El 14 de Agosto, en el marco de la investigación por el Caso
Bombas, fueron allanadas una serie de casas particulares y Centros Sociales
Okupados. Se concretaban así las constantes amenazas que se filtraban por la
prensa hace ya varios años, buscando detener a quienes habían perpetrado una
serie de atentados explosivos.
Tras mas de 5 años de investigación se presentaban como
culpables a todxs lxs detenidxs de esa jornada, acusadxs de financiamiento de
terrorismo, colocación de artefactos explosivos y de pertenecer a una
asociación ilícita terrorista,
Desde mucho antes de la lamentable muerte de nuestro
compañero Mauricio Morales el 22 de Mayo de 2009 en las cercanías de la Escuela
de Gendarmeria, las okupaciones fueron sindicadas como las responsables de los
ataques explosivos. Esto para llenar el vacío de información sobre lxs autorxs,
para saciar la necesidad de presentar culpables y para acallar las críticas de
las cúpulas de poder ante el nulo avance investigativo. Había que saciar la
histeria mediátca y aplicar la doctrina de seguridad nacional.
Tras la arremetida policial, un espacio fue desalojado y
clausurado, el Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti, okupación
donde funcionamos como colectivo por más de 8 años. Nuestro nombre fue
ilegalizado, nuestros vínculos perseguidos y nuestra labor solidaria fue
sinónimo de terrorismo para el Estado y sus agentes represivos.
Llovieron amenazas, insultos y acusaciones, incluso la
fiscalía llegó a hablar del espacio como un “Centro de Poder”, en un absurdo
intento de revancha, buscando anular nuestra abierta y clara posición
antiautoritaria.
Así mientras algunxs compañerxs enfrentaban la prisión,
otrxs debían huir, nuestro espacio fue arrasado y destruido por los organismos
policiales y nuestra biblioteca fue desbaratada. Tras el saqueo en el que
muchas manos estuvieron involucradas, se perdió el rastro de muchisimo
material, así mientras algunos libros eran presentados como evidencias en el
juicio, otros eran vendidos en librerías establecidas o puestos de ferias
libres.
Finalmente tras 9 meses de prisión y un larguísimo juicio,
el resultado terminó siendo la absolución para lxs compañerxs.
Hoy, a casi 3 años de nuestro cierre forzoso, decidimos
retomar nuestra labor y reabrir la Biblioteca, pues por fin pudimos recuperar
una ínfima parte de nuestro material. La represión hizo que algunxs miembrxs
del colectivo tomaran diferentes decisiones y caminos, nosotrxs decidimos
continuar con el proyecto de levantar esta Biblioteca.
Nuestro esfuerzo apunta a encontrar pronto un espacio que
nos permita poner en funcionamiento la Biblioteca y poder generar así el
fructífero intercambio y colectivización de libros, experiencias y
conocimiento. La historia nos demuestra cuanto aprendizaje se desprende de los
libros, en los vaivenes de la lucha, en los momentos álgidos de la represión,
el material escrito con ideas de libertad será siempre un aporte en ese camino.
Nuestro proyecto siempre estará al margen de la usura, la
acumulación y la propiedad privada. Estos libros son nuestros, pero un
“nuestros” que nace, crece y se fortifica desde lo colectivo, en un proyecto
que muchos dieron por muerto, pero que contra todo pronóstico, sigue vivo,
agitando con la memoria y la voluntad intactas.
Los libros y el material escrito que tenemos como Biblioteca
Sacco y Vanzetti, no son para nuestro disfrute o goce personal, no para el
fetiche de estantanterías repletas de libros. Este material, logrado con el
esfuerzo y aporte de muchas personas, sirve, aporta y se fortalece, solo en la
circulación entre quienes depositen interés y asuman un compromiso solidario.
Por ello instamos a la donación de libros o cualquier otro
material que aporte al desarrollo y esparcimiento de las ideas que niegan desde
la práctica cualquier autoridad. Llamamos a superar el fetiche de las
bibliotecas personales y a contribuir con aportes concretos a las Bibliotecas
afines. Del mismo modo hacemos el llamado a que se devuelva el material que
algunxs compañerxs puedan tener de la biblioteca, ya sea porque lo rescataron
tras el desalojo o porque nunca pudieron devolver algún libro pedido antes del
cierre.
Como breve evaluación –desde la biblioteca- del momento
represivo vivido durante el Caso Bombas, nos parece que hicieron falta más
espacios e instancias con un claro enfoque antiautoritario para desactivar y
hacer frente a la jugada emanada desde la represión. Esto porque el Estado se
deja caer sobre algunas personas o espacios que mantenían discursos colectivos
y que por lo mismo debieron ser defendidos colectivamente. No hacerse cargo de
la defensa de estas ideas, contribuía a centrar el enfoque represivo solo sobre
lxs compañerxs juzgadxs.
“Si unx cae, diez se levantan” es una frase que exige
materialización, tanto en discurso como en hechos. Si el poder golpea a unxs
buscando amedrentar al resto, lo mínimo que puede existir de ese entorno
difuso, es la negación a internalizar, desde la teoría y la práctica, la
lección que están dictando los poderosos.
En ese sentido hubiese sido valioso que el resto de los
espacios y bibliotecas que existían en ese momento, muchos inclusive citados en
la acusación de la fiscalía e investigados policialmente, indicados como
centros de poder hubieran tenido una participación más activa en un proceso que
también los involucraba.
Pero de igual modo somos clarxs en el hecho de que la
solidaridad y los gestos de apoyo expresados, fueron siempre la luz que abrió
el camino, la mano amiga tendida para apoyarse y erguirse. Con esa fuerza nos
quedamos y decidimos seguir adelante. Quienes desafiaron el olvido que el poder
intentó imponer sobre espacios, compañerxs e ideas, supieron mantener la
perspectiva de lucha antiautoritaria.
Nos hacemos cargo de nuestras vivencias y nos asumimos parte
de una herencia histórica de lucha contra toda forma de dominación, vimos y
veremos la vida a través de ese prisma. Seguimos siendo un colectivo gestado de
forma horizontal, basado en la libre asociación y la afinidad.
Ni los allanamientos, ni la prisión, ni el peso amenazante
de las condenas o los años en las sombras jamás pudieron parar en nostrxs la
ansias de lucha, jamás nos congraciamos con las estructuras de dominación o las
lógicas de autoridad.
Sus ridículas artimañas de ilegalizar libros y de
utilizarlos como evidencias en un juicio, son la continuidad de la quema de
libros en las dictaduras y la inquisición, esto nos demuestran el potencial de
peligro que los libros poseen, por su capacidad de encender las mentes e
inflamar el deseo de libertad.
Pese a todo lo vivido, seguimos puño en alto, en abierta
lucha contra toda forma de dominación.
¡¡A multiplicar las
iniciativas y voluntad de lucha!
Biblioteca Sacco y Vanzetti
…Libros para la lucha
bibliotecasaccoyvanzetti@riseup.net
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