viernes, diciembre 28, 2007

A 100 AÑOS DE UNA MASACRE:




En el transcurso del 2007, se conmemora 100 años de una de las tantas masacres de obreros perpetrada por la burguesía; la llamada Matanza de la Escuela Santa María de Iquique.
Anteponiéndose a cualquier acto vindicativo de los oprimidos, la clase dominante y su Estado, ha decidido hacerse cargo de esta conmemoración.
¡Un logro del movimiento obrero y la Izquierda! Gritan los progresistas de toda laya, los intelectuales y hasta los empresarios del espectáculo que gozan de los dividendos que los eventos conmemorativos les dejan en sus bolsillos.
¡Cómo pudimos llegar a tanto! Finge llorar la derecha fascista y republicana al mismo tiempo.
Llanto por doquier y al mejor postor; llora el Estado (que hace poco lloró con la muerte de Pinochet); lloran los ricos que vieron morir sus sueños de caridad y beneficencia bajo sus propias balas; lloran los “críticos de la sociedad”; lloran los ciudadanos-ovejas. Nunca más es el grito hipócrita del Capital, que no se hace de rogar al momento de repetir sus sangrientas hazañas.
Nunca más: nunca más proletarios alzados, más armas en las manos de los amos.
Luchen obreros, es la frase que sale de los parlantes de sus escenarios, luchen, luchen y luchen, pero no se atrevan a vencer, ni mucho menos cuestionen el monopolio de la violencia, ni se atrevan a cargar armas... para eso está el ejército y la policía.
¡Sus antepasados lucharon sin armas y a rostro descubierto! Nos dice la perversa neolengua del Gran Hermano. ¡FALSO! Gritan las voces subterráneas de los acallados proletarios rebeldes.
Aquella época fue una de las más fructíferas en cuanto a guerra social, época en la cual obreros con armas en la mano combatían al capital y el Estado donde quiera que estuviesen: en la faenas, en las calles y en los mismos centros de reunión de la burguesía.
¿Caminatas pacíficas y meramente pedigüeño-reformistas? ¡PAMPLINAS! Si fuese eso cierto no podría explicarse tan maravilloso epílogo escrito por Ramón Ramón quien con una daga en la mano ajustició al milico Silva Renard (Responsable directo de la matanza de Santa María) dejándolo tuerto y cojo. ¿Recuerdan eso malditos falsificadores izquierdistas? ¿O acaso la sistematización de la mentira tiene el nombre de táctica?
El proletariado no cantará victoria mientras siga confiando en los administradores de su miseria. Seguirá masacrado y humillado mientras no cuestione radicalmente el monopolio de la violencia, y no luche por arrebatarle las armas al enemigo; aunque sólo sea para destruirlas.
El proletariado no vencerá mientras no destruya el poder del enemigo, instaurando su propia dictadura, hasta abolir todas las clases.

“Mientras el proletariado acepte intermediarios, se haga representar y transe, tendrá menos pan del que necesita y menos comodidades de las que ha de menester, pero cuando comprenda que su salvación está en lo que por si mismo puede hacer, entonces sentirá que sus ataduras no son tan sólidas, y que el poder sus contrarios no está amasado con materia indestructible.”
(José Santos González Vera)

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