(Para la memoria de las actuales luchas proletarias y estudiantiles, que agitan a varias ciudades del país.)
PROPAGANDA, GASOLINA Y BARRICADAS.
A Claudia López, quien siempre tuvo claro
quienes eran sus verdaderos amigos y compañeros.
Me acuerdo que allá por el año 1995, cuando recién entrábamos a clases después de las vacaciones de invierno en el Pedagógico, un grupo de compañeros decidimos organizar una salida a la calle, no recuerdo a cuenta de que fecha o coyuntura específica. El asunto es que nos contactamos, y organizamos los materiales necesarios en un casino abandonado que había en la cancha sur del campus. Éramos apenas diez compañeros, pero eso no importaba, pues en algunas ocasiones anteriores habíamos salido a la calle cinco o seis al principio, y luego se habían sumado muchos más estudiantes, encapuchándose y uniéndose a las barricadas, como había ocurrido en junio de 1994, al cumplirse otro aniversario de la matanza de Corpus Cristi. Hicimos un lienzo y las molotovs de rigor, y nos encapuchamos para combatir contra la policía. La mitad del grupo no eran del Pedagógico, y había una sola mujer, una compañera libertaria. Varios eran anarquistas, y otros, entre los cuales estaba yo, éramos marxistas[1], pero no teníamos problemas en luchar juntos, costumbre unitaria que venía de los tiempos de la RAE (Resistencia Autónoma Estudiantil)[2], y que luego se prolongó en el ámbito específico del Peda, con la existencia de la CRP (Coordinadora Revolucionaria del Pedagógico). Bueno, la cosa es que nos encapuchamos y salimos a la calle por la puerta que da a Macul y está cerca de avenida Grecia. Con nervios y rapidez, cortamos la calle, llantas encendidas y humo llenando la vista, y resistimos el primer embate de los pacos, con sus carros lanza agua y disparando lacrimógenas. Había pocas molotovs, y tuvimos que replegarnos y entrarnos. Pensamos brevemente que hacer, y nos fuimos a los pastos centrales, donde arengamos a los estudiantes y colgamos un lienzo en la biblioteca de la universidad (“¡Resistencia estudiantil de pie: Muerte o Victoria!”). Salimos de nuevo a la calle por la puerta principal, y otra vez nos enfrentamos al perraje uniformado. Otra vez nos replegamos. Un grupo de compañeras y compañeros andaba cerca de nosotros, pero no más de dos se habían encapuchado para sumarse. En todo caso, esa compañía nos ayudaría bastante en caso de cualquier cosa grave. Ya repelidos de ambas puertas del campus por los policías, se nos ocurrió algo desquiciado: en ese tiempo la universidad tenía una entrada de autos y un estacionamiento por la calle Doctor Johow (una parte del campus que después fue vendido y hoy está ocupado por edificios de departamentos), y decidimos salir a resistir y enfrentarnos con la represión por ahí. Llegamos al estacionamiento, agarramos tablones, andamios y cuanto escombro encontramos, y levantamos una barricada a lo ancho de la calle, al frente de unas casas que son parte de una de las zonas más cuicas de la comuna de Ñuñoa. Me acuerdo de un hueón que se venía bajando de su auto frente a su cuasi mansión, y al vernos se agarraba la cabeza con ambas manos: no podía creer que esos encapuchados estaban interrumpiendo la paz de su barrio. Otra vez llegaron los de fuerzas especiales, y otra vez a piedrazos contra ellos. Finalmente, nos replegamos y nos quitamos las capuchas dentro del Peda. Y mientras tanto, en los pastos centrales, un par de minas huecas cortaron y botaron el lienzo que habíamos amarrado (en realidad, los estudiantes indiferentes o reaccionarios son la mayoría del alumnado; los bichos raros son los que se organizan y luchan, y dentro de esa minoría, unos pocos mantienen su conciencia de clase y su actitud antagonista tras salir de la universidad). Y la chica Claudia López[3] y otra loca pusieron el lienzo de nuevo, y la chica increpó a las minas que lo habían votado. En ese tiempo yo hacía poco que conocía a la Claudia, pero me caía muy bien, y algunos meses después íbamos a comenzar a trabajar juntos en los espacios antiautoritarios de la lucha social. Pero –como dicen por ahí- esa es otra historia. (¿Por qué recordar una lucha “cualquiera”, unos pocos rebeldes en la calle, por qué no recordar otras revueltas mucho más masivas? Como las jornadas de los paros universitarios de 1997, con cientos de encapuchados en la avenida Grecia haciendo retroceder a la policía. ¿Y por qué no recordar cualquier ocasión, cuando nos convoca la organización de la rabia a enfrentar a los guardianes de la muerte cotidiana?).
Algunas reflexiones como epílogo: Desde inicios de 1990, algunos grupos e individualidades venían desarrollando la lucha callejera y la acción directa violenta y minoritaria en el complejo de Macul con Grecia, firmando con distintas siglas, las más comunes la A anarquista o la reivindicación del Cordón Macul (el Pedagógico, la Utem y el campus J. Gómez Millas de la Universidad de Chile). En 1993 se forma la ya nombrada RAE, al año siguiente nace la Federación Anarquista Libertaria, y a fines de 1995 se crea la CRP en las barricadas. En general, los que participaban en esos grupos eran partidarios de ir al choque frontal con los pacos, provocarlos, y no esperar a que ellos cargaran contra las manifestaciones, intervenir después y así justificar la autodefensa. Por esas “tácticas” que eran una verdadera posición de principios estos grupos eran ferozmente atacados por las juventudes de la izquierda universitaria, los Estudiantes por la Reforma (¡cómo alguien que se piensa puntudo puede reivindicar semejante nombre!) y luego por los eunucos de la ENU y el Frente Estudiantil “Revolucionario” (FER); estos últimos en uno de sus documentos internos criticaban a los grupos que optaban por “la lucha callejera de alta movilidad”, y la práctica de desarrollarla en distintos lugares de Santiago, o de traer apoyo externo, es decir estudiantes o amigos de fuera del Pedagógico. En cambio ellos proponían el crecimiento cuantitativo, el crecimiento del frente específico dentro de cada universidad, la lucha por las reivindicaciones específicamente estudiantiles (nada de “¡Libertad a los presos políticos!” o “¡Guerra al Estado!”), el correspondiente frente “revolucionario” en las poblaciones, las etapas, y por supuesto una dirección, entendida no como la direccionalidad de las luchas revolucionarias (combatir por la destrucción del estado y el capital), sino como un grupo de jefes (y quizá alguna jefa, como no) que mandaran sobre otros hombres y mujeres. Es decir las típicas políticas de la izquierda aquí y en todas partes, que median la lucha contra la burguesía, que apelan a sujetos sociales aclasistas (el pueblo), y juegan con la r de reformismo tratando de venderla como la R de la revolución. Y si de nombrar expresiones reformistas se trata, no hay que olvidar a la Surda (o abSurda, también conocida como la Cerda), organización que en varias universidades y territorios cumplió –y sigue cumpliendo- un destacado papel de vanguardia... de la contrarrevolución.
En todo caso, falta hacerles una crítica radical, comunista, a expresiones como el Cordón Macul o la CRP, para no caer en apologías de experiencias con sus propias limitaciones internas, limitaciones en el camino de la lucha revolucionaria. Aunque queda pendiente un balance y por lo tanto un análisis más exhaustivo, vayan aquí algunos apuntes para la necesaria crítica (y autocrítica):
-el champurreado ideológico, la toma de elementos del leninismo o del anarquismo o de filósofos más o menos radicales (Sorel o Foucault o ya en un terreno más políticamente correcto, Chomsky), sin profundizar, sin elaborar algo que podía ser novedoso, atractivo, y potencialmente subversivo, a la par que se iban afirmando cada vez más concientemente elementos como la práctica de la organización horizontal, la autonomía con respecto a los partidos de la izquierda y la extrema izquierda burguesa, y el antiautoritarismo (descontando a ciertos seres que caían en actitudes matonescas, machistas o se creían “líderes naturales” -¡puaj!)
-a pesar del discurso de subversión, de las consignas que apuntaban a la marginalidad y los sectores más explosivos del proletariado (aunque jamás se nombraba a la clase), no hubo esfuerzos reales por acercarse a otras luchas sociales más allá de las grandes movilizaciones tipo 11 de septiembre. Hay que hacer notar que cerca del llamado cordón macul existen barrios proletarios como Estadio 1, la Villa Olímpica, o un poco más lejos (a no más de 10 minutos en micro) la población Lo Hermida, todos territorios con tradición de lucha en los años de las protestas callejeras masivas contra la dictadura militar, e incluso desde antes en el caso de Lo Hermida (esta última población debe ser destacada por las luchas que los proletarios que vivían allí desarrollaron contra la represión del Estado en los años del "compañero" Allende).
-en un plano más humano, estos grupos se caracterizaban por una práctica muy centrada en la amistad, el carrete, el “pasarlo bien mientras se hace algo”, la desconfianza hacia quienes no eran del piño, y un desprecio por unir la teoría a las luchas concretas. Es decir, generaban y reproducían dinámicas de guetto.
-finalmente, la total ausencia de las luchas históricas del proletariado en el horizonte discursivo y agitativo de estos grupos, el hablar de las luchas populares, y jamás nombrar el combate por el comunismo, además de un internacionalismo que brillaba por su ausencia, salvo alguna que otra declaración o acciones directas, como cuando ocurrió la masacre de los guerrilleros que en Lima se tomaron la embajada de Japón.
Bueno, si algún compañero quiere leer algo más centrado en la CRP, una de las experiencias –con todos sus límites- más interesantes de esos años, puede conseguirse el paskín anarquista Todos Moriremos, número 4 (diciembre 2000), donde con el título “Crónica del Peda y los nuevos tiempos” se puede leer un emotivo (y por desgracia muy breve) texto sobre la coordinadora y sus luchas contra la policía y la izquierda burguesa.
A Claudia López, quien siempre tuvo claro
quienes eran sus verdaderos amigos y compañeros.
Me acuerdo que allá por el año 1995, cuando recién entrábamos a clases después de las vacaciones de invierno en el Pedagógico, un grupo de compañeros decidimos organizar una salida a la calle, no recuerdo a cuenta de que fecha o coyuntura específica. El asunto es que nos contactamos, y organizamos los materiales necesarios en un casino abandonado que había en la cancha sur del campus. Éramos apenas diez compañeros, pero eso no importaba, pues en algunas ocasiones anteriores habíamos salido a la calle cinco o seis al principio, y luego se habían sumado muchos más estudiantes, encapuchándose y uniéndose a las barricadas, como había ocurrido en junio de 1994, al cumplirse otro aniversario de la matanza de Corpus Cristi. Hicimos un lienzo y las molotovs de rigor, y nos encapuchamos para combatir contra la policía. La mitad del grupo no eran del Pedagógico, y había una sola mujer, una compañera libertaria. Varios eran anarquistas, y otros, entre los cuales estaba yo, éramos marxistas[1], pero no teníamos problemas en luchar juntos, costumbre unitaria que venía de los tiempos de la RAE (Resistencia Autónoma Estudiantil)[2], y que luego se prolongó en el ámbito específico del Peda, con la existencia de la CRP (Coordinadora Revolucionaria del Pedagógico). Bueno, la cosa es que nos encapuchamos y salimos a la calle por la puerta que da a Macul y está cerca de avenida Grecia. Con nervios y rapidez, cortamos la calle, llantas encendidas y humo llenando la vista, y resistimos el primer embate de los pacos, con sus carros lanza agua y disparando lacrimógenas. Había pocas molotovs, y tuvimos que replegarnos y entrarnos. Pensamos brevemente que hacer, y nos fuimos a los pastos centrales, donde arengamos a los estudiantes y colgamos un lienzo en la biblioteca de la universidad (“¡Resistencia estudiantil de pie: Muerte o Victoria!”). Salimos de nuevo a la calle por la puerta principal, y otra vez nos enfrentamos al perraje uniformado. Otra vez nos replegamos. Un grupo de compañeras y compañeros andaba cerca de nosotros, pero no más de dos se habían encapuchado para sumarse. En todo caso, esa compañía nos ayudaría bastante en caso de cualquier cosa grave. Ya repelidos de ambas puertas del campus por los policías, se nos ocurrió algo desquiciado: en ese tiempo la universidad tenía una entrada de autos y un estacionamiento por la calle Doctor Johow (una parte del campus que después fue vendido y hoy está ocupado por edificios de departamentos), y decidimos salir a resistir y enfrentarnos con la represión por ahí. Llegamos al estacionamiento, agarramos tablones, andamios y cuanto escombro encontramos, y levantamos una barricada a lo ancho de la calle, al frente de unas casas que son parte de una de las zonas más cuicas de la comuna de Ñuñoa. Me acuerdo de un hueón que se venía bajando de su auto frente a su cuasi mansión, y al vernos se agarraba la cabeza con ambas manos: no podía creer que esos encapuchados estaban interrumpiendo la paz de su barrio. Otra vez llegaron los de fuerzas especiales, y otra vez a piedrazos contra ellos. Finalmente, nos replegamos y nos quitamos las capuchas dentro del Peda. Y mientras tanto, en los pastos centrales, un par de minas huecas cortaron y botaron el lienzo que habíamos amarrado (en realidad, los estudiantes indiferentes o reaccionarios son la mayoría del alumnado; los bichos raros son los que se organizan y luchan, y dentro de esa minoría, unos pocos mantienen su conciencia de clase y su actitud antagonista tras salir de la universidad). Y la chica Claudia López[3] y otra loca pusieron el lienzo de nuevo, y la chica increpó a las minas que lo habían votado. En ese tiempo yo hacía poco que conocía a la Claudia, pero me caía muy bien, y algunos meses después íbamos a comenzar a trabajar juntos en los espacios antiautoritarios de la lucha social. Pero –como dicen por ahí- esa es otra historia. (¿Por qué recordar una lucha “cualquiera”, unos pocos rebeldes en la calle, por qué no recordar otras revueltas mucho más masivas? Como las jornadas de los paros universitarios de 1997, con cientos de encapuchados en la avenida Grecia haciendo retroceder a la policía. ¿Y por qué no recordar cualquier ocasión, cuando nos convoca la organización de la rabia a enfrentar a los guardianes de la muerte cotidiana?).
Algunas reflexiones como epílogo: Desde inicios de 1990, algunos grupos e individualidades venían desarrollando la lucha callejera y la acción directa violenta y minoritaria en el complejo de Macul con Grecia, firmando con distintas siglas, las más comunes la A anarquista o la reivindicación del Cordón Macul (el Pedagógico, la Utem y el campus J. Gómez Millas de la Universidad de Chile). En 1993 se forma la ya nombrada RAE, al año siguiente nace la Federación Anarquista Libertaria, y a fines de 1995 se crea la CRP en las barricadas. En general, los que participaban en esos grupos eran partidarios de ir al choque frontal con los pacos, provocarlos, y no esperar a que ellos cargaran contra las manifestaciones, intervenir después y así justificar la autodefensa. Por esas “tácticas” que eran una verdadera posición de principios estos grupos eran ferozmente atacados por las juventudes de la izquierda universitaria, los Estudiantes por la Reforma (¡cómo alguien que se piensa puntudo puede reivindicar semejante nombre!) y luego por los eunucos de la ENU y el Frente Estudiantil “Revolucionario” (FER); estos últimos en uno de sus documentos internos criticaban a los grupos que optaban por “la lucha callejera de alta movilidad”, y la práctica de desarrollarla en distintos lugares de Santiago, o de traer apoyo externo, es decir estudiantes o amigos de fuera del Pedagógico. En cambio ellos proponían el crecimiento cuantitativo, el crecimiento del frente específico dentro de cada universidad, la lucha por las reivindicaciones específicamente estudiantiles (nada de “¡Libertad a los presos políticos!” o “¡Guerra al Estado!”), el correspondiente frente “revolucionario” en las poblaciones, las etapas, y por supuesto una dirección, entendida no como la direccionalidad de las luchas revolucionarias (combatir por la destrucción del estado y el capital), sino como un grupo de jefes (y quizá alguna jefa, como no) que mandaran sobre otros hombres y mujeres. Es decir las típicas políticas de la izquierda aquí y en todas partes, que median la lucha contra la burguesía, que apelan a sujetos sociales aclasistas (el pueblo), y juegan con la r de reformismo tratando de venderla como la R de la revolución. Y si de nombrar expresiones reformistas se trata, no hay que olvidar a la Surda (o abSurda, también conocida como la Cerda), organización que en varias universidades y territorios cumplió –y sigue cumpliendo- un destacado papel de vanguardia... de la contrarrevolución.
En todo caso, falta hacerles una crítica radical, comunista, a expresiones como el Cordón Macul o la CRP, para no caer en apologías de experiencias con sus propias limitaciones internas, limitaciones en el camino de la lucha revolucionaria. Aunque queda pendiente un balance y por lo tanto un análisis más exhaustivo, vayan aquí algunos apuntes para la necesaria crítica (y autocrítica):
-el champurreado ideológico, la toma de elementos del leninismo o del anarquismo o de filósofos más o menos radicales (Sorel o Foucault o ya en un terreno más políticamente correcto, Chomsky), sin profundizar, sin elaborar algo que podía ser novedoso, atractivo, y potencialmente subversivo, a la par que se iban afirmando cada vez más concientemente elementos como la práctica de la organización horizontal, la autonomía con respecto a los partidos de la izquierda y la extrema izquierda burguesa, y el antiautoritarismo (descontando a ciertos seres que caían en actitudes matonescas, machistas o se creían “líderes naturales” -¡puaj!)
-a pesar del discurso de subversión, de las consignas que apuntaban a la marginalidad y los sectores más explosivos del proletariado (aunque jamás se nombraba a la clase), no hubo esfuerzos reales por acercarse a otras luchas sociales más allá de las grandes movilizaciones tipo 11 de septiembre. Hay que hacer notar que cerca del llamado cordón macul existen barrios proletarios como Estadio 1, la Villa Olímpica, o un poco más lejos (a no más de 10 minutos en micro) la población Lo Hermida, todos territorios con tradición de lucha en los años de las protestas callejeras masivas contra la dictadura militar, e incluso desde antes en el caso de Lo Hermida (esta última población debe ser destacada por las luchas que los proletarios que vivían allí desarrollaron contra la represión del Estado en los años del "compañero" Allende).
-en un plano más humano, estos grupos se caracterizaban por una práctica muy centrada en la amistad, el carrete, el “pasarlo bien mientras se hace algo”, la desconfianza hacia quienes no eran del piño, y un desprecio por unir la teoría a las luchas concretas. Es decir, generaban y reproducían dinámicas de guetto.
-finalmente, la total ausencia de las luchas históricas del proletariado en el horizonte discursivo y agitativo de estos grupos, el hablar de las luchas populares, y jamás nombrar el combate por el comunismo, además de un internacionalismo que brillaba por su ausencia, salvo alguna que otra declaración o acciones directas, como cuando ocurrió la masacre de los guerrilleros que en Lima se tomaron la embajada de Japón.
Bueno, si algún compañero quiere leer algo más centrado en la CRP, una de las experiencias –con todos sus límites- más interesantes de esos años, puede conseguirse el paskín anarquista Todos Moriremos, número 4 (diciembre 2000), donde con el título “Crónica del Peda y los nuevos tiempos” se puede leer un emotivo (y por desgracia muy breve) texto sobre la coordinadora y sus luchas contra la policía y la izquierda burguesa.
Algunos Insurreccionalistas
Notas:
[1] Es necesario definirse por posiciones clasistas, pero etiquetarse como marxista o anarquista sólo sirve para dividir a los proletarios en revuelta contra el capital, y encuadrarlos en alguna secta ideológica. Lo que importa es ser revolucionario, romper programáticamente con toda la izquierda reformista, organizarse y echarle más bencina al hoy incipiente fuego de la guerra social.
[2] La RAE se organizó a fines de 1993 con ánimos de ser una coordinadora de estudiantes revolucionarios de Santiago, partidarios de la acción directa, pero geográficamente se limitó a unos pocos complejos universitarios.
[3] La compañera Claudia López fue asesinada en las barricadas de La Pincoya por la policía, el 11 de septiembre de 1998, al cumplirse 25 años del golpe militar del 73.
[2] La RAE se organizó a fines de 1993 con ánimos de ser una coordinadora de estudiantes revolucionarios de Santiago, partidarios de la acción directa, pero geográficamente se limitó a unos pocos complejos universitarios.
[3] La compañera Claudia López fue asesinada en las barricadas de La Pincoya por la policía, el 11 de septiembre de 1998, al cumplirse 25 años del golpe militar del 73.
4 comentarios:
Me parece un texto interesante, aunque me molesta el tono un tanto pedante del autor. Me recordaba ciertos pasajes del "todos moriremos". Hay veces que esa "critica radical y comunista" se erije en terminos absolutos y toma ciertos rivetes ideológicos, en el sentido negativo del termino, es decir como falsa percepcion de la realidad. Sobre estos temas hace falta honestidad y humildad ya que aun no esta todo dicho y se mantienen bastante frescos.
Estoy totalmente de acuerdo en lo del "champurreado ideológico". El principal punto en que se puede criticar a la CRP y demas grupos que funcionaron (motor rebelde y otros) en los 90s. Demasiado confusos en terminos teóricos, aferrados a una ideología estética que caracterizo al periodo de fines de dictadura y principios de la "democracia", mezclando difuso anarquismo ibérico con un leninismo trasnochado, con una marcada falta de estrategías operativas al momento de actuar.
Respecto al acercamiento a otras luchas sociales, pienso que en esos momentos eran bastantes dificiles, ya recuerden que el encapuchado fue visto como un loco o un delincuente por el resto de la gente durante mucho tiempo. Gracias a la lucha que mantuvieron estos pequeños grupos -a pesar de la falta de una critica radical del conjunto de la sociedad- es que perduro la figura del encapuchado como metodo y fuerza subversiva. De todas formas creo los sectores mas radicales de los sectores populares cercanos a macul con grecia si tuvieron acermientos con estos grupos pero creo que este no es el sitio para discutirlo.
Por otro lado, respecto a lo que el autor denomina "dinamicas de guetto " pienso que estas prácticas eran dadas por el momento histórico que estabamos pasando. Recordemos que durante la primera mitad de los 90s, gran numero de combatientes -por no decir todos- habían sido encarcelados o muertos por los aparatos de inteligencia policiales, por lo que la desconfianza era natural. Nadie quería terminar en cana o muerto. Pienso que este guetismo fue un error en terminos politicos, pero que de alguna forma nos "salvo las patas" e inpidio la infiltración. En repetidas ocasiones los mismos pacos hicieron esas declaraciones, que ellos no podían lograr infiltrar a estos grupos porque eran demasiado herméticos.
Sobre el último punto, en que habla sobre la lucha por el comunismo y el internacionalismo, pienso que es bastante relativo. Por una parte estoy de acuerdo, pero pienso que mas que ausencia de estos temas era que no estaban desarrollados en su totalidad. Se daba mas importancia a la tradición de lucha historica local (día del joven combatiente, corpus cristi, 11 de septiembre etc)por sobre la lucha internacional. Luego, con el tiempo se fue dando más importancia a la lucha internacional. Si mal no recuerdo, por ejemplo, fue en macul con grecia donde por primera vez se ataco con fuego al mc donald en marco del día internacional contra esta mierda. de esta manera, se fue acercando a estos temas internacionales.
la lucha de lxs encapuchadxs en los 90s, con sus errores y sus virtudes, fue un paso a lo que se vive hoy en día, donde se ha avanzado de manera cualitativa, en lo teorico y en lo practivo, a una critica radical del capitalismo.
Quizas ne equivoco pero asi lo pienso.
Muy buen articulo compañerxs.
Desde la Argentina, un saludo rojo y anarquista para ustedes...
lo reenviare a los compas de aca, que idolatran las actividades que se han mostrado en chile,para que tenagan una vision mas global del asunto...
Un saludo de un compañero que los quiere y estima...
Un proletario apatrida
Canal 11, La Tercera y Terra me presentan a través de sus tribunas con el apelativo “infiltrado”
por Rodolfo Retamales
El día miércoles 30 de Julio, se realizó la denominada “marcha de los jarrazos”, manifestación estudiantil a la que asistí a grabar como reportero del periódico DIAGONAL y de CANAL BARRIAL 3. La marcha convocada con el objetivo de solidarizar con la acción de María Música y rechazar la promulgación de la ley general de educación (LGE) partió alrededor de las 11 horas en Plaza Italia y se dirigido fuertemente escoltada por personal de fuerzas especiales hasta Parque Almagro donde fue violentamente reprimida. Luego de algunos mítines protagonizados por estudiantes en el sector centro de Santiago parte de la marcha se dirigió al Liceo Darío Salas, para esperar la resolución del consejo de profesores en torno a la expulsión de la alumna María Música Sepúlveda.
En este lugar nuevamente se hizo presente carabineros y todo su andamiaje militar para disolver a quienes se reunían en las inmediaciones del Liceo Darío Salas: Guanaco, zorrillos, patrullas y personal de fuerzas especiales arremetían contra jóvenes arrestando y golpeándolos y mientras distintos medios populares de comunicación grabábamos y registrábamos estos hechos, también estaban presentes los medios oficiales de des-información, quienes junto con registrar parte de la “realidad”, nos grabaron y fotografiaron. Con este material y relatos muy alejados de la realidad es que el día jueves 1 de Agosto canal 11, La Tercera y Terra.cl me presentan a través de sus tribunas con el apelativo “infiltrado” en la manifestación ya mencionada, sacando a relucir mi condición de prisionero político y por tanto obedeciendo una vez más a la constante persecución y hostigamiento del estado hacia quienes fuimos parte de organizaciones político-militares que combatieron a la dictadura y el reacomodo burgués en democracia, como lo son hoy en día Marcelo Villarroel, ex militante del Mapu Lautaro y perseguido por el caso Security y preso en Argentina, al igual que Axel Osorio, este último detenido en la cárcel de máxima seguridad en Santiago, Esteban Huiñiguir, Marcelo Dotte también ex militantes del Lautaro y detenidos luego de participar de una marcha el 29 de marzo.
Es un hecho que los medios de desinformación en su acuerdo tácito con carabineros y el gobierno intentaran manipular los hechos desinformando y construyendo noticias con el claro interés de legitimar la violencia policial contra jóvenes, organizaciones y colectivos que rechazan el actual modelo de educación como el sistema capitalista en su conjunto y lo realizado por la Tercera, canal 11 y Terra.cl es una muestra de lo que pueden construir en su treta.
Es URGENTE y NECESARIO contrainformarnos y entender estos sucesos como otro claro intento de MONTAJE desde el Estado a través de sus serviles colaboradores; la prensa trabaja con la policía para el Estado, podemos ver así a canales como el 11 y el 9 bajándose de vehículos policiales, a canal 4 entregando material de manifestantes a la Segunda Comisaría de Santiago. Pero esto por supuesto no aparece en sus tribunas.
LA PRENSA APUNTA, LA POLICÍA DISPARA. BASTA DE MONTAJES. A CONTRAINFORMAR CON NUESTROS MEDIOS. NO MAS PERSECUCIÓN Y VIOLENCIA HACIA MEDIOS POPULARES
Rodolfo Retamales Leiva.
Buen articulo, no solo en lo teorico, sino tambien porque apela a la nostalgia. pensar que hoy tambien se da un panorama similar en las universidades, principalmente a que se ve la universidad como el unico punto donde hacer politica y accion directa, esto lo observo mas ahora que tube que dejar mis estudios por plata y otros ataos, lo que no me a alejado de la contingencia totalmente. Pero debo decir que sube el animo ver a los cabros encapuchados para fechas conmemorativas, te hace sentir que no todo esta perdido, como en la santiago que los giles zurdos se juran mayoria y ni siquiera sacan cuorum para las elecciones de federaciones y andan criticando a los capuchas, cuando son estos los unicos que organizan y se mueven dnetro de las universidades, no solo la santiago. Lo que si es criticable es cuando estas practicas se vuelven repetitivas, la violencia en si misma, y no una critica real al sistema.
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