En base de algunos argumentos demandantes a tratar el tema de la Solidaridad y las prisiones desde una perspectiva anarquista, me he interesado por escribir estas líneas, que espero clarifiquen la perspectiva anarquista en cuanto a la solidaridad revolucionaria, la diferencia que hay entre esta y el apoyo necesario. Consecuentemente estas posiciones son abiertamente debatibles.
Cuando como ácratas insurreccionales hablamos sobre la solidaridad explícitamente nos referimos al acto que además de brindar apoyo a nuestros compañeros, sea un ataque a los intereses del Estado/Capital, rompa también con los valores del sistema tales como la compasión o la obligación. Valores que derivan en un análisis y una practica poco nutrida acerca de la solidaridad que es necesaria para apoyar a los compañeros presos y el como este acto de solidaridad va aunado a la lucha misma. Esta solidaridad revolucionaria de la que hacemos hincapié es el acto que a su vez que reivindica la guerra que nuestros compañeros presos están librando contra el sistema carcelario, va dirigida para sabotear los intereses del Estado/Capital, responsable directo de la existencia de las cárceles.
Sabemos muy bien que en la gran mayoría de los casos es imprescindible el “apoyo necesario” el cual podemos traducir en donaciones monetarias, cartas al compañero en cuestión, asesoramiento legal, difusión de sus palabras u aportes y sobre todo de sus casos. Pero lo que digo en concreto es el no reducir toda la solidaridad a estas cuestiones de apoyo, así como también el mantener este apoyo necesario lejos de basarlo en meros sentimentalismos que se puedan confundir fácilmente con los valores inculcados por el sistema, precisamente como la compasión e incluso la lástima. Debemos de marcar una clara diferencia entre las ONG y demás grupos izquierdistas que no se cuestionan en un sentido amplio el sistema penitenciario ni la existencia del concepto de cárcel también en nuestras vidas cotidianas. Entre otras cosas, nuestros grupos de apoyo necesario a presos deben de partir de una lógica de destrucción de la prisión y contraponer esta lógica a las de las ONG que no pretenden terminar con las prisiones, y que muy por el contrario con sus valores y sus practicas reformistas solo fortalecen a la eterna existencia de estas, solo que mas democratizadas, menos “brutales”.
Esto lo digo en base de que muchas, en si la gran mayoría de ONG y grupos izquierdistas supuestamente anti-carcelarios precisan y defienden la existencia del Estado/Capital, o bien, las llamadas “cárceles del pueblo”. Muchos núcleos del tipo luchan no por la destrucción de estos centros de exterminio –y en muchos casos ni siquiera cuestionan ese punto-, sino por su reformación, incluyendo en esta reformación la justicia sistemática. Los anarquistas debemos de partir de un punto radicalmente diferente.
Las cosas que se hacen son porque es necesario hacerlas, por una posición de apoyo mutuo entre afines que es la base de la libre asociación anarquista, porque dentro de la lucha misma contra una verdad absoluta que es en si la existencia del Estado/Capital[1] es necesario atacar sus derivados que son las prisiones, las cuales son base también de su funcionamiento. Estos actos solidarios no se hacen basados en un sentimiento de culpa o responsabilidad.
Pero esta solidaridad revolucionaria que es lanzada en forma de ataque y que preciso definir en estas líneas debe se ser sin mediación y dialogo alguno con los opresores, y tener en claro que nuestro puñal apunta no a la reformación ni a la abolición, apunta a la destrucción de la prisión como institución, como concepto y hasta como relación social. Aunque si hablamos de destruir la prisión como concepto y relación debemos ampliar nuestra perspectiva y decir mas bien que estamos por la destrucción de la cárcel, de cualquier tipo de cárcel que priva de la libertad a un individuo u animal no humano. Entendiendo por esto que también es encierro y privación de la “libertad” desde los manicomios hasta los circos, y por supuesto las ciudades, las enormes prisiones que privan del fluir natural de la vida. Toda la civilización en su conjunto es una enorme cárcel que merece ser destruida.
La solidaridad que es enfocada en forma de acción contundente contra los poderosos y sus instituciones es la única que puede formar parte activa de la lucha, y de eso las escenas locales y los grupos anarquistas de acción se han encargado de demostrar, que aun pese a los golpes que hemos recibido –en muchos casos certeros y contundentes- los aparatos represivos no han podido lograr su cometido, que es en si parar la revuelta ya sea por medio de la inculcación del miedo o por desviar nuestra total atención exclusivamente hacia la liberación de nuestros compas presos y ver esta lucha como una lucha aislada de la misma que precisamos. Hemos demostrado que la solidaridad revolucionaria con nuestros afines presos en guerra esta en la lucha misma, en el ataque cotidiano contra las estructuras del poder y por mas golpes que nos logren asestar no podrán –ni han podido- parar la acción anarquista por la destrucción total del sistema de dominación.
¡Por la destrucción total de las cárceles¡
¡Por la libertad de nuestros compañeros presos en guerra!
¡Por la abolición de la propiedad privada!
¡Por el ataque incontenible y cotidiano contra el Estado/Capital!
¡Viva la coordinación internacional anarquista!
¡Viva la FAI!
El anarquista Giuseppe
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