domingo, septiembre 24, 2006

PERLA DE LA BURGUESIA



"No quiero ver un minarete de 24 metros de alto en el paisaje de Giotto... si sigo viva, iré donde mis amigos de Carrara, la ciudad del mármol. Ahí son todos anárquicos: con ellos, usaremos sus explosivos y bombardearemos la mezquita."
Oriana Fallaci

Si, tú. Tú y tus amigos "anárquicos", pero de esos que se alían con los poderosos, se arrastran ante el poder y se dicen "espíritus libres" porque no se comprometen con nada, salvo con el dinero y el orden existente. En Italia, los verdaderos anarquistas luchan por extender la subversión o están presos en las cárceles por combatir al Estado, no por alentarlo a ser aun más racista y represivo.
Ha muerto Oriana Fallaci, en medio del lamento generalizado de la canalla periodística, incluyendo a la prensa progre, la más imbécil de todas. La antifascista que no dudaba en bregar por la xenofobia y el odio contra los inmigrantes en Europa, desde su cómodo departamento en Manhattan. La que llamaba proislámicos a la Onu y los Estados europeos, haciendo propaganda a favor de las decisiones militares del Estado norteamericano y de la guerra capitalista. La que condenaba al Corán y a los "terroristas árabes", mientras se arrastraba a los pies de las fracciones hegemónicas del capitalismo y sus potencias centrales. La que alentaba el odio contra los proletarios de los países árabes y musulmanes, cuando llegan a Europa buscando que les paguen a un precio un poco más alto su explotada fuerza de trabajo. Que alegría más grande que se halla muerto, y esperamos que después de una lenta agonía. La pena más profunda de todo esto es que una apologista así de descarada del orden dominante se muera de vieja, de enferma, por la justicia poética, y no en un paredón de la clase obrera. Pero bueno, sólo por ahora nos queda conformarnos con que haya sido así, con ganas de gritar que viva el cáncer.
Cualquiera que lea nuestras posiciones sabe que no somos proislámicos ni nada por el estilo. No somos ni jihadistas, ni prochilenos, ni proárabes ni nada de eso. Somos sencillamente proletarios en revuelta, y estamos contra todos los templos y todas las religiones. Pero nos reímos de esos que hablan del fascismo islámico, utilizando una terminología inventada en el Pentágono y otros centros del pensamiento occidental, poniéndose del lado de los defensores de la guerra imperialista en preparación. Guerra imperialista que sólo podrá ser conjurada a través del derrotismo revolucionario y de la lucha de clase contra clase.
Ha muerto Oriana Fallaci, que alegría, esa maldita periodista. Que es lo mismo que decir: esa maldita policía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SI compañeros, tienen toda la razón, hablar de amigos anárquicos y de bombardear mezquitas, mientras se viaja comodamente por el mundo, debatiendo con toda la intelectualidad progre y acomodaticia, es el gesto más patético e hipócrita del mundo. Y ojo que en esto no hay nada de miserabilismo!!!
Según se ve,. esa tal Falacci se jacta de haber tenido un romance con Alekos Panagulis y haber escrito una novela en su honor, pero si uno lee atentamente cual es su papel en la obra, es como un vulgar estorbo que sobrevive comodamente para contar su relación con la historia de un heroe de la tragedia griega.

VIVA EL COMUNISMO, VIVA LA ANARQUIA

Anónimo dijo...

Al comentario anterior yo acotaría más explícitamente lo que Fallaci dice de sí misma en su libro "un hombre" sobre Alekos: que es una miedosa de mierda que todo el tiempo le pedía a su novio que estuviera tan quieto como sus propias neuronas (las de la Fallaci).
Oriana Fallaci no acaba de morir, se arrastraba muerta desde hace décadas, si es que alguna vez vivió.