Estigma, Miedo y Despolitización: Armas del
Estado para Aislar a la Insurgencia
La situación que están viviendo los compañeros Marcelo Villarroel, Freddy Fuentevilla, y ahora Andrea Urzúa, prisioneros en Argentina; y también Joaquín Cortés y Alejandra Vila, prisioneros en Santiago desde el 29 de marzo; nos hace pensar que una vez más nuestro enemigo de siempre está llevando las de ganar. Con el artículo difamatorio publicado en La Segunda el 26 de septiembre, el Estado dio otro paso adelante en su tarea de aislar a los elementos más combativos del proletariado, haciéndolos aparecer como entes extraños al conjunto de su clase. Para conseguir ese efecto político, nada mejor que presentar a estos luchadores sociales como delincuentes, lúmpen con taras sicológicas, extremistas sin proyecto, asesinos, borrachos, maltratadores domésticos, drogadictos…
Estas burdas calumnias, que parecen salidas de la boca de un paco convertido en inspector de liceo, se difunden no tanto para convencer a esos millones de televidentes a quienes, de todas formas, el asunto les importa bien poco. En realidad se trata de un mensaje dirigido a esa minoría de la población constituida por organizadores poblaciones, activistas sindicales, ultraizquierdistas, libertarios… y es un mensaje muy claro: "manténganse alejados de esos nihilistas y de sus métodos, no se mezclen con esos delincuentes". En otras palabras, esta campaña busca convencer a los anticapitalistas de todas las tendencias de que las acciones de estos compañeros no tienen nada de "político", por lo cual no habría ninguna razón para solidarizarse con ellos. "Dejen que se pudran en la cárcel", nos dicen, "y sigan haciendo la Gran Política que tanto les gusta hacer".
El Estado Capitalista, para evitar que la acción de nuestros compañeros se propague - o siquiera sea vista con simpatía en círculos más amplios – está creando en torno a ellos un cerco sanitario/político, una barrera sicológica que nadie se atreva a cruzar por miedo a ver perturbada su agenda de debates, talleres, conferencias, mitines y negociaciones. Cada uno puede estar de acuerdo en su fuero íntimo con las acciones de Marcelo, Freddy, Joaquín o Alejandra; pero eso da lo mismo. Lo que le importa al Estado es que esa solidaridad no se exprese en público, que no se transforme en una fuerza efectiva de subversión social. Lo peligroso para el Estado sería que los grupos y tendencias del "campo popular" incorporaran en su "agenda política" la defensa explícita e incondicional de esos "delincuentes" a quienes se quiere sepultar en la cárcel. Pero es difícil que eso ocurra. ¿Con qué cara me hago respetar por el burócrata sindical o municipal, si mi organización defendió públicamente a unos delincuentes? ¿Cómo voy a reclutar más militantes para mi pequeño "partido político", si hemos apoyado a unos que hacen política con las armas en la mano? ¿Cómo me voy a solidarizar con unos luchadores que son ingobernables, si lucho por un "gobierno popular"? ¿Cómo voy a dar cátedras de estrategia revolucionaria después de apoyar a unos vulgares "lumpen"? ¿Qué va a decir mi mamá, mi profe, mi dirigente?
Esto puede parecer muy triste y vergonzoso, pero es la realidad en gran parte del mundo ultraizquierdista, libertario, sindical y poblacional. Poco a poco, las Relaciones Públicas Corporativas han ocupado el lugar de la solidaridad de clase; y cada vez más, los que se reclaman luchadores de la clase trabajadora no vacilan en darle la espalda a sus elementos más combativos, con tal de quedar bien ante la opinión pública, que es la opinión de los que mandan. Hay excepciones, por supuesto, y las saludamos; pero la norma aquí es callarse la boca, mirar para otro lado, elegir la insolidaridad y el chovinismo ideológico y de pandilla. Entre otras bagatelas, siempre habrá libros de marxismo y de anarquismo con sus páginas llenas de consideraciones "estratégicas" que sirvan para justificar cualquier encogimiento de hombros.
Este es un llamado a romper ese silencio cómplice, a romper con ese chovinismo ideológico que tantos usan para hacer creer que la Prisión Política no es su problema. El movimiento revolucionario es uno sólo porque expresa la lucha de la clase explotada y oprimida, que es una sola clase: el proletariado; y un movimiento revolucionario que abandona a sus Prisioneros es un movimiento condenado al fracaso.
Todo esfuerzo, por pequeño que sea, sirve para romper este cerco levantado para aislar a nuestros compañeros prisioneros. Difundir informaciones sobre la prisión política y la situación de los rehenes, mediante mails, foros en internet, fotocopias, es la medida más simple y al alcance de cualquiera. A cada uno le toca ahora tomar el mismo coraje que saca a la calle, y aplicarlo en sus relaciones más inmediatas: hay que bombardear con información verídica a compañeros de trabajo y de estudio, a los parientes y amigos… en todas partes. Más allá, cada militante y cada colectivo sabrá dónde y cómo dar a conocer esta lucha, agitar los ánimos, buscar cómplices, extender este reclamo intransigente por la libertad de todos nuestros compañeros hechos prisioneros.
¡Libertad a Marcelo Villarroel y a Freddy Fuentevilla, prisioneros en Neuquén!
¡Libertad a Andrea Urzúa, detenida en San Martín de los Andes!
¡Libertad a Joaquín Cortés y Alejandra Vila, prisioneros en Santiago desde el 29 de marzo!
¡Libertad a los prisioneros políticos mapuche!
¡Por la demolición de todas las prisiones!
¡Por la abolición del Estado y del Capital!
¡Por la revolución social, el comunismo y la anarquía!
¡Libertad a todos los secuestrados por el Estado!
Estado para Aislar a la Insurgencia
La situación que están viviendo los compañeros Marcelo Villarroel, Freddy Fuentevilla, y ahora Andrea Urzúa, prisioneros en Argentina; y también Joaquín Cortés y Alejandra Vila, prisioneros en Santiago desde el 29 de marzo; nos hace pensar que una vez más nuestro enemigo de siempre está llevando las de ganar. Con el artículo difamatorio publicado en La Segunda el 26 de septiembre, el Estado dio otro paso adelante en su tarea de aislar a los elementos más combativos del proletariado, haciéndolos aparecer como entes extraños al conjunto de su clase. Para conseguir ese efecto político, nada mejor que presentar a estos luchadores sociales como delincuentes, lúmpen con taras sicológicas, extremistas sin proyecto, asesinos, borrachos, maltratadores domésticos, drogadictos…
Estas burdas calumnias, que parecen salidas de la boca de un paco convertido en inspector de liceo, se difunden no tanto para convencer a esos millones de televidentes a quienes, de todas formas, el asunto les importa bien poco. En realidad se trata de un mensaje dirigido a esa minoría de la población constituida por organizadores poblaciones, activistas sindicales, ultraizquierdistas, libertarios… y es un mensaje muy claro: "manténganse alejados de esos nihilistas y de sus métodos, no se mezclen con esos delincuentes". En otras palabras, esta campaña busca convencer a los anticapitalistas de todas las tendencias de que las acciones de estos compañeros no tienen nada de "político", por lo cual no habría ninguna razón para solidarizarse con ellos. "Dejen que se pudran en la cárcel", nos dicen, "y sigan haciendo la Gran Política que tanto les gusta hacer".
El Estado Capitalista, para evitar que la acción de nuestros compañeros se propague - o siquiera sea vista con simpatía en círculos más amplios – está creando en torno a ellos un cerco sanitario/político, una barrera sicológica que nadie se atreva a cruzar por miedo a ver perturbada su agenda de debates, talleres, conferencias, mitines y negociaciones. Cada uno puede estar de acuerdo en su fuero íntimo con las acciones de Marcelo, Freddy, Joaquín o Alejandra; pero eso da lo mismo. Lo que le importa al Estado es que esa solidaridad no se exprese en público, que no se transforme en una fuerza efectiva de subversión social. Lo peligroso para el Estado sería que los grupos y tendencias del "campo popular" incorporaran en su "agenda política" la defensa explícita e incondicional de esos "delincuentes" a quienes se quiere sepultar en la cárcel. Pero es difícil que eso ocurra. ¿Con qué cara me hago respetar por el burócrata sindical o municipal, si mi organización defendió públicamente a unos delincuentes? ¿Cómo voy a reclutar más militantes para mi pequeño "partido político", si hemos apoyado a unos que hacen política con las armas en la mano? ¿Cómo me voy a solidarizar con unos luchadores que son ingobernables, si lucho por un "gobierno popular"? ¿Cómo voy a dar cátedras de estrategia revolucionaria después de apoyar a unos vulgares "lumpen"? ¿Qué va a decir mi mamá, mi profe, mi dirigente?
Esto puede parecer muy triste y vergonzoso, pero es la realidad en gran parte del mundo ultraizquierdista, libertario, sindical y poblacional. Poco a poco, las Relaciones Públicas Corporativas han ocupado el lugar de la solidaridad de clase; y cada vez más, los que se reclaman luchadores de la clase trabajadora no vacilan en darle la espalda a sus elementos más combativos, con tal de quedar bien ante la opinión pública, que es la opinión de los que mandan. Hay excepciones, por supuesto, y las saludamos; pero la norma aquí es callarse la boca, mirar para otro lado, elegir la insolidaridad y el chovinismo ideológico y de pandilla. Entre otras bagatelas, siempre habrá libros de marxismo y de anarquismo con sus páginas llenas de consideraciones "estratégicas" que sirvan para justificar cualquier encogimiento de hombros.
Este es un llamado a romper ese silencio cómplice, a romper con ese chovinismo ideológico que tantos usan para hacer creer que la Prisión Política no es su problema. El movimiento revolucionario es uno sólo porque expresa la lucha de la clase explotada y oprimida, que es una sola clase: el proletariado; y un movimiento revolucionario que abandona a sus Prisioneros es un movimiento condenado al fracaso.
Todo esfuerzo, por pequeño que sea, sirve para romper este cerco levantado para aislar a nuestros compañeros prisioneros. Difundir informaciones sobre la prisión política y la situación de los rehenes, mediante mails, foros en internet, fotocopias, es la medida más simple y al alcance de cualquiera. A cada uno le toca ahora tomar el mismo coraje que saca a la calle, y aplicarlo en sus relaciones más inmediatas: hay que bombardear con información verídica a compañeros de trabajo y de estudio, a los parientes y amigos… en todas partes. Más allá, cada militante y cada colectivo sabrá dónde y cómo dar a conocer esta lucha, agitar los ánimos, buscar cómplices, extender este reclamo intransigente por la libertad de todos nuestros compañeros hechos prisioneros.
¡Libertad a Marcelo Villarroel y a Freddy Fuentevilla, prisioneros en Neuquén!
¡Libertad a Andrea Urzúa, detenida en San Martín de los Andes!
¡Libertad a Joaquín Cortés y Alejandra Vila, prisioneros en Santiago desde el 29 de marzo!
¡Libertad a los prisioneros políticos mapuche!
¡Por la demolición de todas las prisiones!
¡Por la abolición del Estado y del Capital!
¡Por la revolución social, el comunismo y la anarquía!
¡Libertad a todos los secuestrados por el Estado!
COMUNICADO PÚBLICO
A todas las redes de apoyo en Chile, Argentina y diferentes partes del mundo
A toda la gente conciente que lucha por una nueva vida
A nuestros familiares, amigxs y compañerxs
A los medios de contrainformación:
1. A través de estas letras, queremos denunciar una nueva maniobra del estado policial chileno. Como antaño, hoy se vuelve a confirmar la vigencia y continuidad del plan Cóndor, el mismo que en los años 70' hizo presa a miles de militantes de organizaciones revolucionarias en América Latina. Ayer fueron los militares y sus dictaduras, hoy son las llamadas democracias y sus estados de derecho (que no son más que la continuidad de las anteriores) los que en concomitancia y coludidos a través de sus poderes políticos, judiciales y policiales, le dan marcha por vía de la cooperación de los servicios de inteligencia y las policías de Chile y Argentina, a la planificación y ejecución de burdos montajes que permitan reprimir, encarcelar e intercambiar prisioneros.
Es en este contexto en el cual nuestra compañera, Andrea Urzúa Cid, ha sido involucrada por la policía argentina, al igual que nosotros en Chile, en un montaje más, lleno de irregularidades policiales y judiciales, donde su único delito es el porte ilegal de solidaridad rebelde, compañerismo revolucionario y la anarquía de compartir y repartir su vida llena de sueños revolucionarios con los que luchan, dentro y fuera de las cárceles.
2. Andrea comienza su viaje el lunes 16 de septiembre desde Chile, bajo un estricto seguimiento por parte de agentes de la policía chilena hasta Neuquén, Argentina. Arribó el martes 17 con los esbirros tras ella. Nos visita el miércoles 18 y nos comunica el seguimiento que sufre desde que se bajó del bus, pero estaba alegre y tranquila pese a esto, a estar en otro país y bajo estas circunstancias. Quedamos de vernos al día siguiente en una nueva visita, pero esta nunca llegó a concretarse y nosotros comenzamos a ser objeto de constantes requisas, primero con perros y luego con personal de antimotines (en menos de 24 horas sufrimos tres requisas, de donde se llevaron el aceite para cocinar, fideos y porotos).
Es el viernes 20 que nos enteramos que a nuestra compañera se le había negado el ingreso el día anterior porque, según la policía penitenciaria, trató de ingresar una "sustancia", la que de forma increíble sufre tres mutaciones: primero indican que serían pastillas, luego droga, para finalmente concluir de la forma más descarada diciendo que eran explosivos. A nuestra compañera no se le encuentra nada. Se le obliga a firmar un papel pero no se le permite leerlo, siendo presionada por alrededor de 8 antimotines y oficiales, sin presencia de juez, defensor ni fiscal. Así, se le niega el ingreso y es obligada a irse del recinto. Al irse continúa el seguimiento a todas partes y es allanada la casa donde tenía estadía. Andrea se comunica con abogados de DDHH y se le informa que no tiene orden de detención y captura, por lo que el día viernes por la tarde decide emprender su regreso a Chile. Sin embargo, es detenida en la frontera por personal policial y de gendarmería argentina, y es desde ese momento que, fuera de todo procedimiento policial y judicial, comienza su secuestro. Se niega información de ella a sus familiares, amigos y compañeros y es paseada de un lugar a otro (unidades policiales y diferentes ciudades) como una forma de dificultar su ubicación.
Es el propio juez Lavate (juez federal que llevará su caso) el que comunica vía telefónica y desde su juzgado, el día miércoles 24/9, a Mauricio Villarroel que tenía en su poder a su novia Andrea Urzúa, dando así término al secuestro al que fue sometida y a la búsqueda por varias unidades y ciudades, como así también por hospitales donde fue llevada por sus raptores-aprehensores.
3. Para nosotros no existen dudas, Andrea está siendo involucrada en un burdo montaje por parte de la policía argentina, alentada y auspiciada por la policía chilena que, una vez más, demuestra a través de la presión y su injerencia en otros países que no en vano es llamada la Israel de América Latina y, avalada por el imperio yanki, ocupa sus mismos métodos.
Los hechos narrados son concretos: Andrea fue seguida constantemente, se allanó la residencia donde estaba sin una orden de detención, la prensa "informa" que la policía habla de porte de explosivos y recién después de 48 horas se le detiene en la frontera, esto con el fin de hacer de este montaje un show donde se indica que trataba de fugarse cruzando la frontera ¿por un paso legal? ¿a Chile? Chile no dudaría en entregarla si se lo pidiesen.
4. Esto sólo es parte de los esfuerzos del estado chileno para presionar a sus pares argentinos, con el fin de lograr nuestra pronta expulsión a territorio chileno. Hoy que estamos por ser condenados en Argentina por portación ilegal de armas de guerra, con esto se aleja la posibilidad para el estado chileno de ser enviados de forma rápida para ser sometidos a una prisión infinita al otro lado de la cordillera. Cuando estamos prontos a un juicio por expulsión, cuando las redes de solidaridad han crecido y están fuertes en Chile, Argentina, América y Europa, lo único que se busca es crear acontecimientos que permitan a los diferentes poderes fácticos de este lado tener los argumentos políticos que les permitan expulsarnos, ya que judicialmente no los tienen. Y es desde esta misma forma con la que en definitiva se está atacando a las organizaciones populares y revolucionarias, tanto de Chile como de Argentina y demás países de nuestra América morena.
5. Hoy desde esta prisión y sus muros que pretenden callarnos y sepultarnos, nuestro grito saluda a todas y todos lo que luchas, desde dentro y fuera de las prisiones. Un abrazo fraterno y acá nada termina, seguimos de pie, jamás mendigando ni arrodillados. Atacar a nuestro entorno más íntimo y cercano sólo es parte de la guerra sucia en esta guerra social y de clases.
SÓLO LA LUCHA NOS HACE LIBRES
SALUD Y ANARQUÍA
MIENTRAS EXISTA MISERIA HABRÁ REBELIÓN
Freddy Fuentecilla Saa
Marcelo Villarroel Sepúlveda
Prisioneros políticos de origen chileno
Miristas y libertarios
Viernes 26 de septiembre de 2008
Unidad de detención provincial Nº11
Neuquén, patagonia argentina
A todas las redes de apoyo en Chile, Argentina y diferentes partes del mundo
A toda la gente conciente que lucha por una nueva vida
A nuestros familiares, amigxs y compañerxs
A los medios de contrainformación:
1. A través de estas letras, queremos denunciar una nueva maniobra del estado policial chileno. Como antaño, hoy se vuelve a confirmar la vigencia y continuidad del plan Cóndor, el mismo que en los años 70' hizo presa a miles de militantes de organizaciones revolucionarias en América Latina. Ayer fueron los militares y sus dictaduras, hoy son las llamadas democracias y sus estados de derecho (que no son más que la continuidad de las anteriores) los que en concomitancia y coludidos a través de sus poderes políticos, judiciales y policiales, le dan marcha por vía de la cooperación de los servicios de inteligencia y las policías de Chile y Argentina, a la planificación y ejecución de burdos montajes que permitan reprimir, encarcelar e intercambiar prisioneros.
Es en este contexto en el cual nuestra compañera, Andrea Urzúa Cid, ha sido involucrada por la policía argentina, al igual que nosotros en Chile, en un montaje más, lleno de irregularidades policiales y judiciales, donde su único delito es el porte ilegal de solidaridad rebelde, compañerismo revolucionario y la anarquía de compartir y repartir su vida llena de sueños revolucionarios con los que luchan, dentro y fuera de las cárceles.
2. Andrea comienza su viaje el lunes 16 de septiembre desde Chile, bajo un estricto seguimiento por parte de agentes de la policía chilena hasta Neuquén, Argentina. Arribó el martes 17 con los esbirros tras ella. Nos visita el miércoles 18 y nos comunica el seguimiento que sufre desde que se bajó del bus, pero estaba alegre y tranquila pese a esto, a estar en otro país y bajo estas circunstancias. Quedamos de vernos al día siguiente en una nueva visita, pero esta nunca llegó a concretarse y nosotros comenzamos a ser objeto de constantes requisas, primero con perros y luego con personal de antimotines (en menos de 24 horas sufrimos tres requisas, de donde se llevaron el aceite para cocinar, fideos y porotos).
Es el viernes 20 que nos enteramos que a nuestra compañera se le había negado el ingreso el día anterior porque, según la policía penitenciaria, trató de ingresar una "sustancia", la que de forma increíble sufre tres mutaciones: primero indican que serían pastillas, luego droga, para finalmente concluir de la forma más descarada diciendo que eran explosivos. A nuestra compañera no se le encuentra nada. Se le obliga a firmar un papel pero no se le permite leerlo, siendo presionada por alrededor de 8 antimotines y oficiales, sin presencia de juez, defensor ni fiscal. Así, se le niega el ingreso y es obligada a irse del recinto. Al irse continúa el seguimiento a todas partes y es allanada la casa donde tenía estadía. Andrea se comunica con abogados de DDHH y se le informa que no tiene orden de detención y captura, por lo que el día viernes por la tarde decide emprender su regreso a Chile. Sin embargo, es detenida en la frontera por personal policial y de gendarmería argentina, y es desde ese momento que, fuera de todo procedimiento policial y judicial, comienza su secuestro. Se niega información de ella a sus familiares, amigos y compañeros y es paseada de un lugar a otro (unidades policiales y diferentes ciudades) como una forma de dificultar su ubicación.
Es el propio juez Lavate (juez federal que llevará su caso) el que comunica vía telefónica y desde su juzgado, el día miércoles 24/9, a Mauricio Villarroel que tenía en su poder a su novia Andrea Urzúa, dando así término al secuestro al que fue sometida y a la búsqueda por varias unidades y ciudades, como así también por hospitales donde fue llevada por sus raptores-aprehensores.
3. Para nosotros no existen dudas, Andrea está siendo involucrada en un burdo montaje por parte de la policía argentina, alentada y auspiciada por la policía chilena que, una vez más, demuestra a través de la presión y su injerencia en otros países que no en vano es llamada la Israel de América Latina y, avalada por el imperio yanki, ocupa sus mismos métodos.
Los hechos narrados son concretos: Andrea fue seguida constantemente, se allanó la residencia donde estaba sin una orden de detención, la prensa "informa" que la policía habla de porte de explosivos y recién después de 48 horas se le detiene en la frontera, esto con el fin de hacer de este montaje un show donde se indica que trataba de fugarse cruzando la frontera ¿por un paso legal? ¿a Chile? Chile no dudaría en entregarla si se lo pidiesen.
4. Esto sólo es parte de los esfuerzos del estado chileno para presionar a sus pares argentinos, con el fin de lograr nuestra pronta expulsión a territorio chileno. Hoy que estamos por ser condenados en Argentina por portación ilegal de armas de guerra, con esto se aleja la posibilidad para el estado chileno de ser enviados de forma rápida para ser sometidos a una prisión infinita al otro lado de la cordillera. Cuando estamos prontos a un juicio por expulsión, cuando las redes de solidaridad han crecido y están fuertes en Chile, Argentina, América y Europa, lo único que se busca es crear acontecimientos que permitan a los diferentes poderes fácticos de este lado tener los argumentos políticos que les permitan expulsarnos, ya que judicialmente no los tienen. Y es desde esta misma forma con la que en definitiva se está atacando a las organizaciones populares y revolucionarias, tanto de Chile como de Argentina y demás países de nuestra América morena.
5. Hoy desde esta prisión y sus muros que pretenden callarnos y sepultarnos, nuestro grito saluda a todas y todos lo que luchas, desde dentro y fuera de las prisiones. Un abrazo fraterno y acá nada termina, seguimos de pie, jamás mendigando ni arrodillados. Atacar a nuestro entorno más íntimo y cercano sólo es parte de la guerra sucia en esta guerra social y de clases.
SÓLO LA LUCHA NOS HACE LIBRES
SALUD Y ANARQUÍA
MIENTRAS EXISTA MISERIA HABRÁ REBELIÓN
Freddy Fuentecilla Saa
Marcelo Villarroel Sepúlveda
Prisioneros políticos de origen chileno
Miristas y libertarios
Viernes 26 de septiembre de 2008
Unidad de detención provincial Nº11
Neuquén, patagonia argentina
Escrache al embajador chileno (Bs. Aires)
En el día de ayer, 11 de septiembre, por la noche en el Museo de la Emigración Gallega en Argentina, ubicado en la calle Chacabuco 955 de la Ciudad de Buenos Aires, se realizo un acto del Partido Socialista chileno en conmemoración del golpe militar que derroco a Salvador Allende.
Ante la presencia del embajador chileno, Luis Maira, un grupo de compañeros/as anarquistas irrumpió en el salón del lugar desplegando banderas, arrojando gran cantidad de panfletos exigiendo la libertad de Freddy Fuentevilla Saa y Marcelo Villarroel Sepúlveda, y la de todos/as los/as presos/as, gritando por la destrucción del Estado y las prisiones, debiendo interrumpirse la oratoria del embajador, personaje clave en el papel de gestionar la extradición de los dos compañeros detenidos en Neuquén.En el lugar ya había compañeros repudiando la presencia del embajador con lienzos en solidaridad con el pueblo mapuche.
Para concluir la acción, los/as compañeros/as cortaron la calle Chacabuco con una barricada y se retiraron sin inconvenientes mayores.A continuación uno uno de los textos de los volantes arrojados en el lugar: “Freddy Fuentevilla Saa y Marcelo Villarroel Sepúlveda fueron detenidos el día 15 de marzo de 2.008 en la ciudad de Junín de los Andes. Trasladados a la comisaría local fueron sistemáticamente torturados, golpeados brutalmente (incluso quemados con cigarrillos) e insultados por su condición de chilenos. Luego, Gendarmería da libre acceso al país a personal de Carabineros, quienes continúan las mas bajas torturas y vejaciones, en un acto combinado de ambos estados, cómplices en la represión contra todo manifestación de rebeldía. Actualmente permanecen encarcelados en el penal Nº 11 de Neuquén, encerrados 24 hs. al día sin contacto con los demás presos, sin luz solar, tratados de “terroristas” por los carceleros del lugar. El Estado chileno persigue a los dos compañeros, y este es el motivo por el cual decidieron venir a la Argentina, en busca de asilo político y refugio humanitario, encontrando en su lugar más represión y cárcel. En Chile los espera un tribunal militar con una condena a 40 años de prisión, por ser combatientes anticapitalistas y luchadores sociales. De este modo, enterrándolos en vida, se busca silenciar la rebelión que nace en muchos individuos y pueblos contra la opresión reinante, buscando expandir el miedo y el control. Buscando aterrorizar. El de Chile es el único caso en que un tribunal militar juzga a civiles, demostrando que la dictadura de Pinochet y la democracia de Bachelet en el fondo son lo mismo. Extendemos la reinvidicacion de los compañeros por asilo político, y exigimos su libertad inmediata. Saludamos así mismo, este 11 de septiembre, a todos/as los/as compañeros/as que salen a las calles a combatir al Estado y sus fuerzas represivas, y recordamos a todos/as los/as compañeros/as caídos/as tanto en este fecha, como en el 29 de marzo y otras fechas de lucha anticapitalista.
¡Ninguna reja detendrá nuestra lucha! ¡Libertad para Freddy Fuentevilla Saa! ¡Libertad para Marcelo Villarroel Sepúlveda!”
A extender la solidaridad
ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES