un incontrolado que no fue
Ayer se realizo nuevamente una marcha en las calles del centro de santiago. Los “protagonistas” nuevamente fueron los estudiantes. En este segmento vale diferenciar entre “secundarios” y “universitarios”. Los últimos, mas cerca de conseguir convertirse en una fuerza de trabajo para obtener un sueldo que les permita vivir; deviniendo mercancías y ofreciendo facultades físicas e intelectuales al mejor postor, deben diferenciarse de los secundarios. El universitario es la transición a su condición de proletario, se encuentra mas avanzado en aceptar el rol de “trabajador”. Pero en el contexto actual, donde cada gesto, movimiento u acción dentro del guión de la representación que se nos aparece como realidad y nos absorbe toda energía, hacer esta diferenciación seria ridícula. Pero no lo es cuando nos referimos a las fuerzas más alejadas de la ideología y cercanas a la expresión real de la alineación y el rechazo a la misma. El secundario no tiene problemas en destruir aquello que la ideología y los medios nos dicen es de “todos”, pues esta mas alejado de los grados de alineación que paulatinamente van insertándose en nuestro ser.
De esta manera la marcha se expreso en un primer momento como el Estado/Capital desea: pacíficamente. Da igual si los pacos culiaos (se puede decir eso?) provocaron o si no lo hicieron. Lo rescatable de lo ocurrido es que la movilización nuevamente se convirtió en lucha. Los estudiantes secundarios y quizás algunos universitarios en el calor de la barricada, de las lacrimógenas, del chorro del guanaco; logran de alguna manera comprender que aquellos que piden el dialogo “pero cuando dejen las tomas” son los que mandan a apelarnos. Su decisión, la del poder, es que nos desarmemos para ellos contar con su putrefacta policía para darnos cuando nos vean como desean.
Los estudiantes, sujetos que sin querer pueden cooperar en mantener la cotidianeidad y con ello la reproducción de la valorización del valor; se enfrentaron a la policía a la altura de la Alameda Bernardo O’higgins esquina Manuel Rodríguez y otras esquinas cercanas al MINEDUC.
Los estudiantes han de alejarse de la movilización para luchar. Hoy esto es un objetivo a lograr pues por el momento desde la movilizacion hemos de convertirla en Lucha en tanto la movilización acaba cuando algunas migajas nos son dadas. La lucha se mantiene porque el capitalismo es una totalidad contradictoria en movimiento.
Algunos negocian. Sabemos que la lucha puede decaer, que el Estado/capital usara todas sus artimañas para aquello y los socialdemócratas dirán “amen” para no quedar mal. Es probable que los estudiantes vuelvan a la normalidad. Pero esa llama de rebelión que se expresa en la movilización vuelta lucha, es el daño que realmente se puede provocar al capitalismo como totalidad. No solo a su infraestructura y sus perros guardianes, sino también al misticismo que rodea todas las relaciones sociales: tomarse la calla, armar una barricada, hacer retroceder a la policía y controla temporalmente un espacio, ocupar los espacios tomados y discutir, alimentar la rabia contra la sociedad mercantil generalizada y expulsar, escupir a los que quieren calmarnos con algunas “victorias”.
La ruptura con el capital es la afirmación de identificar aquello que pasa piola y merece ser destruido, de todo lo que mantiene, colabora o es parte de un mundo organizado a la ganancia y no las necesidades. La ruptura con toda ideología que nos mantiene separados de nosotros mismos, con la maldita realidad que nos impone un “hacer” que se vuelve cotidianeidad, arrastrados por aquello que nos ordena y articula nuestras actividades.
Volviendo a lo ocurrido, en algunos puntos del centro de la capital se pudo ver a jóvenes con mochilas que conversaban con efectivos de carabineros. De esta manera, la represión policial se detenía por algunos minutos y luego se atacaba de nuevo a los jóvenes que se encontraban en el sector de la Plaza Los Héroes, quienes por esto se vieron impedidos de desplazarse, por largo rato, fuera del perímetro que estableció la policía a través del fuerte operativo represivo.
Machacamos: hemos aprender en estas revueltas a focalizar la rabia contra este mundo de la mercancía. Lo que viene después solo depende de nosotros, de los lazos que hemos logrado y de los puntos en común que nos hacen potenciar las luchas contra la raíz de todo: la acumulación capitalista. Si no, esto será un simple documental y anécdota en el futuro como lo fue la “revolución” pingüino del 2006.
Vale la pena decir que es increíble como los políticos intentan dar soluciones a lo insolucionable: se inmolan ante las problemáticas estructurales con tal que el Capital siga su rumbo.
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