martes, noviembre 23, 2010

Grecia: El caso de los paquetes-bomba

El caso de paquetes-bomba
El 1 de noviembre por el mediodía fueron detenidos en el barrio Pagrati de Atenas 2 compañeros anarquistas, Panagiotis Argyrou de 22 años y Gerasimos Tsakalos de 24 años. El arresto ocurrió unos pocos minutos después de que un paquete destinado a la embajada de México explotó en una empresa de envíos cercana, levemente hiriendo a una empleada en los dedos. Los dos estuvieron en una parada de autobús cuando de repente fueron arrodeados por policías en motocicletas, de la llamada brigada DI.AS. Aunque estuvieron preparados para tales encuentros indeseables-tuvieron pistolas de marca "Glock" de 9mm, cargadores de recambio y chalecos anti-balas- parece que fueron pillados muy por sorpresa. De todos los incontables calumniadores, retorcidos o simplemente estúpidos artículos, análisis, columnas, etc. que aparecieron en la prensa a partir de entonces, nos parece interesante mencionar solo lo que concierne la parte "practica" de la dicha detención, pues ¿cuáles, según los fuentes policiales, fueron las errores cometidos por los "paqueteros"? Como primero, uno de los detenidos pasó por la misma empresa de envíos algunos días antes preguntando sobre los detalles de envío y ya entonces tenía el mismo disfraz (peluca, etc.), así despertando la sospecha de la empleada, que le reconoció de inmediato. Luego, inconscientes de que paquete entregado en esta primera empresa explotó, los dos siguieron su ruta y enviaron un otro paquete de una otra empresa ubicada a unos 500 metros de la primera. En esta segunda empresa también despertaron sospechas: uno que entró para enviar el paquete se negó a decir el nombre de remitente, salió afuera hablando por teléfono, llevaba guantes a pesar de que día era bastante caluroso y después de pagar salió sin esperar el resto. Además, en los primeros días de cada mes la presencia policial en toda área metropolitana de Atenas se aumenta todavía más debido a los atracos, frecuentes especialmente en estas fechas, como también por las inundaciones que suelen ocurrir en los principios de noviembre.De todos modos los 15 paquetes-bomba que fueron enviados este día desde diferentes puntos en Atenas (según los maderos hubo por lo menos 1-2 grupos más que enviaban paquetes ese día) fueron de muy baja potencia y tuvieron como remitentes unas personas o organizaciones reales, que además mantienen relaciones con el personal de las correspondientes embajadas, por ejemplo el paquete desactivado en la embajada de Países Bajos tuvo como nombre del remitente un conocido criminólogo, el destinado al nombre de la embajadora de Chile tuvo como remitente un sindicato obrero etc.
Luego, los fotos de Panagiotis y Gerasimos seguían durante días en las primeras páginas de la mayoría de los diarios. Panagiotis, aparte de tener una causa pendiente por quema de un autobús municipal hace un par años, estaba desde octubre del año pasado en busca y captura acusado de ser miembro de Conspiración de Células del Fuego. Un día después del arresto de los dos, la policía publicó fotos de los 5 restantes en busca y captura por el mismo caso más el número de teléfono adonde se puede chivatear y la gran parte de los diarios las publicó también, mostrando otra vez la complicidad democrática de los ambos órganos: represivo y desinformativo. Una semana después se publico también la foto del hermano mayor de Gerasimos, como uno más en busca y captura acusado por el mismo caso. Todos los medios de comunicación de masas literalmente deliraron presentando los dos detenidos como "enemigos de la sociedad", "psicópatas sin corazón", "fracasados saboteadores de estabilidad", "los que humillaron nuestro país ante el mundo entero" etc., mientras que la prensa amarilla sacaba cada vez nuevos detalles de la vida privada de los detenidos y los en busca y captura, lxs periodistxs "más serios" se pusieron a "analizar el perfil psicológico de la nueva generación terrorista", hablando sobre "el carácter antisocial", "desprecio de los valores establecidos", "degeneración política y moral" y a veces hasta pronunciando unos raros montajes semánticos al estilo "el nihilismo nihilista".
Hubo algunas acciones de solidaridad como respuesta: la misma noche fueron quemados en Eksarhia algunos coches de lujo, luego algunos coches de empresa eléctrica estatal DEI y el sábado 6 de noviembre se quemó en el barrio de Agia Paraskevi 10 vehículos de empresa Telefónica. Esa ultima acción fue reivindicada por Complicidad Terrorista/Combatientes del Abismo. Además, el jueves 4 de noviembre un pequeño grupo de 20 solidarixs se concentró en el recinto de juzgados literalmente apestado de todo tipo de madera y hombrecitos de la sección correspondiente a la Brigada de Información española. Cuando Panagiotis y Gerasimos acompañados por armados hasta los dientes y encapuchados chulos de la sección antiterrorista fueron llevados dentro del edificio y, un par de horas luego, sacados de allí se les saludo gritando consignas. También, el miércoles 10 de noviembre un grupo de 40 anarquistas ocupó la sede local de Unión de Redactores de Diarios en Tesalónica (pues, el piso franco de chivatos con sueldo) y envió desde allí a todos los medios burgueses un comunicado que denuncia el papel de periodista como el brazo mediático de los órganos represivos.
Tanto Panagiotis como Gerasimos durante toda su detención se negaron de declarar ante jueces y fiscales y se negaron a participar en los procedimientos. El 4 de noviembre se decidió, por unanimidad, la encarcelación de los dos por 4 delitos graves ("posesión de explosivos", "realización de explosión que provoque el peligro público", etc.) y 4 faltas. Panagiotis está en cárcel Koridallos de Atenas, mientras que Gerasimos fue llevado a la cárcel de Malandrino. El primero tiene además los cargos idénticos con toda otra gente acusada por el caso de Células.
Lxs 3 presxs por el caso publicaron una carta al respecto.

Carta con respecto a la detención de 2 compañeros por paquetes-bomba
"Nosotros vamos a vivir esta historia
Nosotros vamos a vivir esta historia-
nosotros unos pocos, unos pocos pero felices, nosotros los hermanos,
porque él que hoy derrama su sangre conmigo
será mi hermano."
William Sheakspeare "Enrique V"

El día 1 de noviembre por el mediodía G. Tsakalos y P. Argyrou fueron detenidos en barrio de Pagrati. A los dos se les presenta como responsables de enviar los paquetes-bomba a las embajadas de México, Chile, Bélgica, Alemania, Suiza, Rusia, Bulgaria y Francia, como también a Nicolas Sarkozy, Silvio Berlusconi, Angela Merkel, el Tribunal Europeo, Europol y Eurojust. El arresto fue seguido por, ya conocido, teatro de jueces televisivos que de nuevo se pusieron en la primera línea de guerra propagandística contra los revolucionarios detenidos. Las descripciones como "mentes enfermas" y "psicópatas criminales sedentes de sangre" acompañaron a las fotografías de arrestados junto con el número de teléfono de sección antiterrorista y llamamientos al chivatazo, anónimo y confidencial. Las recuerdos de una Junta, que nunca se ha ido, se despiertan en la moderna democracia burguesa, incitando a los concienzudos (es decir carentes de consciencia) ciudadanos para funcionar como delatadores, para darse prisa y entregar a todos aquellos que puede ser que conspiran contra la sumisión silenciosa y con orgullo se oponen a cualquier reconciliación.
Aquellos que en una época de vaguedad, de opciones descoloradas, de chivateo, de connivencia indecisa, del consumo insípido de la basura material y intelectual presentada como "la felicidad", se proponen una verdadera ruptura, se lanzan a una guerra cotidiana y despiadada, eligen una conciencia fuerte, la lucha contra los morales modernos, un pensamiento crítico-analítico y la acción revolucionaria radical.
Aquellos que se niegan a confiarse a si mismos en los manos de plebe, que es responsable de la miseria de la civilización moderna.
Aquellos que se niegan que sus vidas sean determinadas por una pandilla de charlatanes ridículos, que detrás de sus títulos oficiales de político, juez, fiscal, periodista, madero pero también de armador y de contratista, esconden nada más que veneración de Mammonas y la sed por el poder.
Aquellos que todavía se niegan a incorporase en las filas de miles languidecidos padres de familia pegados al televisor, que en una vida ahogada en préstamos, pobreza, degradación y achaco descubren a si mismos en el ensueño del inalcanzable subida social y permanecen pasivos, por lo tanto cómplices de los crímenes del régimen.
Aquellos que toman la decisión de seguir el camino de la insurrección de cada día, que toman sus vidas en sus propias manos, que andan con orgullo, dignidad y valor hasta el fin, hasta la revolución. Una revolución que pasa por la opción de guerrilla urbana, de un organizado y orquestado ataque contra el moderno complejo político-económico. Una decisión política de ruptura y al mismo tiempo un proceso revolucionario de realizarse a sí mismo, que reivindica las características de coherencia, organización, planteamiento y, naturalmente, de la permanente actividad radical insurreccional.
A las cuestiones-si al fin y al cabo podemos y, tal vez, si aguantemos-respondemos como revolucionarios, con una postura firme y clara, con nuestro discurso que se trasmute en la práctica. La respuesta antes que todo se dirige a nosotros mismos. Es la respuesta misma que como una ola tempestuosa vierte el miedo en el campo de batalla. ¿Acaso no vendrán los nuevos compañeros de armas, que con su andar nos harán sentir cada vez un corte más sobre nuestras cadenas? Y acaso no llegará el momento en que unidos de nuevo con otros compañeros nos lanzaremos hacia el frente de la lucha y nuestras canciones otra vez se convertirán en la lluvia de cristales rotos…
Nos pondremos a lado de los compañeros, en cuanto nos da la suerte y el tiempo.
Nos pondremos a su lado y con una mirada pura y salvaje, juntos respiraremos la libertad.
LOS COMPAÑEROS NO ESTÁN SOLOS
LIBERTAD A LOS GUERRILLEROS URBANOS G. TSAKALOS Y P. ARGYROU

Haris Hadzimihelakis,
Panagiotis Masouras,
Konstantina Karakatsani

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