ataques
incendiarios a estructuras bancarias y empresariales. En todas partes una
bomba, un ataque se multiplica contra el poder y sus defensores… y como dice
aquella frase: “Si quieren explotar… ¡Qué exploten!”
Escrito por Amelia.
Publicado en El Amanecer, nº10, Julio 2012
Publicado en El Amanecer, nº10, Julio 2012
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