Por
El Mostrador
Informe del gobierno de Piñera alerta
sobre posible “anticoncertacionismo” anarquista que tendrá que enfrentar
Bachelet
El
documento, que analiza las nuevas tendencias de las corrientes anarquistas en
nuestro país, alerta sobre un especial desprecio hacia la Alianza por Chile,
pero consigna además un rechazo igualmente fuerte hacia la antigua
Concertación, que podría extenderse incluso al Partido Comunista por sumarse a
las filas de la Nueva Mayoría.
Un
informe formulado a fines del gobierno de Sebastián Piñera, realizado por
salientes analistas de La Moneda, alertó sobre la existencia de un nuevo
escenario en materia de tendencias anarquistas en nuestro país, las que tendrá
que enfrentar la nueva Presidenta Michelle Bachelet. La consolidación de
una nueva guerrilla urbana anarquista, un anticoncertacionismo como tendencia y
el “postanarquismo contraciudadano”, son algunos de los tópicos que abarca el
documento.
Serían
30 láminas que incluyen las fichas sobre el ingreso a Chile de miembros
del movimiento ácrata de Argentina, Bélgica, España, Italia, Brasil,
Suiza, Francia, México, Austria y Ecuador. Cada uno de los integrantes figura
con su fotografía adjunta, aunque no todos son citados con nombres y apellidos,
según reveló el diario La Segunda.
Asimismo,
se incluye una nómina de 50 miembros de distintos grupos chilenos identificados
mediante sus nombres y lazos internacionales, considerados entre lo más
activos.
Un
poco de historia
El
informe comienza con una reseña sobre los orígenes del anarquismo moderno en
Chile. Allí figuran los formadores del Kolectivo Kamina Libre –Marcelo
Villarroel Sepúlveda, Juan Aliste Vega y Freddy Fuentevilla Saa– como
referentes del “anarquismo insurreccional, quienes prefirieron continuar
en la cárcel, antes de firmar un documento gubernamental que daba indulto a
cambio de manifestar arrepentimiento y compromiso de dejar la vía armada. Para
salir de prisión, los integrantes del colectivo utilizaron el hostigamiento
constante a través de huelgas de hambre, ataques a cámaras de seguridad,
locutorios de visitas e instrumental de los penales, formando, de manera
paralela, redes sociales, etc., de forma de visibilizar sus acciones y acelerar
el término anticipado de sus condenas.
Asimismo,
aparecen en el informe Rodolfo Retamales y Pablo Morales,
quienes tendieron puentes con anarquistas argentinos y fueron
visitados en la Cárcel de Alta Seguridad por la bonaerense Organización
Cruz Negra.
El
texto cita además el incidente protagonizado en 2007 cuando “un grupo de ex
Kamina Libres protagonizaron el asalto al Banco Security (2007), donde murió el
cabo Luis Moyano. Fuentevilla y Villarroel fueron detenidos en Argentina
(2008), donde tenían redes de apoyo y se consolidaron como símbolos
actuales del movimiento anticarcelario”. A esto, el documento añade que “según
fuentes del anterior gobierno, todo lo que acontece hoy en el mundo
insurreccional anarquista se relaciona, aunque sea parcialmente, con algún ex
Kamina Libre”.
Como
responsable de ese vía violenta e internacionalista, se menciona a Sebastián
Oversluij, fallecido en el frustrado asalto al BancoEstado de diciembre de
2013, a quien se le identifica como “el primer anarquista puro (sin pasado como
militante subversivo) que actúa en un asalto bancario”. Según se señala,
la vía elegida por Oversluij es consecuencia del potenciamiento del
“anarquismo insurreccional”, tras el fracaso del Caso Bombas .
“Generó
en los imputados y en sus redes de apoyo sensación de impunidad, reforzando su
moral”, añade el texto.
Según
el documento en cuestión, la mayor parte de la acción subversiva relevante en
la actualidad tiene que ver con la Federación Anarquista Informal (FAI) o el
Frente Revolucionario Internacional (FRI), cuyos sellos sirven como método
de comunicación y de validación de las actividades insurreccionales. Asimismo
se menciona la Red Traductora de Contrainformación en la que se
intercambian pensamientos, material ideológico, atentados y actividades
vinculados a estas corrientes.
Los
desafíos del nuevo gobierno
El
análisis hace mención además a los principales inconvenientes que tienen los
organismos de seguridad para combatir el anarquismo. En ese sentido, la
carencia de una “vocería representacional”, es decir, que cada uno de los
“kombatientes” se presenta a sí mismo a través de sus acciones en el marco de
una “nueva guerrilla urbana nihilista”, es un aspecto a considerar.
Un
segundo problema tiene que ver con la radicalización del postanarquismo y
la política contraciudadana, encarnados en el ataque contra personas
comunes y corrientes, considerada por los más extremos como cómplices del
“Estado policial” a partir de su “sumisión”. En esta línea, los analistas
pronostican que seguirán sucediéndose ataques de tipo incendiarios contra
objetos que representan al “ciudadano inconsciente”, como árboles de Navidad,
entre otros.
El
informe asegura además que existe un especial desprecio por parte del anarquismo
hacia la Alianza por Chile. Sin embargo, consigna, el rechazo es igualmente
fuerte en el caso de la antigua Concertación y hasta podría
extenderse al Partido Comunista por haberse integrado a la filas de la Nueva
Mayoría. De ahí que el documento advierta que en el futuro podría hacerse
patente un “anticoncertacionismo” anarquista que tendría por aviso el
escupitajo que recibió Bachelet en mayo de 2013 durante su campaña
presidencial.
Otro artículo sobre el mismo tema, de
los sapos de La segunda:
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