(desde la prensa)
SANTIAGO.-
Policías reciben un coctel molotov durante un enfrentamiento contra estudiantes
este martes tras una marcha que reunió a unas 130 mil personas para exigir una
educación gratuita y de calidad.
Miles de
estudiantes secundarios y universitarios iniciaron el martes una larga
caminata, festiva y pacífica, para insistir en sus demandas de educación
pública gratuita y de calidad, bajo la inédita vigilancia de 2.200 policías sin
sus uniformes antidisturbios.
Sin embargo, poco antes de que culminara la marcha, los policías volvieron a ponerse sus escudos, canilleras, cascos y otros implementos, ante la presencia de unos 200 encapuchados que los atacaron e irrumpieron violentamente en la caminata.
Según los organizadores participaron más de 100.000 estudiantes. No hay una cifra oficial.
Parte de la principal avenida capitalina y de otras grandes arterias se repletaron de alegres jóvenes que bailaron, tocaron música, y saltaron con dragones articulados de papel sobre sus hombros.
Se unieron a la marcha representantes de los maestros y de trabajadores.
La policía antimotines actuará sin su uniforme protector ni escudos, "para que no se les acuse de provocación", advirtió el Jefe de la Zona Metropolitana, general Luis Valdés.
La inédita presentación de los agentes antidisturbios, en uniforme normal, se registra al día siguiente que la jefatura policial debió admitir la veracidad de la denuncia de un grupo de alumnos de un colegio de Rancagua, en el sur, quienes luego de ser detenidos en una protesta, fueron obligados a desnudarse en la comisaría.
Millones de chilenos han sido testigos por televisión de la violencia con que a menudo la policía dispersa a los jóvenes, aprovechándose que en las marchas se mezclan puñados de encapuchados que con los agentes y ocasionan graves desórdenes.
En esta ocasión los estudiantes reforzaron equipos antidesmanes para que al final del día se tenga que hablar del "fortalecimiento de la educación pública, fin del mercado educativo y democratización de los espacios", declaró el presidente de los estudiantes de la Universidad de Chile, Gabriel Boric.
Anarquistas irrumpen en marcha
Sin embargo, cuando el acto cultural con que culminó la marcha ya terminaba, decenas de encapuchados con banderas anarquistas empezaron, como de costumbre, a atacar a la policía y a lanzar proyectiles, situación ante la cual todos los dirigentes estudiantiles y gremiales se autoevacuaron del lugar del escenario.
Era un escena surrealista, mientras centenares de jóvenes desarrollaban largas y contagiosas rutinas de baile, a unos pocos metros los encapuchados se enfrentaban a la policía y centenares de estudiantes huían para no quedar atrapados entre los disturbios.
Los efectivos antimotines usaron profusos gases lacrimógenos para dispersar a los anarquistas. Se vio detenidos, pero no hay cifras oficiales.
Los adolescentes eligieron agosto como el mes de la movilización, que han sido lideradas por los secundarios, que fueron los grandes perdedores de las protestas estudiantiles del 2011, cuando los únicos que obtuvieron ganancias, hasta ahora teóricas, fueron los universitarios.
Los secundarios han desplegado nuevas tácticas que han incluido una marcha de estudiantes semidesnudos y con leyendas en favor de cambios educacionales en sus cuerpos, y la división de una en 14 caminatas en distintos puntos de la capital, lo que obligó a las fuerzas antimotines a dividir sus fuerzas, debilitándolos.
Sin embargo, poco antes de que culminara la marcha, los policías volvieron a ponerse sus escudos, canilleras, cascos y otros implementos, ante la presencia de unos 200 encapuchados que los atacaron e irrumpieron violentamente en la caminata.
Según los organizadores participaron más de 100.000 estudiantes. No hay una cifra oficial.
Parte de la principal avenida capitalina y de otras grandes arterias se repletaron de alegres jóvenes que bailaron, tocaron música, y saltaron con dragones articulados de papel sobre sus hombros.
Se unieron a la marcha representantes de los maestros y de trabajadores.
La policía antimotines actuará sin su uniforme protector ni escudos, "para que no se les acuse de provocación", advirtió el Jefe de la Zona Metropolitana, general Luis Valdés.
La inédita presentación de los agentes antidisturbios, en uniforme normal, se registra al día siguiente que la jefatura policial debió admitir la veracidad de la denuncia de un grupo de alumnos de un colegio de Rancagua, en el sur, quienes luego de ser detenidos en una protesta, fueron obligados a desnudarse en la comisaría.
Millones de chilenos han sido testigos por televisión de la violencia con que a menudo la policía dispersa a los jóvenes, aprovechándose que en las marchas se mezclan puñados de encapuchados que con los agentes y ocasionan graves desórdenes.
En esta ocasión los estudiantes reforzaron equipos antidesmanes para que al final del día se tenga que hablar del "fortalecimiento de la educación pública, fin del mercado educativo y democratización de los espacios", declaró el presidente de los estudiantes de la Universidad de Chile, Gabriel Boric.
Anarquistas irrumpen en marcha
Sin embargo, cuando el acto cultural con que culminó la marcha ya terminaba, decenas de encapuchados con banderas anarquistas empezaron, como de costumbre, a atacar a la policía y a lanzar proyectiles, situación ante la cual todos los dirigentes estudiantiles y gremiales se autoevacuaron del lugar del escenario.
Era un escena surrealista, mientras centenares de jóvenes desarrollaban largas y contagiosas rutinas de baile, a unos pocos metros los encapuchados se enfrentaban a la policía y centenares de estudiantes huían para no quedar atrapados entre los disturbios.
Los efectivos antimotines usaron profusos gases lacrimógenos para dispersar a los anarquistas. Se vio detenidos, pero no hay cifras oficiales.
Los adolescentes eligieron agosto como el mes de la movilización, que han sido lideradas por los secundarios, que fueron los grandes perdedores de las protestas estudiantiles del 2011, cuando los únicos que obtuvieron ganancias, hasta ahora teóricas, fueron los universitarios.
Los secundarios han desplegado nuevas tácticas que han incluido una marcha de estudiantes semidesnudos y con leyendas en favor de cambios educacionales en sus cuerpos, y la división de una en 14 caminatas en distintos puntos de la capital, lo que obligó a las fuerzas antimotines a dividir sus fuerzas, debilitándolos.
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