Amor divino y amor anarquista
El
amor verdadero, real, expresión de una necesidad mutua e igual, no puede
existir más que entre iguales.
Bakunin
Sevilla. Fin de año de 2013. Unas
desconocidas atacan con fuego una iglesia. Nadie reivindica nada; ni falta que
hace. En Sevilla, al igual que en el resto de Andalucía, la Iglesia (con
mayúsculas, la institución) tiene una larga tradición de complicidad con el
caciquismo y la burguesía local a la hora de reprimir —y no sólo
espiritualmente— a los pobres. Cualquiera
puede entender el (o los) motivos de tal acción. La prensa muestra las imágenes
del templo. Tímidamente, en una de las paredes del edificio, se ve una pintada
que alude claramente a presas anarquistas.
En los últimos meses los ataques contra esta
institución, las pintadas y otros actos “vandálicos” han aumentado. ¿Pensaron
que pasaría desapercibida la función que la Iglesia tiene en la nueva
legislación contra el aborto?
Mónica y Francisco, dos anarquistas chilenas
que vivían en Barcelona fueron detenidas y se encuentran en prisión acusadas
bajo la ley antiterrorista de, según la policía, atentar contra una iglesia en
Zaragoza, la Basílica del Pilar, conspirar para atacar la catedral de
Montserrat (Barcelona) y, además, de pertenecer a una supuesta organización
terrorista que sólo existe en las cabezas de la policía y el juez, Eloy
Velasco. Pese a que no reconocen las acusaciones ni asumen los hechos que se
les imputan, sí se reconocen como anarquistas y en sus escritos han remarcado
su postura de enfrentamiento hacía este mundo de mierda; y quien hace eso,
quien reconoce una postura refractaria, decía un viejo poeta, “ya está juzgado,
y los cuchillos ya están afilados y las hienas ríen”. Lo más burdo de su
detención (y la de las otras tres que se encuentran en libertad con los mismos
cargos) es la puesta en evidencia del papel de complicidad y concomitancia
entre la prensa, la policía y el Estado, o mejor dicho LOS Estados, esto último
por el claro papel que el Estado chileno ha tenido en todo esto. ¿Qué interés
tiene el Estado chileno? Mónica y Francisco acababan de ser absueltos del caso
que el Estado chileno llevó durante más de dos años contra más de una docena de
anarquistas y antiautoritarios, el conocido “Caso bombas”, que acabó
evidenciando por sí mismo que no era más que una chapuza que dejó a la
fiscalía, y a la justicia chilena en general, en una posición muy penosa de la
cual difícilmente podrá salir. Pero el Estado no perdona.
“Y de repente de las bocas esos ruidos,
falsos tonos con movimientos de mandíbulas, todos los demás quedan en silencio”
continúa el viejo poeta. Contra la propaganda del Estado, su llamada “opinión
pública” (es decir, su repetición hasta la saciedad de SUS propios mensajes,
haciendo creer que son mensajes generales) poco se puede hacer más que reír. Y
actuar.
Una chica es detenida por hacer pintadas
contra la ley del aborto en la fachada de la misma iglesia sevillana. La
policía, como si de un manual de lo más cutre se tratase, creen tener a la
“culpable” del incendio sucedido unos meses antes. Absurdo. Ridículo. Según sus
teorías “siempre se vuelve al lugar del crimen”. Según las nuestras, “sois
gilipollas”. Seguramente esta acusación no vaya más allá de una multa por
pintadas pero la fantasía policial nos pone delante algo que quizás no todas
habíamos notado: mientras algunas luchamos contra las leyes que intentan
hacernos cada vez más dependientes del Estado y su divinidad, más
sumisas y amoldadas al rol que Dios (y el patriarcado) nos asigna, hay
compañeras que están presas acusadas de atacar a las instituciones represivas.
Mientras tanto la Iglesia nos habla de amor.
Mientras condena a muerte a miles de mujeres cada año, a la miseria a otras
tantas, a la prisión (abortar es castigado con duras penas en muchos países, a
las que no se quedan en el camino después de un aborto en condiciones
terribles) nos habla de amor. El amor del que nos habla la Iglesia es el amor
sumiso, el amor del oprimido al amo, el del esclavo que espera que su superior
(Dios, el patrón, el padre, el marido, el Estado) le conceda la vida o la
muerte.
Nosotras hablamos de otro amor. Del amor por
nuestras compañeras, por quienes luchan, por quienes resisten, por quienes no
agachan la cabeza. Un amor cómplice, más allá de sus rejas, sus acusaciones,
sus leyes, sus amenazas y sus castigos. Amor hacia aquellas que buscan la
libertad. Amor a la libertad misma aunque tan siquiera la hayamos podido
imaginar.
Contra cualquier ley que
intente entrometerse en nuestros cuerpos, en nuestras vidas, principalmente la
del aborto pero no sólo, y contra la ley antiterrorista.
Solidaridad con Mónica y
Francisco.
Terrorista es la Iglesia y el
Estado
Algunxs
anarquistas
Barcelona,
19 de marzo de 2014
Para escribir a las compañeras:
Mónica Caballero Sepúlveda
Centro Penitenciario Ávila
Centro Penitenciario Ávila
Ctra.
de Vicolozano-Brieva, s/n
05194
Brieva
Ávila
(España)
Francisco Javier Solar Domínguez
Centro
Penitenciario Córdoba
Autovía de Madrid-Cádiz Km 391
14014 Córdoba (España)
*Las compañeras se encuentran en régimen FIES 3, bajo el art. 10,
además Francisco hasta el día de hoy, y hace un mes o más, se encuentra en un
módulo de castigo donde se encuentra aislado.
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