Prepararse para lo que viene: Las palabras de Rosende y de los voceros de la burguesía anticipan una escalada en la estrategia represiva del Estado.
Jueves 26 de noviembre de 2009
Escribo estas líneas con la extraña sensación de la calma que precede a la tormenta represiva que se desatará contra nuestros hermanos y hermanas, contra los autónomos, los okupa, los anarquistas, los nuevos enemigos internos del Estado y del sistema de dominación chileno.
Por cierto que estas palabras no buscan la victimización. Ya lo han dicho otros compañeros y compañeras, en esta guerra social asumimos las consecuencias de nuestras posturas y nuestras acciones. Tampoco están guiadas por el pesimismo o por anunciar la catástrofe gratuitamente, sino que se encuentran fundadas en hechos bien concretos: las palabras del cancerbero de turno, el subsecretario del Interior Patricio Rosende y las sucesivas editoriales de los voceros de la clase dirigente chilena La Tercera y El Mercurio en esta semana.
Hagamos un breve recuento de los hechos recientes. A raíz de un atentado explosivo realizado el día domingo contra una sucursal del BBVA en la comuna de Las Condes, Patricio Rosende declaró que conocía las líneas generales de la investigación por los bombazos y que le parecía “…que hay en ellas elementos suficientes como para avanzar un poco más rápido”, además agregaba que “confío en que las Fiscalías van a darnos buenas noticias en el curso de esta semana”. Al parecer la acción contra el BBVA, por los panfletos encontrados que exigían la libertad de los compañeros presos y consignas contra el Estado y el Capital, se inscribiría en la jornada de agitación y solidaridad con los compañeros secuestrados por el Estado chileno, jornadas que fueron imbécilmente catalogadas por Rosende y la prensa como “Cumbre Anarquista”, al estilo de un congreso, e incluso algunos llegaron a hablar de un “seminario”. Esta acción sucedió casi 3 semanas después del atentado con bomba que burló la seguridad del Hotel Marriot y un atentado contra el Bancoestado de Avenida Recoleta. Además la jornada solidaria por los compañeros en prisión estuvo salpicada de incidentes como una bomba de ruido en el Mc’Donalds de Talca, incidentes y represión afuera del centro de exterminio Santiago 1, la represión a una marcha en el Paseo Ahumada y una acción de agitación afuera de los tribunales de la justicia burguesa. Además hubo cortes de ruta en Valparaíso y acciones de explosivos simulados en Curicó (firma grupo Curikaos) y Metro Estación Baquedano, aparte de actividades solidarias en Villa Francia y otros territorio. Otro será el espacio para un balance de esta jornada, pero lo importante es que marca un hito en las convocatorias desde el espacio social libertario-autónomo, donde se lograron converger distintas voluntades, iniciativas y acciones logrando in significativo impacto (N. de R. varias de las actividades que reseña aquí el compañero anónimo que escribió este texto, se enmarcan en la Semana Internacional de Agitación y Presión Solidaria con los compañeros secuestrados por el Estado chileno, jornada que fue conocida como "cumbre anarquista" en la neolengua del Estado). Si bien siempre se puede mejorar, se trató de una iniciativa relevante, sin embargo las circunstancias y el estado actual de la guerra social en $hile le dan una connotación de hito y punto de inflexión también para el Estado-Capital, que parece ahora decidido a escalar la represión con cárcel y el amedrentamiento de los espacios sociales con presencia anticapitalista.
Pero a las palabras de Rosende siguieron las editoriales de “La Tercera”, el Martes y hoy (ayer) miércoles “El Mercurio”. Mientras “La Tercera” aludía a que el problema de la ola de bombazos fue minimizado por las autoridades políticas, y que el hecho que los autores no hayan podido ser capturados revelaba que existían grupos y organizaciones que son mucho más peligrosas que lo que se preveía. Señalaban además, que los 103 atentados explosivos, y los 15 de este año, son cifras de una magnitud que muestra que se trata de un fenómeno mucho mayor al que se preveía. Además -agregaba la editorial- se catalogó en un principio los atentados como bombas de ruido, cuestión que según el diario ha sido contradicho por los hechos, ya que las bombas colocadas son en algunos casos de alto poder. Por otra parte, “El Mercurio” tenía, como es su costumbre, un tono de apariencia más seria y comedida, pero que aventuraba opiniones de mucho mayor calado represivo. Dice el paladín de los ricos que la reacción de Patricio Rosende confirma que la no detención de los autores de los bombazos se debe a la falta de decisión de las autoridades (les faltó decir que les faltaban pantalones). Agrega que todo apunta a que los grupos detrás de estas acciones son anarquistas, dejando ver que entonces se debe actuar contra los grupos por el sólo hecho de identificarse con esta ideología, con lo que está reponiendo en los hechos el delito ideológico. De paso, habría que decir que El Mercurio entiende como anarquista a todo aquel que esté contra el sistema y que piense que se puede organizar y vivir con valores diferentes a los del lucro y la mercancía. Sin embargo, el Mercurio da un paso más y señala que la impunidad de “los terroristas” (no se refiere a los genocidas y terroristas de Estado que ellos han apoyado, sino a quienes llevan a cabo ataques contra las instituciones del estado y el capital) se debe a la falta de una autoridad que esté cabalmente al frente de la materia, con atribuciones coordinadoras y que rinda cuentas. Es decir, pone el acento no en lo policial-judicial, sino en la capacidad política de la que carece el ministerio del interior para generar las coordinaciones, los complementos y las retroalimentaciones entre los aparatos de inteligencia policial.
Finalmente, la editorial de El Mercurio pide cortar las cabezas hoy, señalando que “el fenómeno terrorista debe ser combatido con la máxima energía en su germen mismo. No hacerlo es invitar a que él acreciente su intensidad, y entonces ya será demasiado tarde”. Paradójicamente, esta visión de los editorialistas de El Mercurio, difiere de la expresada por los periodistas-policías embarcados en una suerte de guerrilla mediática personal en que insisten en hablar del “lumpen autodenominado anarquista”, siendo que en la editorial, sin duda con mayores elementos políticos que los periodistuchos policiales, le asignan al “fenómeno terrorista” como le llaman, características muy lejanas a la delincuencia común o al llamado por ellos lumpen, toda vez que significan amenazas totales al estado y a la estabilidad del sistema.
Curiosamente, El Mercurio se manifiesta en la misma línea en que lo plantea el Coronel (R) del Ejército de Chile, Arturo Contreras Polgatti al analizar los nuevos desafíos que enfrentan los Estados ante las amenazas de los conflictos armados asimétricos y no convencionales, en un artículo aparecido en una revista especializada en temas de inteligencia. En este artículo, Contreras Polgatti señala claramente que los fenómenos subversivos y de conflicto asimétrico no deben ser afrontados desde una estrategia convencional de seguridad pública de parte del Estado, y que resulta central saber lo más posible sobre el dispositivo subversivo para golpearlo, siendo ello únicamente posible con una adecuada integración del análisis contextual (social y político) y de la inteligencia operativa. Dicha coordinación y retroalimentación entre análisis contextual e inteligencia genera, según él, la sinergía necesaria para ser exitosos en todos los niveles, ahogando a la subversión en todas sus manifestaciones, y esta coordinación, obviamente, no puede ser realizada sino por la autoridad política que es el encargado de la conducción político-estratégica, que es justamente donde detecta las fallas El mercurio: en la gestión de Perez Yoma-Rosende en particular y de la Concertación en general. Por supuesto que esas fallas no podrían ser endosadas al fiscal Jacir o Armendáriz, toda vez que esos personajes son sólo funcionarios judiciales que guían una investigación policial, ¿cómo podrían tener ellos tareas de conducción político-estratégica del Estado?
El Mercurio siempre ha reconocido que la concertación fue eficiente en la desarticulación de la subversión de viejo cuño, de corte guerrillero castro-guevarista, propia de la guerra fría, pero al parecer ha comenzado a manifestar serias dudas acerca de la eficiencia ante una subversión que objetivamente plantea un conflicto asimétrico de baja intensidad, una subversión donde al igual que en el post-fordismo, donde la cadena de producción está dislocada a nivel mundial, la resistencia y la subversión también lo están, sobre todo pensando en la dimensión internacional que adopta rápidamente la subversión anarquista y autónoma, cuya punta de lanza es Grecia, recordemos que las insurrecciones son contagiosas y marcan modelos de acción. Se trata en efecto, de un nuevo desafío subversivo de corte urbano, que se suma al conflicto mapuche. Se podría decir claramente que el estado $hileno se encuentra dando una lucha en dos frentes: en el sur con el pueblo mapuche más radicalizado y con la subversión urbana de nuevo tipo, que hasta el momento se ha mostrado sorprendentemente exitosa para estructurarse como enemigo difuso que puede golpear sin ser golpeada. Finaliza el coronel Contreras Polgatti, que entre las nuevas amenazas que enfrentará el Estado, será la creciente complementariedad entre terrorismo, subversión, y el accionar de grupos ideológicos antisistema, anarquistas y nihilistas, cuyos esfuerzos convergen en la profundización de los factores que comprometen la estabilidad y gobernabilidad de los Estados. Llaman la atención las palabras de este oficial del ejército enemigo, sobre todo porque no las escribe al calor de lo que pasa hoy, sino que fueron escritas hace un par de años.
¿Qué podemos esperar en el corto plazo?
No hay que hacerse falsas expectativas. Lo que viene es claramente mayor represión. Nuestros compañeros presos, seguramente serán condenados a penas ejemplarizadoras. Cabe esperar, por cierto, detenciones guiadas por las orientaciones del cancerbero Rosende. Para él con los elementos que hay se podría ir más rápido, lo que significa en la práctica, que da lo mismo si tienen o no tienen pruebas, hay que golpear al movimiento anarquista en su conjunto ya que tenemos la seguridad que los grupos que han realizado ataques en santiago y otras ciudades del país adhieren a esta ideología (este año además con una interesante intensidad, lo que podría marcar la extensión de las acciones a regiones). En definitiva, se comienza a materializar una estrategia represiva similar a la llevada en Italia por el Fiscal Marini con la teoría de la organización subversiva de doble nivel: uno legal y abierto y otro clandestino. Como se trata de la misma organización, según la estrategia represiva italiana, se debe golpear a todos por igual. Como en $hile ya se encuentra criminalizado el anarquismo y señalado como el enemigo interno a batir, la estrategia del Estado, con el apoyo entusiasta del dispositivo policiaco-periodístico de la burguesía, sólo se podrá materializar con golpes represivos sobre el movimiento social, los centros ocupados, las bibliotecas populares e incluso podría ser más adelante con los grupos que han prestado legal como el Pikete jurídico o la Defensoría Popular, ya que incluso han sido señalados por parte de la prensa como una suerte de voceros de los anarquistas.
Del resultado de esta escalada y este nuevo nivel que adquiere la guerra social en $hile dependerá también el futuro y posibilidades de la nueva subversión para transformarse en un factor de crisis, que en conjunto con otros como la enorme y creciente deslegitimidad de la clase política, el aumento de la protesta social, el alzamiento mapuche, la salida o el empantanamiento en la crisis económica o incluso una potencial segunda crisis del capitalismo financiero, el agravamiento de la precariedad laboral, entre otros, podrían llegar a constituir elementos de desestabilización e impulsar un nuevo asalto proletario al estado, una nueva intentona insurreccional contra el Estado-Capital. En la calle nos vemos.
Jueves 26 de noviembre de 2009
Escribo estas líneas con la extraña sensación de la calma que precede a la tormenta represiva que se desatará contra nuestros hermanos y hermanas, contra los autónomos, los okupa, los anarquistas, los nuevos enemigos internos del Estado y del sistema de dominación chileno.
Por cierto que estas palabras no buscan la victimización. Ya lo han dicho otros compañeros y compañeras, en esta guerra social asumimos las consecuencias de nuestras posturas y nuestras acciones. Tampoco están guiadas por el pesimismo o por anunciar la catástrofe gratuitamente, sino que se encuentran fundadas en hechos bien concretos: las palabras del cancerbero de turno, el subsecretario del Interior Patricio Rosende y las sucesivas editoriales de los voceros de la clase dirigente chilena La Tercera y El Mercurio en esta semana.
Hagamos un breve recuento de los hechos recientes. A raíz de un atentado explosivo realizado el día domingo contra una sucursal del BBVA en la comuna de Las Condes, Patricio Rosende declaró que conocía las líneas generales de la investigación por los bombazos y que le parecía “…que hay en ellas elementos suficientes como para avanzar un poco más rápido”, además agregaba que “confío en que las Fiscalías van a darnos buenas noticias en el curso de esta semana”. Al parecer la acción contra el BBVA, por los panfletos encontrados que exigían la libertad de los compañeros presos y consignas contra el Estado y el Capital, se inscribiría en la jornada de agitación y solidaridad con los compañeros secuestrados por el Estado chileno, jornadas que fueron imbécilmente catalogadas por Rosende y la prensa como “Cumbre Anarquista”, al estilo de un congreso, e incluso algunos llegaron a hablar de un “seminario”. Esta acción sucedió casi 3 semanas después del atentado con bomba que burló la seguridad del Hotel Marriot y un atentado contra el Bancoestado de Avenida Recoleta. Además la jornada solidaria por los compañeros en prisión estuvo salpicada de incidentes como una bomba de ruido en el Mc’Donalds de Talca, incidentes y represión afuera del centro de exterminio Santiago 1, la represión a una marcha en el Paseo Ahumada y una acción de agitación afuera de los tribunales de la justicia burguesa. Además hubo cortes de ruta en Valparaíso y acciones de explosivos simulados en Curicó (firma grupo Curikaos) y Metro Estación Baquedano, aparte de actividades solidarias en Villa Francia y otros territorio. Otro será el espacio para un balance de esta jornada, pero lo importante es que marca un hito en las convocatorias desde el espacio social libertario-autónomo, donde se lograron converger distintas voluntades, iniciativas y acciones logrando in significativo impacto (N. de R. varias de las actividades que reseña aquí el compañero anónimo que escribió este texto, se enmarcan en la Semana Internacional de Agitación y Presión Solidaria con los compañeros secuestrados por el Estado chileno, jornada que fue conocida como "cumbre anarquista" en la neolengua del Estado). Si bien siempre se puede mejorar, se trató de una iniciativa relevante, sin embargo las circunstancias y el estado actual de la guerra social en $hile le dan una connotación de hito y punto de inflexión también para el Estado-Capital, que parece ahora decidido a escalar la represión con cárcel y el amedrentamiento de los espacios sociales con presencia anticapitalista.
Pero a las palabras de Rosende siguieron las editoriales de “La Tercera”, el Martes y hoy (ayer) miércoles “El Mercurio”. Mientras “La Tercera” aludía a que el problema de la ola de bombazos fue minimizado por las autoridades políticas, y que el hecho que los autores no hayan podido ser capturados revelaba que existían grupos y organizaciones que son mucho más peligrosas que lo que se preveía. Señalaban además, que los 103 atentados explosivos, y los 15 de este año, son cifras de una magnitud que muestra que se trata de un fenómeno mucho mayor al que se preveía. Además -agregaba la editorial- se catalogó en un principio los atentados como bombas de ruido, cuestión que según el diario ha sido contradicho por los hechos, ya que las bombas colocadas son en algunos casos de alto poder. Por otra parte, “El Mercurio” tenía, como es su costumbre, un tono de apariencia más seria y comedida, pero que aventuraba opiniones de mucho mayor calado represivo. Dice el paladín de los ricos que la reacción de Patricio Rosende confirma que la no detención de los autores de los bombazos se debe a la falta de decisión de las autoridades (les faltó decir que les faltaban pantalones). Agrega que todo apunta a que los grupos detrás de estas acciones son anarquistas, dejando ver que entonces se debe actuar contra los grupos por el sólo hecho de identificarse con esta ideología, con lo que está reponiendo en los hechos el delito ideológico. De paso, habría que decir que El Mercurio entiende como anarquista a todo aquel que esté contra el sistema y que piense que se puede organizar y vivir con valores diferentes a los del lucro y la mercancía. Sin embargo, el Mercurio da un paso más y señala que la impunidad de “los terroristas” (no se refiere a los genocidas y terroristas de Estado que ellos han apoyado, sino a quienes llevan a cabo ataques contra las instituciones del estado y el capital) se debe a la falta de una autoridad que esté cabalmente al frente de la materia, con atribuciones coordinadoras y que rinda cuentas. Es decir, pone el acento no en lo policial-judicial, sino en la capacidad política de la que carece el ministerio del interior para generar las coordinaciones, los complementos y las retroalimentaciones entre los aparatos de inteligencia policial.
Finalmente, la editorial de El Mercurio pide cortar las cabezas hoy, señalando que “el fenómeno terrorista debe ser combatido con la máxima energía en su germen mismo. No hacerlo es invitar a que él acreciente su intensidad, y entonces ya será demasiado tarde”. Paradójicamente, esta visión de los editorialistas de El Mercurio, difiere de la expresada por los periodistas-policías embarcados en una suerte de guerrilla mediática personal en que insisten en hablar del “lumpen autodenominado anarquista”, siendo que en la editorial, sin duda con mayores elementos políticos que los periodistuchos policiales, le asignan al “fenómeno terrorista” como le llaman, características muy lejanas a la delincuencia común o al llamado por ellos lumpen, toda vez que significan amenazas totales al estado y a la estabilidad del sistema.
Curiosamente, El Mercurio se manifiesta en la misma línea en que lo plantea el Coronel (R) del Ejército de Chile, Arturo Contreras Polgatti al analizar los nuevos desafíos que enfrentan los Estados ante las amenazas de los conflictos armados asimétricos y no convencionales, en un artículo aparecido en una revista especializada en temas de inteligencia. En este artículo, Contreras Polgatti señala claramente que los fenómenos subversivos y de conflicto asimétrico no deben ser afrontados desde una estrategia convencional de seguridad pública de parte del Estado, y que resulta central saber lo más posible sobre el dispositivo subversivo para golpearlo, siendo ello únicamente posible con una adecuada integración del análisis contextual (social y político) y de la inteligencia operativa. Dicha coordinación y retroalimentación entre análisis contextual e inteligencia genera, según él, la sinergía necesaria para ser exitosos en todos los niveles, ahogando a la subversión en todas sus manifestaciones, y esta coordinación, obviamente, no puede ser realizada sino por la autoridad política que es el encargado de la conducción político-estratégica, que es justamente donde detecta las fallas El mercurio: en la gestión de Perez Yoma-Rosende en particular y de la Concertación en general. Por supuesto que esas fallas no podrían ser endosadas al fiscal Jacir o Armendáriz, toda vez que esos personajes son sólo funcionarios judiciales que guían una investigación policial, ¿cómo podrían tener ellos tareas de conducción político-estratégica del Estado?
El Mercurio siempre ha reconocido que la concertación fue eficiente en la desarticulación de la subversión de viejo cuño, de corte guerrillero castro-guevarista, propia de la guerra fría, pero al parecer ha comenzado a manifestar serias dudas acerca de la eficiencia ante una subversión que objetivamente plantea un conflicto asimétrico de baja intensidad, una subversión donde al igual que en el post-fordismo, donde la cadena de producción está dislocada a nivel mundial, la resistencia y la subversión también lo están, sobre todo pensando en la dimensión internacional que adopta rápidamente la subversión anarquista y autónoma, cuya punta de lanza es Grecia, recordemos que las insurrecciones son contagiosas y marcan modelos de acción. Se trata en efecto, de un nuevo desafío subversivo de corte urbano, que se suma al conflicto mapuche. Se podría decir claramente que el estado $hileno se encuentra dando una lucha en dos frentes: en el sur con el pueblo mapuche más radicalizado y con la subversión urbana de nuevo tipo, que hasta el momento se ha mostrado sorprendentemente exitosa para estructurarse como enemigo difuso que puede golpear sin ser golpeada. Finaliza el coronel Contreras Polgatti, que entre las nuevas amenazas que enfrentará el Estado, será la creciente complementariedad entre terrorismo, subversión, y el accionar de grupos ideológicos antisistema, anarquistas y nihilistas, cuyos esfuerzos convergen en la profundización de los factores que comprometen la estabilidad y gobernabilidad de los Estados. Llaman la atención las palabras de este oficial del ejército enemigo, sobre todo porque no las escribe al calor de lo que pasa hoy, sino que fueron escritas hace un par de años.
¿Qué podemos esperar en el corto plazo?
No hay que hacerse falsas expectativas. Lo que viene es claramente mayor represión. Nuestros compañeros presos, seguramente serán condenados a penas ejemplarizadoras. Cabe esperar, por cierto, detenciones guiadas por las orientaciones del cancerbero Rosende. Para él con los elementos que hay se podría ir más rápido, lo que significa en la práctica, que da lo mismo si tienen o no tienen pruebas, hay que golpear al movimiento anarquista en su conjunto ya que tenemos la seguridad que los grupos que han realizado ataques en santiago y otras ciudades del país adhieren a esta ideología (este año además con una interesante intensidad, lo que podría marcar la extensión de las acciones a regiones). En definitiva, se comienza a materializar una estrategia represiva similar a la llevada en Italia por el Fiscal Marini con la teoría de la organización subversiva de doble nivel: uno legal y abierto y otro clandestino. Como se trata de la misma organización, según la estrategia represiva italiana, se debe golpear a todos por igual. Como en $hile ya se encuentra criminalizado el anarquismo y señalado como el enemigo interno a batir, la estrategia del Estado, con el apoyo entusiasta del dispositivo policiaco-periodístico de la burguesía, sólo se podrá materializar con golpes represivos sobre el movimiento social, los centros ocupados, las bibliotecas populares e incluso podría ser más adelante con los grupos que han prestado legal como el Pikete jurídico o la Defensoría Popular, ya que incluso han sido señalados por parte de la prensa como una suerte de voceros de los anarquistas.
Del resultado de esta escalada y este nuevo nivel que adquiere la guerra social en $hile dependerá también el futuro y posibilidades de la nueva subversión para transformarse en un factor de crisis, que en conjunto con otros como la enorme y creciente deslegitimidad de la clase política, el aumento de la protesta social, el alzamiento mapuche, la salida o el empantanamiento en la crisis económica o incluso una potencial segunda crisis del capitalismo financiero, el agravamiento de la precariedad laboral, entre otros, podrían llegar a constituir elementos de desestabilización e impulsar un nuevo asalto proletario al estado, una nueva intentona insurreccional contra el Estado-Capital. En la calle nos vemos.
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