Según las acusaciones del tribunal, Conspiración de Células del Fuego es una organización terrorista. Pero las palabras ni fueron, ni son, ni jamás serán neutras. Adquieren el significado que les da quien las utiliza. Nosotrxs no hablamos la lengua de jueces y fiscales. Hablamos la lengua de lxs perseguidxs que se han negado a aceptar el papel de víctima, de lxs huidxs que no se han entregado a las autoridades, de lxs presxs a lxs que no les capturaron la voluntad por libertad, de lxs anarquistas que no se han arrodillado nunca frente al Poder. Solidaridad, Dignidad, Guerrilla urbana, Anarquía, estas son nuestras palabras, que lanzamos como insulto contra vuestro sistema.
Pues sí, somos guerrillerxs anarquistas y estamos orgullosxs de participar en la rebeldía de nuestros deseos, con el nombre de la Conspiración de Células del Fuego.
Para vosotros, que os quedáis tras vuestros bancos judiciales, somos terroristas porque vuestra alma es una sombra asustada que solo se siente segura detrás de los policías y sumidos en los libros de vuestras leyes muertas.
Somos terroristas en contra de vuestros intereses y vuestro Poder. La vida, la integridad física, la seguridad y la propiedad de la camarilla judicial, del Poder político, de la oligarquía de los ricos y los patrones son blancos, tanto nuestros como de nuestrxs compas que siguen en libertad.
Pero un terrorismo diferente recorre la vida de la mayoría de la gente. Terrorismo es la cola infinita en las agencias tributarias, en los organismos públicos, en los bancos. Terrorismo son las órdenes que dictan los patrones a sus empleadxs. Terrorismo es la mano dura de la policía que cae sobre la microilegalidad y lxs pobres diablxs. Pero, el peor terrorismo es el hecho espeluznante de que nadie levanta la cabeza. Terrorismo es el silencio y la pasividad. Terrorismo es el hecho de que nadie toma las riendas de su vida.
Hemos visto también vuestro terrorismo. El terrorismo de la justicia. Hemos visto decenas de presxs volver de vuestros tribunales con la mirada vacía y sus vidas cargadas de varias décadas de encarcelamiento. Hemos visto amigxs y familiares desmayarse ante vuestras decisiones “justas”.
Hemos visto vuestros rostros inexpresivos y vuestras panzas bien alimentadas entrar en vuestros coches caros y blindados. Hemos oído y conocemos vuestros altos sueldos y vuestros acuerdos secretos, firmados por debajo de la mesa, para servir a vuestros queridos amiguitos: los grandes publicadores, los industriales y vuestros jefes políticos. De verdad, ¿cuántos siglos de encarcelamiento habéis repartido durante vuestra carrera para servir a un sistema que, a través de la explotación y la represión, produce aquello que vosotros consideráis criminales?
Así, más allá de los libros de vuestras leyes, si alguien quiere buscar el significado de terrorismo en la vida real, donde el asustado hoy teme al amenazador mañana que vendrá, descubrirá que vosotros y el Poder sois los terroristas.
En cuanto a nuestro terrorismo, este es la voluntad humana por la libertad y la anarquía. Parece que teméis esta voluntad y, por eso, votáis nuevas leyes de terror, establecéis Cortes Marciales de emergencia, adoptáis medidas especiales de seguridad, no nos permitís hablar con nuestrxs familiares y compas durante los intervalos del juicio, mientras que cuando nos traéis al calabozo, que queda a 10 metros de vuestra sala, nos ponéis los grilletes. Esto significa que tenéis miedo de verdad. Esto es un honor y nos da alegría porque demuestra como un grupo de personas, una compañía de anarquistas de praxis puede atemorizar a un estado entero. Esto demuestra que, lejos del silencio y la pasividad de la masa, basta solo con la voluntad de unas pocas personas para golpear vuestro sistema.
Debéis daros cuenta de que hay varias individualidades insumisas que viven autoexiladas de vuestra sociedad, se preparan, se arman y colectivizan sus deseos para derrumbar la Historia de lxs siervxs y sus amos. Será entonces cuando sentiréis de verdad lo que significa el terrorismo anarquista. El terrorismo anarquista que se expresa con el fuego contra los bancos, los ministerios, las comisarías de policía, el fuego que estalla con bombas por fuera de las viviendas de lujo de los ricos, de los palacios de justicia, de empresas multinacionales e industrias de explotación de la naturaleza y los animales, el fuego que se escribe con balas sobre los dictadores de nuestra vida y libertad, que habla dentro de las salas de los tribunales por boca de lxs prisionerxs de guerra, como nosotrxs, que no tenemos miedo de las condenas ni de vuestras cárceles. Este es el terrorismo anarquista. Por esto, corregid vuestras acusaciones y añadid a vuestros documentos que CCF es una organización terrorista anarquista.
Y todxs nosotrxs, que participamos en ella, estamos orgullosxs de ser sus miembros y nuestra rabia es un hacha sobre vuestras cabezas que gira… gira… gira…
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