Comunicado:
A primeras
horas de la mañana de Miércoles del 27 de junio, atacamos con un coche bomba a
la sede de Microsoft. Nos metimos por la entrada principal y detonamos la
furgoneta-bomba en el interior del edificio, “regalando” unos 150 litros de
gasolina. Mientras aseguramos que nadie iba a correr peligro, a pesar de lo que
nos acusa la prensa de usar armas para inmovilizar a los
empleados. Fue un acto de guerra contra el silencio insidioso y el cautiverio extenso, que genera este mundo moderno.
empleados. Fue un acto de guerra contra el silencio insidioso y el cautiverio extenso, que genera este mundo moderno.
“Atrapados en la
sociedad-prisión…”
Al crecer y
desperdiciar el tiempo y cada minuto de nuestra vida en la gran prisión, en la
ciudad en la que se ahogan millones de personas, metidas en la ansiedad y el
estrés. Es loco y contradictorio que tantas personas se juntaron como zombis
entre sí en las enormes ciudades; en las fábricas, sus puestos de trabajo, los
parques artificiales, frente a los televisores, en las colas de las oficinas de
paro; en la necesidad y la extorsión.
Los ritmos
aquí son depredadores, los dilemas más asfixiantes que nunca, drogas
psico-activas y antidepresivos en el estante para cada tipo de paciente de este
moderno estilo de vida.
Instituciones
mentales, psiquiatras y psicólogos, prisiones; ¿así no son también los
asquerosos departamentos -jaulas en los edificios- caníbalistas, que en su
manera encarcelan a la emoción humana, la vitalidad y el vigor?
¿Acaso no son
las ruidosas avenidas, el constante zumbido de las bocinas de los que se apuran
a ganarse un minuto más y llegar más rápido al trabajo, a la escuela, o sus
importantes reuniones?
¿Acaso no es
una cárcel todo esto a tu alrededor?
¿Acaso no son
barras, nuestras inhibiciones y temores, no es una celda blanca y fría el
execrable individualismo que tapa sus ojos y no escucha?
¿Acaso no es
un carcelero el maldito tiempo que nos han impuesto en la vida con la forma más
violenta? ¿El programa, los horarios, los descansos que rebanan y domestican
todo lo que experimentamos?
¿Acaso no son
esposas los egoísmos particulares de cada uno, el narcisismo y el egocentrismo?
Todos los que
aparentan solo para tapar sus debilidades, para cubrir aunque temporalmente lo
barato de su existencia oprimida.
Aquí nadie es
libre. Ilusiones de libertad adormecen a todos. Para los que no hacen la vista
gorda una mirada alrededor es suficiente para llegar a percibir las esposas
visibles e invisibles.
Es cierto que
el mundo moderno en gran medida ha logrado establecerse en las mentes de los
súbditos, en los corazones de todos los esclavos. Hecho que nos hace pensar en
la metáfora de este establecimiento como un barco que, sin capitán o
tripulación de cabeza, sigue su ruta, sin problemas, gracias a los buenos
marineros alienados.
Dentro y
fuera de sus muros, hay sociedades paralelas, mundos tan parecidos que de vista
se ven muy lejanos.
“…Presos en las cárceles
de la sociedad, derribando los muros”
El golpe fue
organizado como una acción urgente de solidaridad con la rebelde Olga
Oikonomidou. El día que el ataque se llevó a cabo en Microsoft, Olga cumplía 54
días de aislamiento por no aceptar el humillante cacheo con desnudo integral
que la quisieron someter.
(…)
Ver el
comunicado completo aquí: http://liberaciontotal.lahaine.org/?p=4375
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